Mi princesa está triste.
Toda la adolescencia se le viene encima y la adolescencia, si no fuese porque después vienen tiempos peores, es la fase a superar más brutal e impiadosa.
Mi princesa está triste y las broncas se le encierran en una cajita de Tic-tac cerrada herméticamente.
Estos son momentos en los que tal vez sea posible pisar sin el suelo.
Ojalá que mejore, ojalá que zafe de esta, ojalá que haya nueva música. Ojalá el mundo mejore y la adolescencia no duela, ojalá no haga falta un señor achicharrado para que la esclavitud sea noticia. Ojalá se pudran en su tinta todos los periodistas en general y algunos otros en particular. Ojalá todo mejore y sea bello ante los ojos de mi princesa, que está triste.
archivado en: tándem de tablaturas que hacen a la vida misma*Mamá dijo que no vinieras, del disco "Cuentos decapitados" - Catupecu Machu
