28.10.08

Japiverdi

Se omitirán detalles de importancia, por ejemplo el nombre del destinatario de esta postal onomástica. Se prescindirá de tangos, arrabales, fondas y navajas. Se dará por sentado lo que sólo él y yo supimos, las señas, esos gestos que nos hacían especiales. Se sobreentenderán ciertas palabras que figuran en cualquier diccionario. No se hablará de amor, de distancia ni de olvido. Tampoco se podrá leer entre líneas ni se expresarán conceptos asociados ya que todo lo real perteneció al mundo de lo efímero: ese zorro oscuro, escurridizo. Se intentará rendir un homenaje, a vuelapluma, se dibujará un plano que no lleve a ningún lado. Se desanudará el pañuelo, se esconderán las ganas, se apretujarán entre las letras de esta tarjetita humilde que quiero regalarle hoy, que ya pasaron tantos cumpleaños, tanto octubre, tantos muertos, que, shhhhhhhh… silencio, mejor no despertarlos.

archivado en: frases de felicitación para diferentes ocasiones y/o eventos de envergadura

19.10.08

Tutiplén con una caja de Tres Patitos

Manténgalo a distancia del rostro

Tuve una visión. Éramos dos muñequitos de plástico que abrazados caíamos por una especie de tubo de ensayo espiralado.
No sé que signifique esto, pero sé que la visión fue hermosa como algunos de los recuerdos que me quiero guardar.


Pensando en usted y para resguardar su seguridad y la de su familia

Cabe aclarar que en algunas ocasiones no hablamos de hombres sino de fenómenos naturales relacionados a ellos. Aquí la importancia de nuestras disquisiciones radica en otra cosa. Saber distinguir las diferencias es lo que importa, sin embargo, tampoco es para tanto cuando todo forzosamente terminará en un incendio forestal, un terremoto, una lluvia ácida, un tornado, un huracán o una inundación


Observe la posición correcta para encender

Y ahora que esta tarde recién bañada y en pelotas se me ofrece en el misterio de guiños que parir, ¿dónde dejaré olvidados a mis animalitos de la pena?

No es la primera vez que esto me pasa, pero entonces yo solía acomodarlos en cajones subterráneos, los veía en su lucha por sobrevivir adentro mío, permanecer, incluso más allá de mí, ensimismada escuchaba sus quejas de lágrimas rapaces, me apenaba observarlos desgañitarse en inventarme imágenes lastimeras, me sentía tan piadosa extirpándoles los ojos para que no mueran en la contemplación de tanta maravilla.

Pero ahora que la tarde es otra y trae un calor que me cautiva y envenena de espejismos, ya no quiero conservarlos, es entonces que no sé que hacer, dónde dejar olvidados a mis animalitos de la pena.


Ante cualquier duda dirigirse a calle 41 Nº 7620 – José León Suárez

Se trata del intento por conseguir la masa y volumen necesarios (apropiados) como para, tan contentos ir por la vida sin plantearnos preguntas por demás insignificantes o poco útiles a la cosa común, este gran evento comunitario que es la existencia. Es decir, desmaquillarse, quitar los accesorios y dejar el cuerpo libre de lunares, expuesto como una vaca de San Antonio que —seguro— te traerá un novio.


Compañía General de Fósforos Sudamericana S.A.


Una tarde otoñal de primavera, al lado mío, en esa cama inmensa, como una isla inabarcable donde hemos quedado varados luego de incontables naufragios; la inocencia de sus ojos, el cuidado tierno y pañuelitos, más y más pañuelitos que riegan el mar de parquet que nos rodea. Sé que llegarán los barcos de rescate y cuando eso suceda que sea simple, natural, poder despegarnos de este abrazo que hoy nos reconforta. Hay momentos que quisiera retener para siempre, hay imágenes que debieran congelarse en la memoria y permanecer allí como estampitas de la suerte.


