23.3.07

Tutiplén baba/bobo-sónico donde roza la bambula

Para Yael, mi amiga, mi oreja, mi hermana...

Mi viaje sin humildad al corazón de la basura lo hice por mí,
como me sobra reparto y te convido con palabras las mil maravillas.
Ser así no cuesta nada.
Babasonicos


[Aclaración necesaria 1: no es capricho ni virtud: la voz de D'Argelos me sigue pareciendo horrible en todos los aspectos posibles pero, bueno, che... ¿Y qué, cuál es?]
[Aclaración necesaria 2: esto de ir y venir no tiene más razón que mi falta de atracción sobre nada: sigue gustándome éste más que cualquier otro. Suna pena, pero, hasta que no encuentre otro que me guste más, prefiero el malo conocido. Así que...]



Y si al destino lo llaman peligro, y a tu compañía le dicen crueldad, la eternidad, no nos dejará.

Llueve al fin. No dejo de mirar el techo obsesivamente esperando el momento de salir disparada a asesinar a M.
Llueve, pero no lo suficiente como para testear si la cantidad inconmensurable de dinero invertido rendirá sus frutos (¡guarda con frutos!) Buenos Aires trajo la tendencia al desgano. ¿Cuándo comienza el otoño? ¡oh dios!... me temo que ya somos otoño.
Llueve, y sólo una gotera se resistió estoica al ruberoi.
Llueve, y alguien me saluda, me dice: "que tengas un lindo día".
Yo no entiendo... ¿qué hay de bueno, viejo?
Yo no entiendo nada más que de agujeros, filtraciones y riesgo paranóico.
Yo no entiendo más que el mal del agua y, si alguna vez amé la lluvia, hoy detesto momentos como este.
Si no hubiera ojitos que me acusan, si no fuera porque tengo que hacer realidad uno de los 30.000 sueños, me iría a dormir. Despertaría otro día. No me preocuparía, ni me ocuparía.
Odio este lugar.
Amo este lugar.
Y además, nada tiene que ver la lluvia con todo esto.
La lluvia sigue siendo hermosa tal como Tuñón me enseñó.
Así que sigo mirando. Veo una panza y veo todo lo contrario a "el Capitán"
Te veo hermosa y todo se me olvida, "a mí que nada se me olviah"

Por una vez te digo la verdad

Los universos cambian invitando lenguas.
Uno crece, identifica lugares ubicables,
cada inteligencia luce un camisón
indeleble, late única, canta insistente.

Cartógrafos azucarados recortan mapas coloridos.
Abogados rantifusos manejan costas ajenas
que hacen juicios (nos reímos todo el día)
Rectores movedizos corrompen al respeto de …

Su séquito de vana idolatría

Algunas veces siento que me emplumo. Sé que no es una sensación original, le pasa a toda ave, a todo avión, a toda artista de variedades. Sin embargo me preocupa porque las plumas son de ganso y los gansos no; yo prefiero pavos. Si son reales mejor. Aunque no sé. De nobleza desconozco. Y nobleza (gaucha) obliga.

Ni siquiera tenemos amigos en común

Despierto abotagada y la desidia, las pocas ganas, el entusiasmo de long time ago ocultos en un hueco entre la mesa de luz y la cama. Allí se esconden demasiados materiales orgánicos e inorgánicos. Migajas, retahílas, dientes de avestruces, sinceridades plenas, melifluentes, algún llanto nocturno, uno que otro suspiro, varios ronquidos y todos, cada uno de los testimonios de cada sueño soñado y perdido en el fondo hermético del inconsciente.
Despierto cansada de descansar y no hay inercia. El ómnibus no respeta las leyes físicas. Se detiene con violencia, sin embargo nada, nadie, ninguna cosa o persona se cae de culo.

¿No va a venir? No va a venir...

Veo a la negada matemática hacer cálculos estrambóticos que de nada sirven, que, de todas maneras es posible que haya estrellas, pero ella no es esa luz, sino mejor. La veo entender lo que no entiendo. Me quedo mirándola.

