27.2.08

Santos que yo te pinté

Como el primer guiño de una supernova. En el altar: —San Antonio, San Antonio, traeme un novio — reza la joven y se embadurna de azares, las manos calientes, el sexo que late, medalla apretada, fricción para orzuelos.

Su madre sonámbula regresa a la casa, cruza el jardín inanimado, revuelve cajones de papas, cebollas, y seca la hedionda transpiración del reloj.

Papá no vuelve más —ellas lo saben— el pañuelo sigue tan blanco como esa nube quieta que no se digna a disolverse.

—Hago lo que puedo y más —le dice madre a quién esté dispuesto a escucharla—, desde el accidente, el hospital se convirtió en un gran tentáculo y sola no puedo con todo. Lidiar con la casi muerte y pretender que los hijos coman. Y esa inútil, todo el día coleccionando estampitas y mirando al cielo.
Nunca pudimos entendernos: ni con él y su ginebra, ni con ella y su beatitud.

Como el primer abril. En callejón oscuro, el de la vuelta, cerca de las casas, donde vive gente que se oculta tras los postigos cuando escucha vientos de tormenta.
La joven cruza el pasaje camino a la escuela y su plegaria ahora: — San Roque, San Roque, que ese perro no me mire, no me toque.
El dóberman del polaco brilla por su ausencia, el perro es otro y su hocico húmedo olfatea a la virgen, con una mano tapa la boca que implora, con la otra sostiene sus brazos, con las piernas la anuda y el resto es sangre y tierra. El resto polvo y lágrimas.

La joven sonámbula regresa a la casa, acomoda el vestido, se encierra en el baño, limpia los raspones, se frota la pelvis, la vulva naranja, exorciza al demonio, se calma y por la ventana esa nube tan quieta que no se disuelve.

En la cocina, madre malabarista prepara albóndigas con grasa, pan, perejil abundante, un poco de ajo, pedazos de papa.

—Se hace lo que se puede —ellas lo saben— la joven decide que está preparada y con gesto inocente le dice a su madre: —No te preocupes, ya es hora, estoy lista, mañana habrá carne en el guiso.

San Expedito sonríe con la satisfacción de la causa urgente cumplida.

archivado en: la vida es bella

26.2.08

Ramazzotti

En este pastel de azúcar misteriosa yo te tierno,
te como, te lambo, te sorbo, mastico, paladeo.
A vos, sí a vos, cabshita delicioso.
Te chupo por fuera y lo blandito desparrama en mi lengua
dulce de leche.

—Guarda, tengo alcohol
—¡Oh dios mío de los cielos santos, me has contaminado con besos tu veneno!

Kiko
Rico
Veneno
Del bueno

Vos me abananás dólquicamente la existencia, amor
Quiero sumergirme en tu trufa de Savoy
De Samoa
De Sacoa
Mi fichín, chiquilín, de Bachín:
Mi cucurucho —chococrock y tiramisú—

—Guarda, tengo alcohol
—¡Oh virgen milagrosa de la medalla de alpaca, me has apocopado en copas!

Ferné
Quilmes bock
Copas
Rotas

No leí la letra chica del envoltorio dorado
y dejé que me alfajoraras el alma sin miramientos
Mirá si miento
Me clavaste varios de tus bonobones y chipis chipis
Morfetiaste cada uno de mis doryn’s naranja, trizas hechos quedaron los corazoncitos picantes.

—Guarda, tengo alcohol
—¡Oh ángeles impúdicos de la oquedad celeste, aguaviva corruptora de la carne!

Asado
Chori
Carne
Me arde.

archivado en: altos poemas eróticos

23.2.08

Morir de quiasmo

la infinita soledad de un feed
estremece las fauces de la tarde
hipérbaton, que bate, que ralla
que amasa
tomasa
la masa
abrahama de la filosofía
catedrática ciudad universal
universitaria, no me acuerdo
¿quién me oximoraba el cbc?

una tarde antes, un poco antes de cambiar machu pichu por heladera y de que la ideología marxista se fuera a la mierda y el capital nos dejara en capital: núñez, para ser exacta.
no recuerdo una época más o tan feliz, para seguir precisando.

