Y, por ende, le sucedían algunas cosas que podrían encuadrarse en la categoría de "infrahumanas", aunque no llegasen a serlo completamente.
Por ejemplo: venía el Sabio del Canuto Rugoso y le decía dos o tres verdades.
Una de ellas: "Que la carpeta borrador esté más llena que la de entrada o enviados, es signo de maduréz emocional."
Otra de ellas: "Que para utilizar, en forma simultánea, varios programas de disegno y creación necesitás algomás que una memoria estandar, algomás que buena voluntad, algomás que ilusiones"
O tres: "Que igual conviene ir borrando".
Es decir que, en la mayoría de los casos, todo esto puede suceder o no.
Si uno se encalla en el límite entre una realidad 'real' y otra 'aparente'.
Sería como: "vas descalzo por una línea delgada que separa ambos mundos paralepípedos. Y tu patita (precisamente, el dedo chiquito de tu patita de acá) en un evento de suma audacia, se sale de la ruta"
Ahí te caés.
Ahí perdés el equilibrio.
Ahí te quiero ver, pequeño tirifilo.
Todo esto (claro está), con algunas variables.
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Apdeit:
Y encima de todo, esta noche, a la luna le arrancaron la oreja.
Opino que eso estuvo mal.
