11.5.05

Barrio Norte IV

Tengo ganas de tirar una monedita en la fuente, de pedir un deseo, de que se cumpla.
Busco a través del reflejo de agua que la oscuridad esconde, busco monedas ajenas, monedas antiguas, y no hay ninguna.
No hay monedas en esta fuente. No hay deseos.
No hubo nadie, ni una sola persona que se atreviera.
O tal vez hubo uno que se llevó, hace un rato, todos los deseos para cumplirlos.
O lo menos poético y lo más probable: alguien se choreó las monedas.