Mantener fuera del alcance de los niños y en un lugar seco


Tenías demasiados satélites girando caprichosos alrededor de tu eje. Y lo mío era girar sobre mí misma, marearme y trasnochar los días bailando para que me veas. No pudiste hacerlo, tenías demasiados satélites interfiriendo mi danza.

archivado en: poniendo estaba la gansa

16.10.08

Tutiplén con wachumita, bichos, tierra que respira, mariposas, árboles y gran variedad de frutos del bosque

El fuego comienza a silbar

Esto es vida. Es lo primero que se piensa cuando la tierra se mueve, respira sus bichitos, miles de hormigas, gusanos, lombrices e insectos sin nombre conocido. Ínfimos trocitos de pétalos, cortezas, savia (son como unos caramelitos chiquitos que comíamos, no recuerdo el nombre, unos caramelitos pequeños que te hacían doler el paladar. Tenían azúcar por fuera, eran del tamaño de las pastillitas dorins. Pero eran caramelos. Estos son todos del mismo color, color ámbar, color miel).

Esto es vida. Es lo que se sigue pensando cuando boca al cielo vas por la tercera vez en que la escena se repite (y se repetirá otras tantas veces más)
Entre las ramas de los árboles vuelan mariposas. Efímeras y bellas. ¿Sabrán las mariposas de su vida tan breve? ¿Será por eso que la viven, la lucen de esta forma tan grandiosa? ¿Sabrán que su fin, su misión es importante, tan importante, aunque dure un solo día?


Eureka: somos seres humanos imperfectos

Esto es vida, alrededor de todas las cosas. Latiendo.
Y los pájaros.
Me pregunto qué pájaros serán los que ahora veo planear sobre mi cabeza. Me sale que son cóndores, pero sé que no lo son. No hay aquí en la Pampa cóndores.
Más tarde pregunto, mi nuevo santito me dice que son caranchos o chimangos. Le digo que entonces mejor no gastar pólvora, me dice que me quede en silencio y me acompaña al fogón, me pregunta si estoy bien. Le sonrío y quiero tocarle las manos. Siento que sus manos van a curarme alguna cosa. Me propongo tocarlas después, a la noche y lo hago. Un roce demasiado leve. No siento ninguna mejoría. El cuerpo roto y este dolor de cabeza tremendo, insoportable.

Esto es vida. El dolor de cabeza. El miedo que me da ver como la tierra palpita. El miedo que me da ahora abrir el cuaderno. Hay algo inexplicable que me posterga a acudir a mis anotaciones.
Otro de mis santitos me dice que me tome un par de días para procesar. Proceso dibujando.
Porque pensé bastante en dibujar y tengo una imagen en la cabeza de un cuadro que quiero pintar. Un cuadro con naranjas. Un cuadro de dónde caen miles de naranjas, las más dulces y jugosas del mundo, las naranjas que ahora, en este momento espero porque son el manjar más delicioso del planeta.


Los ojos verdes de mi homeless


Esto es vida. Todo lo que está escrito en la memoria y lo que se ha borrado. No he abierto mi cuaderno. Tantas cosas son las que se olvidan. El nombre de las pastillitas. Si recordara el envase (creo que venían en una bolsita pero no estoy segura). Si estuviese segura, recordaría el nombre.
Son tantas las cosas que se olvidan.
Por eso escribo. Para no olvidar tanto.

Esto es vida. Por momentos me siento desesperada. Confundida. Me duele la espalda, la cabeza estalla. Pero sé que pasará, el desconcierto, la sensación de incertidumbre, el derrumbe, pasará, y volveré a ver la mariposa volando, quemaré más ramas viejas.
Todo volverá a la armonía necesaria porque es un viaje que pasa, como todos, como cada momento.


Las hojas frescas hacen un chasquido maravilloso. Y siempre hay hojas frescas al alcance de la mano

Esto es vida y nada es definitivo, nada es irremediable. El universo y sus criaturas perfectas, los bichos de la tierra, las flores, mi casa. Puedo irme despreocupada por un rato que hay algo que protege mi casa, el fuego no va a apagarse, no habrá ningún incendio, todo está bien, puedo descansar un rato de mí, de mis obsesiones, de estas locas ideas de querer creer.
Las pastillitas eran como semillitas. Como la mitad de un maíz, más o menos. Sigo sin recordar el nombre.
No es necesario recordarlo todo.
Es necesario darse cuenta de dónde está el error.
Por ejemplo: todo el tiempo me apoyé en un árbol muerto que fue vida pero es muerto y ya no puede sostenerme.

