4.12.07

El desafío de la blancura

Breve ataque de blanco, breve, espero que breve, los dedos no hacen nada importante, los dedos teclean búsquedas, la actriz esa, el pintor aquel, los dedos no hacen nada que responda al mundo que pulula entre un segundo y el siguiente, pienso, escucho tangos que me dicen "milagrosa musiquita de cristal", que me hablan de amor y de bondad y sonrío porque es lo mejor que escuché que alguien haya dicho pensando en otro, "milagrosa musiquita de cristal", "milagrosa musiquita de cristal", pienso que la época de oír, leer lo mejor que alguien podía decirme ya pasó, pienso que mi corazón siente mucho la ausencia de poemas, pienso "en el trágico final de mi desesperación", pienso qué estará pasando en la zona que me es inaccesible, pienso que es tan vana la pena expuesta como un folleto de lencerías, que todo es una infrecuencia, una arandela perdida, un clavo que no saca otro clavo, un clavo, la sensación de agria injusticia, la certeza de que no debiera ser así, "y entonces te busqué, creyéndote mi salvación", pienso que no puedo resignarme a creer que el amor se haya convertido en esta eterna insuficiencia, pienso en los suicidas esenciales, románticos hasta el culo, pienso en los huevos que hay que tener para no llegar a la morfina que aplaque un poco (sólo un poco) el dolor, pienso en el dolor y pienso en ella y su dolor que no se nota, pienso que todo está al revés, tan equivocado, "yo te dí un hogar, siempre fui pobre pero yo te dí un hogar", pienso que igual entiendo, trato, hago enormes esfuerzos, y es así como los dedos se activan, comienzan a desentumecerse, los dedos responden y, al final escribo, no es tan grave, tengo la tendencia inversa a la que tenía hace dos mil años, tengo la tendencia a la sonrisa, "nace la aurora resplandeciente", y hay lavandas secas que recogemos en nuestras caminatas, hay medicinas que calman el sufrimiento, pienso que no estamos listos para "el viaje que desciende hasta el color final", el blanco es blanco ahora, pienso que "si hay algo que jamás yo te perdono" y pienso que ya te perdoné todo, tanto que casi no me acuerdo de cuánto te adoré, pienso que siempre "la vida está en flor, tenés que seguir", pienso "milagrosa musiquita de cristal", "milagrosa musiquita de cristal", pienso que seguiré enamorándome cada vez que se me cante aunque sea ridículo, aunque no haya acuse de recibo, aunque no haya remedio, por las dudas quede algo, una micro partícula de eso que veía tan claro como el blanco, este blanco, breve ataque de blanco.

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