me gusta un chico ahora
es chico
escribe poemas
es chico
escribe un poema que dice
no te amo, te hablo
es chico
no lo conoceré nunca
me enamoré de un poema
envidie a la musa
me acordé: fui musa
fui una grande de muzza
para un poeta que
me atropelló con palabras
el corazón-tiquitiqui

era lindo
no el poeta
sino el vestidito
que yo le planchaba
la sensación de a lunares
alunada. fondo azul
lunares blancos.

a veces extraño el estado de completa estupidez e indefensión que da el amor y esta tarde me enamoraría otra vez.
anaforaría sus extremidades para que alcancen, cubran mi cuerpo todo
haría un mapa semántico con las pecas de su espalda
le sacaría todas las comas para no darle pausa, para que nadie más que yo pueda leerlo.

tendría que haber una ventanilla de reclamos donde uno pueda decir: ¿qué pasó que ya todo pasó y el verano es la sangre quieta como nunca y no espero ni rechazo ni propongo y lo escrito no son más que palabras que no dicen nada y todo se convierte en una pausa un sostenido, una clave de sol, luna, estrellas?

quiero que me devuelvan lo invertido
en el plan de ahorro que pagué pesito a peso
no puedo licitar su amor
no me alcanza el amor que yo le tengo.

yo espero que se deshojen las horas de este fin de semana, que se vaya, pasen los marzos y es que a mí el aprovechamiento útil y responsable del tiempo me tiene sin cuidado porque lo mejor ya fue y ahora nomás todo es sobre-vivencia:
pupitre marrón
plagado de huellas


y

ropa que jamás volverás a usar
aaá, ooó...


a lunares azules, fondo blanco
fondo blanco
¡salú!

si yo fuera una chica puán
si hubiera podido tolerar tanta academia
—y ya lo ve, y ya lo ve—
escribiría poemas así
transgresores como este
donde junto sinsentidos
y les doy enter
alumbrados, enalagados por la
infinita soledad de un feed
(repite)

archivado en: altos poemas de vida, de amor y de alergia estival

21.2.08

Tutiplén de ramos generales pero no tanto

De Olivos a La Lucila

El desvarío de una voz insurgente traducida en onomatopeyas, o fragmentos de palabras, tan pasmosamente iguales a aquellas otras que una vez supe, en otra parte, en otros días, tan distintos a éstos, cuando en el cielo aparecían cristales repartidos de una puerta que no llevaba a ningún lado y los relojes daban cada uno una hora diferente, contraria a sus agujas y al sentido.
¿Por qué en lugar de un recuerdo dulce me queda esta trasnochada sensación de mosca muerta sobre sopa hipotensa de hospital?


Liberen a Willy

No hay razones, no las encuentro, no es necesario el apareaje permanente. Las redes sociales y la boba cantinela que repite: esto es la vida, así somos, ampulosos, pendencieros, tiernos, malhumorados, imbéciles secuestradores de sueños que no valen ni un mango de rescate y dejamos morir de inanición.


Ma’ sí... andá cagar

El primer sonido que escuché de esa sonrisa me instó a penetrar, revolcarme en dos pupilas dilatadas, rojas como diablos y vergüenzas.
Me veo tonteando lágrimas entre humos de escapes porque es tarde y los ojos son visiones de serpiente. Un médano lascivo, parcela de la abulia. Me entrego. Circuncido los corales, matizo en sentido inverso a la fragancia del atardecer, reciclo la penumbra. Ahora que he encontrado la certeza envuelta en caracoles, no sé lo que buscaba debajo de las piedras, no sé si sonreía o me inventaba insuficientes suficiencias. No sé que tipo de respiración artificial debí aplicar para darme el gusto de morirte y de matarme en eutanasias. Hay amores que debieran ser abortados, aunque dios no lo permita y demuestre que no hay símbolo al que asirse que no sea extremadamente cruel y vengativo.


O al menos que llueva

Yo he cumplido mi parte. Hice árboles, hice hijos, hice perros, hice libros, hice un millón de papelones, y amé, por sobre todo, fui de mí la mejor y la peor versión. Ya cumplí. Ahora quiero jubilarme y escribir una novela que hable de inventos increíbles como vacunas contra el deseo. Ya cumplí, ahora me toca un poco de amabilidad de tu parte, mundo. Es justo. Es necesario.