Le clavó su taco aguja

Si todas las pastillas antibióticas, ansiolíticas, antidepresivas, funguicidas, analgésicas, desinflamatorias, oncológicas, miorelajantes, pudieran hacer que no viva añorando el caprichoso hacer por el simple divertir al mal, travesurarnos sin ser como ordas tinélicas, sino como algo más que siempre fuimos somos más, te juro, que me las tomaría todas juntas en un cóctel tan letal como el olvido definitivo.
Pero no.
Preciosa: todo va por fases y cada una de ellas es hermosa en su medida.
Lo fantástico es que ahora la pretención no es exageración.
En eso sí que somos buenas.

Díscolo y muy singular

Como último recurso se enamoró de un ser vivo lleno de tatuajes. Le pregunto si es feliz y dice que no, que no cree en ese tipo de cosas. Yo tampoco creo, así que la comprendo más que nunca y, más que nunca, tengo ganas de abrazarla porque en ella yo creo (mucho). Pero, una vez más, está lejos y mi abrazo no es de malgastar, mi abrazo va a parar a dónde sea, por ejemplo: acá.

Tengo el cuerpo hecho a la medida del romance

Nicotina, vado olor, enjuagues y felicidad de cabellera, altas porras, tenés que teñirte, peluquería, estímulo, entusiasmo de salida, a la salida te espero... te espero, te espero, te espero, siempre te voy a esperar. No digas. Nuncadigasalgoasíniparecido. Nunca digas nunca.

Si querés un empujón te invito a mi camarín

Hago frizz y elongo, por las dudas. Hago achiss y me muerdo las palabras por los signos que contienen. Me dice que la asociación libre de mi alma es la asociación ilícita de mi libertad. Me dice que bajo consumo, bajo el fondo, que pin y que pan, que los monstruos que deleitan mis pieles son jabones merecidos, me recuerda qué cosa tengo que comprar: jabones de tocador para que bañarse sea una actividad adecuada y placentera para mí, para ellos.

En la palestra de los desconocidos

Al despertar noté, no sin cierto temor, que el silencio era infinitamente superior a otras mañanas. El miedo es una cuerda que aprieta la cintura. El miedo es un jean de tiro alto de nuestra adolescencia. El miedo es un chupetín lleno de pelusas.
Nada me resulta más inspirador que el sonido que hace Ernesto, el elefante ambidiestro que habita mi jardín, cuando bebe del botijo que le regalé en las navidades.
Sin embargo el silencio.
Y el miedo.
En el jardín ni una abeja libando la flor de la cariátide. La fuente seca, el sol erizando el césped, incinerando hormigas derramadas como granos de pimienta.
Y de Ernesto, ni noticias.

No fumes cosas raras

La competencia entre mi perro y la gata es algo que jamás alcanzaré a comprender. Él sabe (tiene que saber) que lo amo más que a ningún ser vivo en esta galaxia. Ella sabe que a mí no me gustan en especial los gatos y que si está en casa fue por descuido (algo así como un embarazo no deseado), de todas maneras Ella insiste. Está vieja y este año tendremos que festejarle su cumpleaños de quince.
Acabo de darle un pedacito de madalena rellena con dulce de leche y se la comió desaforadamente.
Z. adora toda golosina que yo coma. Z. adora todo lo que yo coma. Z. me adora tanto como yo a lo adoro a él.
El caso es que Z. se sintió celosamente mal y ese tipo de sentimientos son, de los pocos que yo no puedo soportar.
Z. sabe que yo lo amo por encima de todo y que si le di la madalena a Ella fue por una cuestión ocasional, momentánea y necesaria.
El amor de mi vida, en su momento, se comportó igual que Z.
Y fue así como me perdió a mí, al amor de su vida.
Por suerte, Z. es un animal, es más genuino su cariño, su capacidad de comprensión.
Por eso me siento tranquila como antes.
Como siempre.
Por que aunque también pierda, las pérdidas no me corresponden. Siempre son ajenas. Como las vacas, como las gatas.

