11.4.08

Esto es más o menos así:

Hago cuentas. Son más o menos 59 personas las que me quieren. Y es una bocha. Alguien decía que el que te quieran es una responsabilidad enorme. A mí no me lo parece porque el cariño es una energía renovable. Al menos en mi caso. Afectivamente soy zarpada de salud.
Conozco personas que sufren diferentes tipos de trastornos al respecto. Algunas veces hice ingentes esfuerzos por ayudarlas a resolverlos. Pero hay casos graves, bloqueos emocionales que no los desatascás ni con todo el cariño y la buena voluntad del mundo.
Y ojo que soy hábil con la sopapa. Alguna que otra vez lo conseguí.
Pero a veces no, son casos complicados. Corazones acorazados que se van resecando con el tiempo y llega un momento en el que ni te das cuenta si laten o no.
Con este tipo de minusválidos sentimentales es mejor no perder mucho tiempo. Es un gasto de energía inútil y por más renovable que sea la energía de mi amor, tampoco es cuestión de hacer abuso.
Entonces pienso que si hay por lo menos 59 personas que me quieren, puedo quererlos a todos y a los que no, los que están por debajo del límite de pobreza emocional, que se jodan.
Yo podría querer a unos cuantos más. Unos doscientos o trescientos, más o menos.
Quiero decir: hay espacio y cantidad y la cosa es que hay por lo menos 59 y de ellos me hago cargo.
Con responsabilidad
Pero más con gusto y placer.


Hago cuentas. Vendí un montón de libros. Me quedan unos cuantos más por vender, sin contar los que están en librerías, que seguramente son más.
La cosa es que no me parece justo que habiendo tanto tutiplén haya gente que no pueda acceder a ellos. El mundo es injusto y yo quiero un mundo justo.
Justo es que me los compren a mí primero.
Y hay maneras.
Me lo pueden pedir por mail (rosi.gutierrez arroba gmail.com) y lo mando por correo a cualquier parte del mundo. Aclaro que pocas cosas me revientan más que hacer trámites e ir al correo es uno de los que más me estufan.
Pero soy bondadosa y haré el esfuerzo si me lo solicitan. No soporto la idea de pensar que hay un ser humano que desea con fervor uno de mis tutiplenes y no lo tiene porque no pudo venir a la presentación o porque vive lejos de Hurlingham.

Otra opción, para quienes viven lejos de Hurlingham pero no tanto, es coordinar un encuentro en Capital, en día y hora a convenir y lo entrego en mano, se ahorran el envío, pero me pagan una coca-cola en concepto "atención personalizada". Lo ideal sería organizar grupos de compradores —de entre 2 (dos) y 80 (ochenta) personas— por varias cuestiones:

1.seguridad.
2.optimización del servicio
3.entre varios compran una coca de litro y medio y la tomamos en Plaza Serrano, ponele
4.cosas por el estilo.

La opción de comprar en librerías también es válida y a mí me sirve para que Juan Galerna, que es el que se lleva la papita, se ponga chocho de la vida, se quede sin stock y se vea en la obligación de sacar una segunda edición con la que va a ganar él, pero a mí me hará famosa y luego todas las editoriales del mundo se pelearán por mis escritos, y los medios que hoy me ignoran, me promocionarán más que a la novela de Mairal, novela que no leí, así que no puedo decir "novela pedorra", que es en realidad lo que hubiera querido decir.
No soy como la mayoría de la gente resentida, sino que mi resentimiento es diferente, yo no hablo sin conocimiento de causa. Así que ya saben.
En lugar de comprar la novela de Mairal que no sabemos si es o no pedorra pero es hasta la fecha la que más invirtió en publicidad, compren mis tutiplenes que además de ser muy entretenidos y de fácil digestión, están escritos con amor hacia, por lo menos, 59 personas.


archivado en: yo vine acá a hablar de mi libro