Perfidia

Tengo una sed inagotable. Sé que (sólo por hoy) lo haría. Extraño el ardor en las entrañas, extraño el exabrupto, la infinita desprotección, el aullido, el reclamo, la puteada, el enojo, la violencia, extraño traicionar esta apariencia, extraño la belleza de lo oscuro.


¿Qué la trae por aquí?

Con un soplido débil arrancaste de cuajo los carteles que anunciaban la abolición de la tristeza. El cielo lloró sus chispas satinadas y las manos se me derritieron de puro abismo al tantear con aleteo náufrago el lago inalterable de tu tiranía.
No demoré en reclutar los monstruos que había guardado en el ropero, desafiné los pianos que te presentían y recorté figuras nuevas para hacer fotomontajes donde habían quedado huecos despistados.
Nunca más será el rocío tuyo el que empape mi mirada. Tiernos caníbales rodean mis despojos, me encierran y apuntan sus lanzas hacia fuera. Para que no entres mientras pinto otros carteles de acuarela.


Somewhere over the rainbow

Yo no sé querer. Soy desmesurada. Hago ruido, en esto me parezco mucho a mí cuando madrugadas, en puntas de pie, sin encender la luz, intentaba pasar desapercibida y despertaba a medio mundo quedando en evidencia. Mi vómito enchastraba el camino de baldosas amarillas que en lugar de a la ciudad esmeralda me llevaba al mareo y al desmayo, al blanco y la resaca.
Así, como no sé beber, es que yo no sé querer.


Mother and sister

—¿Me podés buscar la luna, por favor?
—¿Quéeee?
—Que levantes el culo de la silla y me ubiques la luna, eso digo.
—Ufaaa...
—Fijate si está en el patio.
—Sí, acá está.
—¿Y está entera?
—¿Quéeee?
—Dejá, dejá que me fijo yo.

archivado en: tutiplenes eclipsados por rutilancias momentáneas y pasajeras

15.2.08

Tutiplén según pasan los años

A mis amigos.


2002:

Este blog comienza así: Toda la culpa es mía y no quiero compartirla con nadie. Hay gente que tiene mierda en la cabeza. Pero en la mía hay más. Y la comparto.
Cuando vi que había que rellenar el campo “descripción” no tuve ni la más puta idea de qué poner. Y así quedó. Y así seguirá para siempre porque a pesar del tiempo transcurrido, en esencia nada ha cambiado.
Por esos días Resacas era un acto de solipsismo extremo, un diario íntimo, una borrachera permanente, una insatisfacción, un error ortográfico y sintáctico, un vómito, un registro, un almanaque, una agenda. Cualquier cosa menos un intento literario, que de alguna manera, me salvó de varios monstruos más que andaban acechando.
Por entonces, la idea de un mañana me parecía insostenible. Sólo había una pared, una hoja en blanco que por momentos me paralizaba y por otros me incitaba a llenarla de palabras. La inmovilidad fue cada vez menos frecuente, las palabras se reprodujeron, aumentaron y comenzaron a darle una forma y un concepto a mis días.

2003:

Finalmente esto se va pareciendo a un coso de verdad.
Estaba a punto del delet blog y, para variar, no sólo que no delete nada, sino que le metí las cositas estas de comentarios, no porque en realidad me interesen las opiniones sobre estos delirios, sino más bien porque todo el mundo los tiene y yo no quería ser menos.
Empezó con Enetation —al que después llamamos Eneatonto—: un sistema de comentarios (frustrante, ineficaz, advenedizo) que hizo que me diera cuenta que había personas que me leían. Gente —¡increíble!—, había gente leyendo y ahora podían decirme cosas, ser virtualmente tangibles.
La responsabilidad era mayor. Empezaba a sentir que les debía algo bueno. Comenzaba a conocer a muchos que más tarde serían amigos. Una amiga grandiosa, Yael , la coequiper perfecta, de antes, de atrás de proyectos nuevos tamaño blog.
Todo en mi pensamiento tenía formato post: haciendo compras, viajando en el auto, cocinando, bañándome, trabajando, en cualquier momento, cualquier lugar.
Y el amor. Un amor bello y tortuoso.
El amor es despertar y ver que nada es tan difícil y que lo que más se acerca a la felicidad tiene manos y ojos que palpan las costillas de los sueños.
En esencia, nada cambia. Amores, amigos. Sólo cambian formas e intenciones: empecé a escribir para que me lea/n y, de paso cañazo que me quiera/n.