Ingenua esfinge, tu perfumada suavidad me hace vivir extrañándote

Yo quiero-quiero-quiero, pero no, no quiero-no quiero-no quiero-no quiero.
A veces se hace una montaña y la subo y la bajo y me canso y las colinas. ¡Oh!, esas colinas, empinadas, dolor horrible en las rodillas. Es de nervios, es un nervio que se contrae, lo retorcido del alma se amuscula se enrula así en las noches, tres o cuatro veces por noche. Antes eran calambres, o simple adormecimiento. Ahora es un dolor que recorre desde la mitad hasta acá y duele-duele-duele, tanto que despierta tres o cuatro veces en la noche. En el día no me importa pero a la noche sí. La noche es siempre demasiado maldita con las pesadillas-el insomnio-las ganas de poder hacer un juramento y no mentir, por una vez.

Montada en una lata de fuego

La planta con sus tres verdecitos (todavía) tomates que encontré en medio del yuyal que había en el patio, esa rosa pequeñita, un poco deforme, nacida del rosal casi seco sin poda hace años, las flores blanquitas de eso que es un yuyo pero resulta que tiene flores, cosa que de inmediato, lo convierte en planta valiosa, los restos de mi sauce, idea de entonces: futuros banquitos que no lo fueron y sus hongos amarillos hacen que sepa que si no hago algo urgentemente, todo va a morir antes de que pueda arrepentirme.

Flotaba a su lado el rumor que sus pestañas

Son blancas, enmarcan tus ojos tan negros. Sos lo más bello que se ha concebido en este mundo. Cada una de las veces en las que reparo en tu detalle me sorprende la belleza en la que hacés que me rodee.
De igual manera, te pido por favor que desistas de esta nueva malacostumbre que adquiriste vaya a saber por qué. No sigas despertándome a las cinco de la mañana, amor. Duermo poco, necesito que mis cuatro o cinco o seis horas no sean interrumpidas, ni siquiera por tu lengua caliente, tus pestañas blancas.

No especules con mis sentimientos

Desde que me encontré una medallita de oro a los diez años, camino mirando el piso.
Esta mañana había un sobre. Abierto estaba el sobre y decía en letras grandes a birome: "PARA LUC"
Llevaba cinco bolsas, dos en una mano, tres en la otra. Pesadas las bolsas contenían diferentes verduras y materiales de ferretería. También unas tazas.
Porque hace mucho tiempo que tengo ganas de tener tazas con sus asas correspondientes y que no te quemen la boca cuando calentás un café en el microondas.
Di unos cuantos pasos y pensé en el sobre. "Para Luc" decía el sobre.
Seguí caminando y pensé: -total que pierdo, si es para Luc es porque allí hay algo para Luc.
Y Luc soy yo.
El sobre es mío.
Su contenido también.
Alguien lo dejó allí para que lo encuentre.
Regresé y levanté el sobre.
Estaba abierto.
Adentro no había nada.
Estoy tomando café.
El sobre vacío está acá.
Me quemé la boca.
Hoy voy a cocinar tartas. De choclo, de zapallitos, de calabaza.

Si divagué perdido entre las aguas, ya estoy bien

Hace dos años compré canillas para cambiar las del patio. Gotearon mucho. Mucho más de dos años.
Pero recién hace dos años tuve la intención de cambiarlas. Y las compré.
Hace dos años un hombre me acompañó a comprar las canillas e iba a cambiarlas.
Pero no pudo.
Varias cosas más no pudo hacer, quererme, por ejemplo, pero eso no viene a cuento.
Hoy, en cinco minutos, alguien me cambió las canillas.
Ya no gotean.
(Las canillas)

Te amo tanto, tanto que podría matarte ahora mismo

Acabo de perder al vigésimo séptimo amor de mi vida. Se fue en un barquito de papel hacia una isla donde no le cabe otra que pensar en todas las maravillas que perdió alejándose de mí; donde no le caben más que pajas y bostezos, gran hermano y zinguerías.
Él me dijo (en su idioma) cosas tan bonitas que mi idioma no entendió: hablaba de amor, de sentimientos bellos, de paz , de dios y de una cuarta parte de cemento, dos de cal y una de arena. Me dijo que jamás olvidará mi perfume, mis ojos cuando veían el sol saliendo del mar. Me dijo gracias y se fue.
Me quedé mirándolo, asegurándome que se fuera para siempre.
Y ahora lo extraño.
Pero esto no es extraño.