Esto es vida y la tenemos toda, toda la que falta. Yo quiero que tomes mi mano para recorrerla despacito, sin perdernos ni un minuto de maravilla, sin prisa por llegar al fin. Quiero tu mano para recomenzar, porque todo recomienza y allí están las mariposas volando nuevamente.


Esperar que maduren las semillas de esta siembra interminable

Esto es vida. La luna, ahora vista desde una situación cómoda, pendular. Cierro un ojo y es una luna, cierro el otro y se desprende una pequeña llamarada de luz. La visión es lo que supongo energía. Algo parecido sucedió viendo las nubes negras que en tres dimensiones representaban imágenes. Yo quería ver algo significativo: un nombre, una inicial, un rostro. Vi ángeles y también a un diablo que se convertía en dios, vi a campanita y su varita mágica, pero lo que vi más claramente fue a David Bowie.
Nada significativo. O sí.
Algunas imágenes resultaban aterradoras pero enseguida las transformaba en algo bello. De ahí David que un rato antes era una especie de caballero del zodiaco.
Y pensándolo bien, un poco se parece.

Esto es vida. La música que se escucha a lo lejos, las caras exhaustas, la mugre en las uñas, los pies lastimados, el cansancio, la fascinación por el fuego, el hipnotismo de este momento que no acabe nunca, que no acabe nunca, por favor...


Aquí está mi amor, porque nunca se fue

Esto es vida. Mi amor no debe ser una molestia, mi amor no debe notarse, mi amor debe ser callado, discreto, etéreo, mi amor, prácticamente no debe verse, ser intangible, inimaginable, impredecible, inexistente.
La distancia que nos separa es la misma de siempre. Y no se trata de kilómetros. Se trata de algo que tiene que ver con el gran tema a desarrollar: mi amor inexistente, mi amor forzado, mis ganas de amor a cualquier precio y no hay precio, ya sabemos que nada es tan simple y que la cuota de azar es fundamental, pero también es principal el silencio, la naturalidad con que se calla cuando no hay nada que decir, cuando nada hay para compartir, cuando todo el tiempo el destinatario es un abonado fuera de servicio.

Esto es vida y no voy a equivocar el número. Quiero tus manos y tatuadas en ellas las coordenadas que me ayuden a encontrarte y que me veas así de chiquitita y me quieras así de humana.


Ay, pobres los corazones incapaces de ver cómo nacen las cosas todo el tiempo sin intermitencias

Esto es vida. El gemido de las ramas viejas que se retuercen cansadas de tanto viento, de tanto sol, de tanta lluvia, de tanto tiempo. Las ramas me hablan. Es un rumor triste, un quejido que me da mucha pena. Y lloro por los árboles secos, los árboles muertos. Lloro a mis muertos, a mis ilusiones muertas que fueron vida pero son muertas y ya no pueden sostenerme.

Esto es vida. Hay que sentir el miedo, la emoción, el dolor de cabeza, hay que reír, hay que quemar montones de lágrimas en la fogata, hay que perderse y retomar el camino, hay que buscar, encontrar, elegir, crecer. Hay que entregarse.

archivado en: ante cualquier duda consulte a su chamán de confianza - digresión bucay - inimputabilidad de ciertos efectos

10.10.08

Wachumita



Bolso con manta, medias abrigadas, off, pañuelos muchos, agua, cuaderno, lapiceras muchas, fósforos, y toda pero toda mi entrega a la tierra que me espera con su corazón abierto.
(Las girgolas las dejo en el florero, Lavi, pero mirá el criadero que te conseguí)



archivado en: ábrete corazón, ábrete sentimiento