2004:

El humor que marcaría un estilo y unas ganas locas de terminar con la tristeza. Los concursos, las homilías y también los tutiplenes. Esos retacitos de pensamientos ligados por hilos que sólo yo y unos pocos conocían. Entretener porque escribir comenzaba a ser algo verdaderamente divertido y necesario.
Estoy atravesando una etapa sumamente frívola. Si no fuese por el nuevo hormiguero o la gotera insistente, me dedicaría a cultivar el espíritu. La última vez que lo hice nacieron brócolis. Los gratiné y quedaron de re-chupete.
El amor en su mejor momento.
La incipiente idea de editar un libro.
La reunión en casa con mis amigos virtualmente cotidianos in real life, el intercambio, el hígado diciendo basta y yo haciéndole caso durante un tiempo que pensé sería siempre. Pero no.
Porque en esencia, nada cambia.

2005:

Mi amor que se iba yendo, el intento desesperado por retenerlo aunque el sufrimiento fuera demasiado, aferrarme a las últimas chispas de un fracaso anunciado el día en que nació.
Mientras escribo esto, una cucaracha semi muerta camina por el escritorio. Termino de matarla. Fósil. Otro símbolo.
Cuando las cosas a olvidar son demasiadas, es mejor dejarlas para otros días, días en los que un rayito de luz te diga: no hacen falta olvidos, estamos en paz, no hay rencores. Lo que queda: nada.
Ni en los momentos del hachazo, ni cuando decidí que mi hígado ya había tenido descanso tóxico suficiente, que, a fin de cuentas, la cabeza acomodada no servía para nada si él ya no estaba conmigo. En ninguno de esos momentos se me cruzó la idea de dejar el blog.
El estilo resacado consolidado. Ya me conocían en muchas partes y hasta me pedían cosas para publicar. El blog me había salvado una vez. Ésta lo haría nuevamente. Nada, absolutamente nada, cambia en esencia. Él no estaba, y nadie muere de amor. Resacas era mi vida y mi vida era yo.

2006:

Una brisita fresca y un compañero de copas de primera. Muchas películas, mucha risa a carcajadas, largas conversaciones sobre música y ciencia. Dos soledades no hacen una pero hay compañías que atenúan el dolor. Duró un rato. El suficiente: nos queremos tanto tanto tantísimo y nos seguiremos queriendo tanto tanto tantísimo porque ninguno de los dos quiso darle a cronos el placer de vernos detestarnos.
Menos faltas de ortografía, un poco más de corrección, el libro terminado, corregido, cerrado y archivado para cuándo fuera.
Una pérdida importante: mi Gol gris, compañero de años, tan querido. Pero nadie muere de amor. Y a pie, en bicicleta, colectivo o tren… las historias del tren y el Arte tapa dura: mi nuevo y gran compañero de ruta.
Más amigos, reuniones y crisis severa que me depositó en manos del psicólogo de mi vida. A cuidar el hígado de nuevo. A los ponchazos, rebotando por las paredes, más sola y acompañada que nunca. Otra amiga extraordinaria, Laviga, madrugadas dulces, charlas interminables, mi 911. Intentar un gran cambio aún sabiendo que nada cambia en lo esencial.