Terrorista polarizado, represor desocupado, torturador con celular

El círculo inútil estar dentro y girar siempre en la misma dirección parafernalia imbécil de latidos que acompasan todas las soledades del mundo todos los caprichos las cruces los cruces caer siempre en el mismo charco embarrarse las rodillas.

Lunita: quedate acá por un rato
Sos tan amarilla que dolés los ojos.
(como en los días de nieve)

Quedate acá para helarme los intentos
Date cuenta
Soy piedra, como vos.

El círculo marea estoy dentro gira como las pestañas de un tornillo muy gastado gira loco amor todo gira loco arrasa con su impecable locura la mentira la inmisericordia el lamento incierto el dolor en el estómago la discapacitada fe lo que jode lo que apuñala cualquier buena intención la situación aritmética más simple dentro-fuera círculo cuadrado asimetrías que bailan locas.

Lunita: quedate acá por un rato
Sos tan ojos que dolés los amarillos.
(como en las nieves de días)

Quedate acá para intentarme los helados
Date cuenta
Soy vos como piedra.


archivado en: tutiplenes dedicados, delicados, deliciosos, según el gusto de tal y cual

22.3.07

Vida al aire libre sin mosquitos

Cuando extraño el mar, es probable que la ciudad se me esté volviendo un muro irreductible que contiene descansos y retiene líquidos y sales; el sueño no concilia con vigilias y el planeta que sostiene lo que soy gira en direcciones encriptadas.
Entonces cierro la vista, trato de olfatear aquellos viernes y puedo saborearlos en cada párvula molécula de repaso.

Cuando añoro la primavera, tal vez sea por los huesos que se helaron por el desleal invierno que quedó reemplazando a la vergüenza, la crueldad y la miseria de tu ojo, engañero, ¿a dónde vas?
Allí es que intento reabrir ventanas, convertirlas en un rezo, en adoración de flores amarillas como esas que no vemos cuando crecen pero están abulbadas bajo tierra, esperando.

Cuándo quiero irme, es posible que el motivo sean gestos que me oprimen coordenadas y me asfixian las razones hasta hacerme el cerebro a cuadraditos como escamas de serpiente.
Entonces busco tu mirada de mar, nene mío, y solo me salva hundirme en tus aguas transparentes para emerger a salvo y curada de traiciones; sólo basta el enojo de tu amor, la insolencia, la chapuza prepotente-omnipotente de tu reto amotinado.

Cuando la angustia se apodera del insomnio y el vacío se hace un hueco olor a caca porque todo me lastima, se me alargan los caminos del encuentro y no puedo galoparle a los guiños que se queman, naftalinas sin polillas y sin lanas.
Allí es que te miro, nena mía, la más linda de las flores y le esnifo a tu cuerpo que estrena femeninos, cada una de las primaveras que puedan abrazarme y salvarme del diluye tan frecuente, malhumor, malacostumbre.

archivado en: momento criollitas (categoría chafada impunemente a Pablo)

14.3.07

Bochorno supino

Estás frito, Angelito

El C.G.B.d.I.P (Consejo General de Investigación Plagial) dictaminó esta misma madrugada de ayer, que llueven plagios en el terruño y que mejor comprar paragios, que sino se nos viene Nielsen y nos chorea templetes, tenemeletes y otras yerbas.

archivado en: yo opino de que...

11.3.07

Just do it

Y entonces, resulta que no va la mina y como pasa un fin de semana en los claustros, no tiene mejor idea que practicar un cacho y, de paso llevar a la práctica una de las cien mil ideas templetales que ha ido elucubrando a lo largo de la vida.

Por eso...

Porque hacía mucho...

Porque me dio la gana...

Porque como trabajo no tengo, con mi blog yo me entretengo.

