27.5.05

Mildred Josue se la come

- Me tira un error. La vida me tira un error.
- ¿Qué tipo de error?
- Un FATAL ERROR
- Entonces sí que estás jodida.
- ¿Te parece que debemos dejarnos engañar por las turbias inclemencias tecnológicas?
- No, no me parece, pero los errores fatales (tarde o temprano) se pagan.
- ¿De cuánto estamos hablando?
- No puedo tirar un número exacto así, al vuelo, pero te aseguro que es mucho.
- ¿Y cuánto sería mucho, más o menos, estimativamente?
- Escribime tu mail acá y te mando presupuesto con diferentes opciones.
- ¿Para cuándo me lo tendrías?
- Dejame ver... martes o miércoles, a más tardar.
- Perfecto. Espero tu mail entonces. Tratá de que sea lo antes posible, así no se puede vivir.
- Para martes o miércoles...
- ¿No puede ser para el lunes?
- Para el martes lo tenés.
- Ok.

25.5.05

Yo quiero a mi bandera, planchadita, planchadita, planchadita

Pregunta:
¿Qué hace un weblosfer cuando no tiene ni tiempo ni ganas ni ideas nuevas?

Respuesta:
Recurre a un viejo hit.


Me voy a comer mondongo.

¡Y VIVA LA PATRIA, CARAJO!

13.5.05

Tutiplén a boca de jarro

Maxi y Miliano, los podólogos que pisaron bosta en un amanecer rancio


Es como un rumor, un suave ronroneo de gato que se siente en el estómago y te retiene líquidos, te hincha, te dispepsia como un tren loco que recorre vías muertas, destinos sin regreso, regresos sin sentido, sentidos opuestos, opuestos que se atraen, atracciones irremediables.
Charly García debiera dedicarse a cantar solamente en inglés. Sería nuestro Tom Waits vernáculo.


Maxi y Miliano, responsables de La noche de los panzottis.


Flipado, resquebrajando el marco de la puerta que amorosas manos tallaron con un rencor apacible. Asido a tu macutito insostenible, arqueado sobre el ángulo de mayor fastidio, la campera pesaba una década sobre tus hombros apecados y la salsa hervía sus iras.
La cena no fue lo que debería haber sido, sin embargo, los panzottis estuvieron de re-chupete, a pesar del sabor amargo que no provino de ningún ingrediente más que el de la ausencia muerta de pena.


Maxi y Miliano fueron víctimas de un timo


Decía alguna vez Andrea que el orín combate la depresión. Y vengo meando a troche y moche.
Es por el agua. Todo es producto del agua.
El agua es risa.
Y la risa cura hasta el mal de amor.


Maxi y Miliano, los locos de la motosierra


Me dice que es un árbol que extiende sus raíces en forma horizontal, que por eso es que, en su sed eterna de expansión y de agua, arremete con todo lo que se interponga a su paso.
Me dice que por eso las grietas en las paredes, el desnivel de la estructura, por eso todo lo que lentamente se va haciendo añicos.
Estamos convencidos de que la solución es drástica. Hay que cortar las raíces.
Pero todavía no estamos preparados. Y ojalá que el "todavía" sea un rotundo e irrevocable "nunca".


Maxi y Miliano, el esquizofrénico que comía chipá en cantidades imposibles de aceptar


Se resignifican lugares que fueron, al principio, símbolo de unión y después escenarios que no queríamos volver a transitar.
La habitación hoy es un cambalache informático difícil de inventariar. Mi mayor resistencia reside en conservar este nuevo lugar, porque ahora es nuestro y perderlo sería perderte.
Amo cada una de las cajitas que organizamos, cada una de las fuentes quemadas, todas las placas de red que se encaprichan en elegir el lugar donde expresarse, los monitores muertos, los que habremos de revivir, los motherboards reparados y también los que ya murieron y constituyen el ornamento del desbole.
Te amo. Y por no hablar de fututo no hablo de sexo, de amor full time, de plentys furtivos ni de confundo amor con proyectos de vida (aseveración que le tomé prestada a Asakhira).
Por hablar de futuro, hablo de máquinas: mi resistencia, nuestra resistencia, la resistencia de hoy.


Maxi y Miliano, clones inmersos en un futuro promisorio


No creo que sea políticamente correcto comer pickles a las ocho de la mañana.
Si a las ocho de la mañana se nos diera por cojer como conejos y cojiéramos como conejos, esto no sería, de ninguna manera, tema de debate.
Es más, esto no se plantearía cual noticiero de infobae, esto no sería ni la más somera idea de ningún ente trasnochado, esto no sería más que un do not disturb.
El frasco de pickles, incólume (por ahora).

11.5.05

Barrio Norte IV

Tengo ganas de tirar una monedita en la fuente, de pedir un deseo, de que se cumpla.
Busco a través del reflejo de agua que la oscuridad esconde, busco monedas ajenas, monedas antiguas, y no hay ninguna.
No hay monedas en esta fuente. No hay deseos.
No hubo nadie, ni una sola persona que se atreviera.
O tal vez hubo uno que se llevó, hace un rato, todos los deseos para cumplirlos.
O lo menos poético y lo más probable: alguien se choreó las monedas.

5.5.05

La media concha de la luna

Y la luna estaba partida al medio. Seguía hermosa como se precia a una luna que se precie de luna. Era una luna que era media luna, pero no por cuestiones del cosmos sino por caprichos de nubes.
Y allí estuvimos ella, yo y la luna, paradas en mitad de Juan B. Justo desangrando el momento, tratando de ser lo más inclementes que nos fuera posible, entre el humo agridulce y los vidrios partidos en el baúl del auto. Teniendo la plena conciencia de que esa luna era la media concha de la luna, elaborada exclusivamente para nosotras dos.
Las dos prometimos escribir algo sobre ella, sobre la luna, sobre la concha de la luna.
Había en mi cabeza un gran relato, con detalles pormenorizados del evento, con sensaciones tan únicas y envidiables, con tresdés y fundidos a negro tan perfectos que casi nadie se enteraría de cuál era el final.
Tenía algo más que eso: pero cuando morimos y resucitamos en lapsos tan cortos de vida, todas las ideas, todos los fantasmas, todas las fantasías son barreras que no habilitan grandiosos relatos.
Es posible que la media concha de la luna sea completada por ella, la hermosa de los ojazos celestes.
Y entonces la media concha, sea la definitiva concha de la luna.

Apdeit:
la mitad de una ostia gigantesca, una enorme moneda de nácar que algún dios trasnochado deslizaba por una ranura del cielo
Aquí la concha definitiva.