2007:

Mar del Marolio y las recaídas, la necesidad de guita y el techo que parecía nunca iba a dejar de llover.
Llueve al fin. No dejo de mirar el techo obsesivamente esperando el momento de salir disparada a asesinar a M.
Llueve, pero no lo suficiente como para testear si la cantidad inconmensurable de dinero invertido rendirá sus frutos (¡guarda con frutos!)
Y como por arte de magia salió el sol y hubo laburo (mucho) y poco a poco las cosas se fueron acomodando. Sin darme cuenta dejé de pensar en él. Sin darme cuenta comencé a pensar en mí. Y estuve sola conmigo tanto tiempo que empecé a acostumbrarme, a quererme y, sobre todo a perdonarme.
Las plantas (ayahuasquita, wachumita) que me ayudaron a verme por dentro, un camino nuevo lleno de acertijos que fui adivinando. Siempre los amigos, el motor de mi vida. Eso no cambió. En esencia, nada cambia.

2008:

Un racconto que me dice que no soy tan diferente a la de hace seis años.
Todo lo que ha quedado en el camino pertenece a las ausencias. Lo que hierve en mi mirada no son lágrimas, es niebla, lo que dejo que se escape es esta terca humanidad que me perturba.
Frente a mí, una prueba de galera del libro que prontito entrará en imprenta y en Abril saldrá con fritas. Gente nueva y nueva energía, esperanza (creo que esa es la palabra justa) Y encontrar que sin ella nada es posible.
Un amor nuevito a tranco lento y discontinuo, pero amor al fin.
Muchas ganas de ser escritora. Por fin sé qué quiero ser cuando sea grande.
Confianza que rima con esperanza. Lindas pibas estas que me dicen que bueno, algunas cosas, en esencia sí que cambian.

archivado en: querido diario y las edades de Luc-Luc

13.2.08

¿alguien anda necesitando 2500 millón verdes?

Nomás hay que servirle alcohol y verdad a dios.
Una papita, ¿verdad?
Lamentablemente yo no puedo servirle alcohol a nadie, así que se los dejo para que lo aprovechen.

El día 13/02/08, Anna Amstrong escribió:

Mi estimado en el señor,

Te saludo en nombre de nuestro señor Jesús Cristo nuestro señor que soy señora Anna Amstrong de Kuwait, yo me caso con Sr. Richard Amstrong para quien trabajó con la embajada de Kuwait en Ivory Coast nueve años antes de que él murió en 12/01/2004.

Nos casaron por once años sin un niño. Él murió después de una breve enfermedad que duró por solamente cuatro días. Antes de su muerte éramos ambos otra vez nacido cristiano. Puesto que su muerte que decidía no casar otra vez o no conseguir a un niño fuera de mi hogar contra el cual la biblia está.

Cuando mi último marido estaba vivo él depositó la suma de dólares de $2.500million en un banco en Abidjan Cote D'Ivoire África del oeste. Actualmente, este dinero todavía está en el banco. Recientemente, mi doctor me dijo que que no durar para los ocho meses próximos debido al problema del cáncer.

El que me disturba es más mi enfermedad del movimiento. Sabiendo mi condición decidía donar este fondo a una organización de la caridad que utilizará este dinero la manera que voy a mandar adjunto.Deseo una organización que utilice este fondo para los orphanages, escuelas, iglesias, viudas, propagando la palabra del dios y se esfuerce que la casa del dios está mantenida. La biblia nos hizo para entender que ¡§bendecida es la mano que da¡¨.

Tomé esta decisión porque no tengo ningún niño que herede este dinero y mis parientes del marido no son cristianos y no deseo los esfuerzos de mi marido de ser utilizado por la gente que no cree en dios.

No deseo una situación donde este dinero será utilizado en una manera diabólica. Esta es la razón por la cual estoy tomando esta decisión. No estoy asustado de muerte por lo tanto que sé adónde voy. Sé que voy a estar en el pecho del señor. El éxodo 14 CONTRA 14 dice que ¡§el señor luchará mi caso y yo llevará a cabo mi paz¡¨.

No necesito ninguna comunicación del teléfono en este respeto debido a mi salud por lo tanto la presencia de los parientes de mi marido alrededor de mí siempre. No quisiera que supieran sobre este desarrollo. Con el dios todas las cosas son posibles. Tan pronto como reciba tu contestación te daré el contacto del banco en Abidjan Cote D'Ivoire África del oeste.

También te publicaré una letra que te pruebe el actual beneficiario de este fondo del ministerio federal de la justicia, Cote D'Ivoire. Quisiera que tú y la iglesia rogaran siempre para mí porque el señor es mi pastor. Mi felicidad es que viví una vida de un cristiano digno.