Sugerencias, críticas, elogios y demases, ahí abajo en la alcancía.

archivado en: me cago en el disegno

9.3.07

¡Minga que los devuelvo!


Despues de jugar al fulbo me fui al ciber y lei este post de resacas que era mi blog preferido hasta que descubrí que es una plagiadora más.

En este texto la intertextualida es grosa y es grasa.
"Planos diferentes", lo dijo varias veces Scorsese, "borde de un abismo" lo dijo Yes, "mi cruz" lo dijeron Spinetta y Jesús, "emolientes que suavicen" lo dijo el pibito de Vívere, "te lo agradezco" lo dice casi todo el mundo cuando está agradecido o simplemente por cumplido o bien para rechazar algo, y así un montón de cosas más.

Le voy a mandar una carta a Blogger y te van a sacar la licencia. Ya vas a ver.


Gravatar Agustín Viola... interesante oficio el de andar buscando plagiadores por todo lado, pero interesante también me parece el nombre como un dizfras o nick que oculta a la verdadera persona que está detrás,podríamos comenzar desencriptándolo por partes y decir por ejemplo:A-gustín-viola,o sea el que disfruta del acto de la deshonra a alguien y que además se vanagloria de ello, o bien podríamos darle vuelta al asunto e inferir que la cuestión de la que el susodicho se preocupa y denuncia es en realidad una manía propia por lo que se podría pensar que el tipo se podría llamar perfectamentamente:

A gusto plagia...


en fin, no sé!...:DDDD


Gravatar Gran verdad lo que dice Benitoo. De todos modos, gran verdad lo que dice Agustín.
Mea culpa. Sí, es muy cierto lo del hipertexto, lo del pretérito y lo de skip Ultra.
Nunca prometí un jardín de rosas. (y aquí le hago un homenaje a Leonor Benedetto, la modista, bueno es aclarararlo)
Otra cosa que debo especificar, para que no haya malos entendidos es que con Di Nucchila no fuimos al cine ni tomamos cocaína juntos; y que La nada, de Nora Lafont, es eso: es Nada, como bien digo en el po(u)st.
Así que ni en pedo devuelvo los dólars. A lo sumo se los dono a Donoso o los Sumo al Pontífice o a la cuenta de ahorro del banco que bastante bronca me da que me cobre servicios que no me brinda. Y este debate no se termina acá. Continúará en las diversas revistas culturales de prestigio que me convoquen, me entre-vistan o me dejen en tarlipes. Depende.


Gravatar La Sra. de Lejos, Nienpedo de Vuelvo, Mea Culpa, la de Pende... cuantos posibles culpables se encierran en cada serhumano, nosierto?


Gravatar Es verdad que con La autora nunca fuimos al cine ni tomamos coca cola, solamente le copié un post del año 2000 que decía algo de Gaby, fofó y Miliki. Pero fue un homenaje a los payasos que hoy me juzgan mal y se llenan las tripas de caca, caca y más caca.


Gravatar En un libro mío titulado Cómo se lee La Nación en el Sarmiento en hora pico (Buenos Aires, Marta, 2003) reflexionaba sobre intertextualidades del tipo resacadas, lo cual no quiere decir que haya que hacer un monolito, ni una cosa ni la otra.


archivado en: discusiones pelotudas

7.3.07

Tanguete delmiresco agustinoide

Hace tiempo, algún alma ya borrada fue mía.
Se nutrió de mi sombra... Siempre que yo quería
el abanico de oro de su risa se abría,
o su llanto sangraba una corriente más;
alma que yo ondulaba, tal una cabellera
derramada en mis manos... Flor del fuego y la cera,
murió de una tristeza mía... Tan dúctil era,
tan fiel, que a veces dudo si pudo ser jamás...

Delmira Agustini


Podría relatarte, como en planos diferentes, el blanco de esos días, el negro perturbador de algún recuerdo. Por ejemplo, perdida en una calle de Beccar, San Isidro, nunca supe; el rojo de los labios del amigo que acarició mi paz deshecha; mi deseo de morir por unas horas y resucitar, más tarde, rodeada de lámparas y móviles, objetos delicados como aquellos ademanes que él esgrimió como consuelo. En otra secuencia, mi alma desvestida temblando al borde de un abismo tan azul como esos ojos. Y más atrás el desamparo inválido de un corazón con gangrena pronto a ser extirpado de cuajo.

