12.5.06

Tutiplén hiper-meta-ponga-saque textual

Piñata salvaje

(el señor saluda a una señora desde la ventanilla del auto y me dice:
-ahí vivo yo, ésa es mi mujer.
venía contándome de las bondades del kohinor en estos días húmedos y de su pericia para la chapuza electrodoméstica.
-¿adiviná que encontré cuando lo desarmé?
-monedas, botones, arriesgo con un mínimo de consumo neuronal.
-nada de eso, ¡había un corpiño!
-no es raro que se atasque ropa -digo-, suele suceder.
-claro, lo que es raro es que a ella le haya faltado un corpiño y no se diera cuenta.)

Automatismo en el análisis de los metales

El recuerdo se hace leve, una puerta corrediza gime su óxido agrio, gruñe una melodía que el oído no puede comprender, un estribillo que, luego de decodificarse mediante programas similares al ffshow, dice: "¿Dónde, cuándo, de qué manera?"
Y el mismo programa te responde: "El canto del amor es imperceptible, ya casi no se oye, ya no ejerce su oficio almibarado. El amor está de licencia".

"¿El amor se jubiló?", cuestionamos nosotros.

El programa se cuelga, el administrador de tareas de ventana se empelotudece y hay que resetear.

(. [punto] El punto de inflexión, la cosa que se pone álgida, momento de intensa tensión donde la prota está a punto de revelar el gran secreto, o el prota está por firmar una solicitada avalando el exterminio de cuanto ueblosfer pulule ululando sus diatribas torpes generadas no por cocaína sino por coca-cola o Coca Sarli u otras cosas por el estilo. [punto])

Maldito tinnitus: ¡no me jodás!

yo pierdo corpiños. corpiños y bombachas. corpiños, bombachas y medias. muchas, enormes cantidades de esas prendas que son, básicamente, las únicas que compro seguido. muy seguido. como tres veces al mes. o cuatro. debiera tener docenas de conjuntos, sin embargo los pierdo. algunas veces luego de la primer postura, otras, incluso antes de estrenarlas. no tengo registro de ninguna de ellas, porque las pierdo.
y no tengo kohinor.

Temas Relacionados

Sapos que revientan, agonizan en el jardín de lo cabal. Sapos que tenían el veneno que bebiste y convirtió tu brillo en una sombra sin depilar, una sombra de entrecasa, una oscuridad donde el maquillaje son los ríos que se cuelan por las grietas de tu rostro, hilachas desarmadas que chamuscan las capas de tu piel y paralizan las palabras que quedaron por jurar.

Show row logs

y entonces viene el mecánico a salvarme una vez más. me dice que el problema es eléctrico, que lo lleve al electricista, me ayuda a arrancarlo y a meterlo en el patio.
entonces viene el electricista a salvarme otra vez. me ayuda a sacarlo del patio y a arrancarlo. me dice que el problema es mecánico, que lo lleve al ídem.
y entonces viene dios y me dice que me joda por boluda.


15º Conferencia de Acería y 1ª de Fundición que se organiza por el Instituto Argentino de Siderurgia

El nudo se apretaba con fuerza comprimiendo el centro del ahogo. El nudo se apretaba, mientras yo hacía poncios pilatos en pañuelos de tissue, pidiéndole al deseo que obedezca, sea buenito.
Parábola zigzagueante de la calma falsa, como hilos de los que venden en el tren, coloridos, pero ineficaces a la hora del zurcido.
Inútil como defenderse de un ataque de tortas de crema. Algo, aunque sea un mínimo, alguito, te va a salpicar.

El domingo NO vuelvo (supuestamente a las 6 am) y NO me quedo para siempre

la conducta de la gente que viaja en el urquiza cambió radicalmente en estos años. ahora la gente no lee. ahora la gente manda mensajes de texto, juega a jueguitos o habla por teléfono celular. todo el mundo sabe todo sobre la vida de todo el mundo. si le dieron el alta a la suegra, si la nena llegó ya a tal lugar, si el marido tiene un día complicado, si la señora se encuentra exactamente en el sitio donde debiera, si al nene le fue bien o mal en el parcial, si el señor está trabajando o está de trampa, o está vayasaber dónde. todo el mundo sabe todo de todo el mundo. todo el mundo, menos los que no quieren saber, los que no tienen celular. todo el mundo menos yo, todo el mundo menos vos. la gente ya no lee en el urquiza. vos me regalás libros, vos me prestás libros, yo te regalo libros, yo te presto libros; vos y yo leemos, vos y yo no tenemos celular.

El tenis de mesa y un nuevo boom comercial

Lo mismo, entonces, que la vida siga siendo una guapa maravilla a nuestro total servicio. Otra cosa no, otra cosa no es negocio, otra cosa no se vale.

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