Quienquiera que desea servir al señor debe servirlo en alcohol y verdad. Rogar por favor siempre todos con tu vida. Entrarme en contacto con en el email arriba, cualquier retrasa en tu contestación me dará el sitio en sourcing otra iglesia para este mismo propósito. Asegurarme por favor que actuarás por consiguiente como indiqué adjunto. El esperar recibir tu contestación pronto.

Seguir bendecido en el señor.
El tuyo hermana en Cristo,
hermana Anna Amstrong .


archivado en: spams divertidos

4.2.08

Tutiplén al respecto (segundo intento)

No escribo drogado, sólo tomo apuntes. La marihuana es buena
para la imaginación y el ojo, pero no es buena para la forma.
Martín Amís

Como para ir redondeando

Creo que la disyuntiva publicar-no publicar, en qué condiciones, cómo, cúando, qué cosa —y con la cantidad de prejuicios que hay en ello: cuestiones "éticas", económicas y otras tantas disquisiciones esgrimidas por los opinadores de turno—, se da porque todavía hay quiénes creen que el título oficial de escritor te lo dan las editoriales y los premios nacionales.


Como turco en la neblina

Cuando mi cabeza comienza a pendular, a veces hacia los costados, otras hacia delante y atrás, es porque está buscando el centro. El problema es que se distrae, se aburre de la oscilación y se pone a hacer otras cosas, inventa historias o se confunde el camino, se olvida, no sabe que está haciendo ahí si en realidad hace un rato estaba lo más pancha escuchando música.
Siempre regresa a una ruta sin luces o al fin, que es igual al comienzo: un cúmulo de inseguridades esperando su turno para jugar.
Cuando el subconsciente se me sale del cuerpo le hago una copia trucha y lo vendo en Plaza Miserere, para que vaya a mejor puerto y porque creo firmemente en la diversidad de criterios.
Por el momento se me salieron catorce subconsciente. Si se vendieron todos, por lo menos sé que hay catorce subconscientes como el mío pululando en un radio de no más de 400 km. aproximadamente y la verdad es que sería estupendo poder reunirlos a todos como hacían en el programa de Julián Weich que juntaba a los miembros de familias que vivían en diversos puntos equidistantes y sin equidistar.
Eso es lo que quiero. Hacer una gran fiesta de reencuentro y ser la anfitriona amable y deslumbrante que todos necesitan para pasar un momento de sano esparcimiento en familia o sin ella, que da lo mismo, porque al final todo es para kilombo y yo ya no me meto más en agua de borrajas.
Pero, a lo que iba: durante los movimientos lentos que hace el péndulo, en ocasiones se pianta algún cacho de subconsciente y ahí es cuando todo desmadra con la fatalidad que viene implícita, rubricada por escribanos y aprobada por expertos.


Como quién no quiere la cosa

En el gran hueco del dolor, él es como un poderoso analgésico suministrado por vía sexual que no me creará dependencia porque ya no soy adicta al hueco.


Como agua para chocolate

Entre aquellos lugares adonde jamás volveremos y los que vamos a conocer, hay un campamento que despliega sus posesiones mínimas, horas huérfanas de un pensar continuo que se mete en la jaula de la obviedad, largas colas en la puerta de una espera que hoy no está de turno. Posavasos donde apoyar los malos tragos, que no se marque la mesa, que es lustrada como todos los trofeos que fueron a parar al cajón de las basuras conservables por si acaso.
Y una ilusión que imagino nena bailando con tutú rosa y medias blancas, peinado coronita.
Me dicen que hay que aniquilarla, pero no voy a hacerlo. No sé de planes ni estrategias pero tengo la certeza de que existe tierra nueva que habitar. Entre tanto, quitar todas las piedras del zapato, lubricar el engranaje con aceites esenciales y desterrar el represivo látigo del ansia. Seguir como si nada.

archivado en : tutiplen publicado, leído, corregido, borrado, reformulado, vuelto a corregir 80 veces y resignado en el punto cúlmine de crisis creativa e inseguridad estilística. Pero bueno.