Podría avisarte, poner la luz en amarillo para que pises con recaudos. No hace falta, de todos modos mi cruz no va a pesarte mucho y todo lo que pase, también va a pasarle a cada una de las veces que recuerdes, cada calle, cada esquina, cada suspiro que te entreguen, cada láser de otra mirada cuando el aire sea verde.

Podría contarte que son como picos, son tan solos, tan ansiosos de burbujas; que la noche está inquieta y sobrevuelan cucarachas; que Sting y un viejo blues; que algo debe hacerse para que algo pase.

Podría hablarte del recelo a encerrarme en un ansia que no acabe, que no tenga emolientes que suavicen, que no pueda deshollinarse; el miedo a que aún no te hayas muerto y te aparezcas con dos ojos que mirandome así enciendan lo que el agua se llevó contracorriente.

Podría creer, hacerte creer que en verdad te lo agradezco.

Podría convencerme de que fue bueno, fue fantástico, pero el caso es que ya no tengo piedras ni látigos que azoten y el aturdimiento es una marea eterna que no trae ninguno de los objetos que perdí, ninguna de las sombras que te llevaste, ninguna de las palabras que mentiste e ignoraste, ni una sola lágrima.

Podría intentar abrir el gran misterio de mi vida, ése que contenga tantas tempestades, que traicione hasta al silencio. Podría sostenerme en él, como en una actuación de confianza, dejarme caer con la certeza de que él va a sostenerme, pero no, porque hay tangos enquistados que me dicen que ya es tarde, y mejor es que te salves porque si “bebo de tu fuente, es seguro quedes seco” y no haya ensueños posibles que compensen, no haya delicia de un rato que aniquile el maldisfrute, el mal que nos pese.

Podría poner en la balanza las cruces y las bolsas de cemento, los bebés que no tuvimos, la carga de un revólver con tres tiros: uno por cada uno de los errores desatados, por el mal que yo hice hace unas noches, porque aferrarme a la nada es eso: es nada, porque ya fue suficiente.

Podría despedirme, pero aún no quiero hacerlo. Podría explicarte del miedo al vacío que sienta cuando ese día llegue.

archivado en: me quedé sin fasos, lamento borincano y queremos tanto a Delmira

2.3.07

Tutiplén con senku y sahumerio



Cuestiones de demografía africana


Cada una de las veces que llamo a la emergencia me recuerdan que la relatividad es una de mis leyes preferidas, incluso más que la del menor esfuerzo.


Proyecto colectivo (cualquier bondi viene bien)

Cuando los nenes del colegio hagan la boba comparsa del desfile, la actuación, el numerito patrio, yo sé que vas a verme ahí, sobre las tablas, empapada de lluvia, empapada de deseo juntasillas.
Colecciono recuerdos bellos, piernas abiertas, que Sarmiento nos perdone, que viva la educación.


Lisa y llanamente

Un pantagruélico cartel luminoso que dice: la realidad suele ser injusta, más es lógica y consecuente. El cartel titila al ritmo de una canción cuya letra expone: “Yo no rindo exámenes de conciencia, siempre supe de qué estábamos hablando“


Arte garrón

Este penoso infierno que habitamos cuando entendemos que la permanencia es inevitable, algunas veces puede ser contrario a los monstruos que se comen tipos y tipas en pelotas en el cuadro de El Bosco.
Por cierto. El tríptico es mucho más pequeño que lo que uno puede imaginarse, si es que “uno” es una generalización.
Lo cierto es que habitamos en una fantasía que no se corresponde con lo que muestra el Museo del Prado, por decir un nombre.


