9.3.02

Funciono con la máquina a prueba de fallos. No es tan malo como se supone. Es una experiencia importante de la que pretendo olvidarme lo más pronto posible.
Andaba con bronca porque este año, en el Día Internacional de la Mujer, que es la fecha más importante de mi vida y casi la única que festejo junto a mis amigas feministas y lesbianas y reivindicativas de los derechos progesterónicos no adquiridos aún y en vías de...
Decía que andaba con bronca porque este año, recibí menos postales de felicitación (por ser mujer), que el año pasado.
En realidad no es que me importe demasiado la fecha, ni las reivindicaciones y mucho menos ser mujer y festejar mi día; sino el hecho de que algunos de mis novios se hayan olvidado de mandarme una postal felicitándome por ser mujer, como si eso fuera un mérito mío.
Porque, a mi, si hay algo que me gusta,... son las postales del Día Internacional de la Mujer.
Todavía recuerdo esa que me mando el cubano de mis amores con un poema de Sabines,
También la otra (que era un forward, pero no me importó) del chico de Burzaco, con el “Mujer de sesta o sexta o cesta” de Pedroni.
Este año recibí pocas y encima tuve que entrar al gritincar para verlas. Eso fue indigno. Sentí que estaban pisoteando todos mis derechos aún no adquiridos y en vías de...
Las mujeres merecemos más.
Merecemos muchas, muchas postales del Día Internacional de la Mujer, merecemos lavarropas automáticos, flores, hornos de microondas, bombones de chocolarte con licor, y Días Internacionales de la Mujer; para sentirnos engranajes claves de la maquinaria re-productiva, ligada siempre, a la revolución re-productiva, el sexo libre y el pis an lov.
Por mi, podeis iros todos a la mismísima mierda, la hostia de gilipollas que sois, insensibles, banales, comemierdas, “hombres necios que acusais a la mujer sin razón...”
De ahora en más, si necesito una postal, me la hago yo solita (que bien bonitas me salen)
Y después se las envio a todas mis hembras amigas conocidas y por haber.
Y sí, soy rebelde “porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oir...”

Hala!, que os dén.