11.9.13

Sexo explícito con aves zancudas

Sobre el tapete gris de despedidas, Septiembre pule sus orillas con una lija imperceptible y deja astillas que caen y se funden en siluetas desenfocadas, pálidas, lejanas, penosas transparencias no videntes.

Miro el almanaque, la savia de los días fluye y apenas empecé a perderme en el futuro, el espejo de la duda se frota a sí mismo, y empañado, refleja un paisaje que no alcanzo a distinguir entre el vapor del agua.

No son necesarias omisiones si el perdón es un axioma, si es posible cortar y dar de nuevo.
Hay geografías que presumo tan amables que me aterran.

Sin embargo el cartel no muestra ausencia y la ceremonia del ansia es una esperanza que con lanzas, espera calmas tibias.

La mano juega con ventaja. La mano vende, ataja, manda. Somos mano en la partida. Ya la suerte no es de principiante, es princesa del espiante más de oficio que de azar.

Somos grandes. Podemos vernos con ojos sin derroche de promesas, podemos vernos a través de una puerta corredera, sin saber que hay detrás o sabiendo que lo que hay nos pertenece, es irrepetible, está para quedarse.

archivado en: efectos sustentables para todos y todas