Esos días, ¿viste? Esos días en los que todo parece buenas noticias.
Te contagiás de optimismo, ¿viste?. Creés que se acaba la malaria, que la inminencia es inminente, que empieza el gran momento de ganarle un porotito a la vida, que las alimañas son sílfides candorosas que cantan como Paul Williams, así, todo meloso, todo almibarado, que llueve café en el campo, que no vas a tener respiro y que lindo, que lindo, que lindo que vaser, ¿viste?.
Esos días, ¿viste? Uno la pasa tan pero tan bien que anda como loco dando saltitos y revoloteando teléfonos, saludos y sonrisas. Uno, hasta tiene ganas de ser bueno, de poner pilas, de empezar otra vez, y dos y tres y cuatro veces más.
Esos días son recopadísimos. ¿viste?
Lástima que estos días no sean esos días, sino capáz que ahora no tendría tiempo para perder el tiempo y tendría una pequeña ilusión a la que amasar con los dedos, hacerla bolita, moldearla, ¿viste?, hacerla bolita, aplastarla, dejar que se piante y recordar esos días que fueron así, como ésos.
