La bola de fuego saliendo del mar. Noches en las que dan ganas de recaer un rato, de abrazar la inmensa inocencia blanca y dejarse llevar como las barcas llenas de ofrendas y velas; convertir los tambores y batucarse el corazón un momento. Trajes blancos, gordas danzando, pescadores crédulos, reflejos rojos y ella viéndome cuando la veo tan magnífica, insuperable.
Desde que tuve la certeza de que el amor no es algo noble como nos mintieron a lo largo de la pantalla, el hueco se hizo inabarcable. Desde que perdí la fe vagué tanteando en el aire y en la esperanza enervada y líquida, buscando llaves de puertas que ya no llevaban más nombre que la pena.
Hoy creo en ella. Reina, motor, vida, poder.
Creo en los fenómenos que me asombran y el impacto lo siento fuerte en el pecho, en la carne de gallina, en las lágrimas de lindo.
Creo en la belleza y quiero vivir rodeada de ella.
Marche un proyecto de vida.
Sólo por hoy.
archivado en: metereología aplicada; oh, pedaço de mim
oh, metade afastada de mim