Un calipso, por lo menos raro

Lo primero que uno hace es buscarse un centro neurálgico, algo así como el chivo expiatorio de todos los dolores o sistemas penosos. Esto puede hacer que una mañana cualquiera nos sintamos fascinados por la recolección de residuos, o que nos de por ver si ahí debajo de todo ese moho, aún sobrevive algún goldfish, o nos hagamos mormones, por decir una profesión con cierto grado de misticismo.
El problema más serio es descubrir, justo en ese instante, que no contás con una camisa blanca, un pantalón gris y una corbata (no importa el color siempre y cuando sea lisa)
Otro obstáculo sería saber, tener la certeza de que todos los peces se han muerto porque el termostato no termotesteó y el agua llegó a los 1800 grados Saint Tropez.
En ese caso, hacerla responsable a la señora de la limpieza, es un recurso genuino como cualquier otro.
Yo lo hice y aseguro que por ello no tengo sentimiento de culpa alguno.


Respirar sésamos

Hace algunos meses conmemoramos el primer aniversario de la rotura del ego y para festejarlo nos embarazamos psicológicamente en el barrial de la salada. Sentimos que pateaba, tuvimos náuseas y mareos, nos morimos de la risa y calvin clein se quedó calenchu. No nos dieron el asiento e hicimos pésimos negocios. Sobrevivimos a todo menos a lo que es importante, sin saber en realidad cuál es el valor cierto dentro del enjambre de fastidios. En apariencia o fuera de ella, el ego es un fantasma macedonio de frutas.

Al ego, si nos prende, le pondremos un nombre que represente algo hermoso, lo llamaremos Delfín.

Vimos muchos cielos diferentes, pero sólo unos cuantos fueron perceptibles, la vida empezó el dos de enero y todavía continúa.

En la lucha cruenta buscapiés de amor, nos cruzamos con demasiada frase pal churrete, sin embargo, quedamos embobadas y el santito se salió de la vaina tratando de ser bueno una vez más. Esta vez sólo fue mártir de sí mismo.

Al ego no lo conservamos porque ya fue suficiente.
El Delfín (celeste) salió volando de mí (a los pedos) y Raúl Porchetto no emitió queja de ningún tipo.


El chaleco beige de los infortunados

Ama de casa aburrida del confort y la seguridad se sumerge en un mundo fantástico generado por la insatisfacción. Ama de casa se divierte en la pavada fantástica. Ama de casa divertida deja el confort y la seguridad y se sube a una masa gaseosa de felicidad ficticia. Ama de casa en la masa gaseosa quiere bajar la nube a la realidad. Ama de casa consigue su fantástica realidad. Ama de casa aburrida de realidad se sumerje en la nueva insatisfacción y así, sucesivamente.


Cabeza muerta de un hombre chato

Con ojos de ojeras grises, bolsas de miles de toneladas de arena. La idea era conservar el entusiasmo por algunos días.
Buenos Aires respira aire intoxicado de penumbras.
Todo el esfuerzo, las sonrisas quedaron sobre el techo y las maderas fermentadas.
Es hora de salir del caballo gigantesco y atacar al mundo por sorpresa.


Test del grillo

A Ella no le basta con un amor, ni con dos, ni con tres. Ella necesita muchos amores y por eso no tiene ninguno.
En todos los órdenes de su vida Ella es invariable. Le dicen que enfoque pero se va de foco, le marcan un camino y Ella trata de seguirlo y basta que se le cruce un zorro, una hormiga, un batracio, alguna habichuela mágica o producto similar, para dispersarse por pequeñas y breves encrucijadas que son bellas pero endebles y como ramitas tiernas. Durante el periplo, que hace a saltitos, olvida todas las direcciones, no consulta agenda, no sabe, no contesta.
Los astros le dicen que es un problema de ascendente, sin embargo Ella sabe que todo es un enorme retroceso.
Es una pena.
Por cierto. A ella no le basta con una pena, ni con dos, ni con tres. Ella necesita muchas penas.


Sugus multicolores de todos los sabores

No tengo apuro, sólo quiero despertarme y oler ese viento para siempre.

archivado en: tutiplén de alto contenido filosófico y un eje ético que no tiene parangón o de qué se trata todo aquello que hay que conocer para tener la posta.