Gracias a Edgar por esta bonita oportunidad y por la paciencia.
A Gus Nielsen por la confianza.
A APTRA
Al apoyo de mi perro Z., sin cuya parásita compañía y sus pelos por doquier, ninguna buena idea hubiese surgido.
A John Locke, de Lost, porque lo amo inconmensurablemente.
A mi Pentium 5.
A Virginia, mi kinesióloga.
A mis novios, por ignorarme en estos días.
A los amigos.
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