14.7.08

Tutiplenes ricoteros V

El chasquido que quiere proteger ese grito que no es todo el grito

Entonces resulta que la decepción es esto: un seis de julio, una especulación, un sitio vacío, oscuro como el bolsillo, hueco de regaliz para paliar el sabor amargo, camuflajes —narcotraficante naive—, a veces mis delitos son demasiado ingenuos.

Entonces resulta que el fracaso es esto: una puerta cerradísima, timbre una vez, chirrido intolerable que lastima la paz, silencio —avenida córdoba increíblemente muda—, ni un alma, dos veces timbre, tres veces, nadie.

Entonces resulta que la soledad —elijo esta reverencia o purga necesaria—, es inútil, el enojo una quimera, no poder parar esta mar serena, bajar de la escalera abominable porque hay peldaños que astillan los talones, y caer también es subir, subir, subir, encontrar que arriba siempre habrá algo peor por suceder.


Rara vez esta vida tiene sentido, amor


El vendedor dijo que a este lápiz (el que estoy usando ahora mientras garabateo la hoja y escucho una voz que no es la que quiero escuchar) podés tirarlo desde un piso veinte, que la punta permanecerá inalterable.
Pierdo el hilo y me sumerjo en las líneas firuletes, escribo un nombre sin darme cuenta (—¡Hola!, ¿estás ahí?, me pregunta esa voz y aterrizo en Planeta Tierra y su cháchara insustancial)
Al lápiz, una vez escrito el nombre, se le rompió la punta. Pienso: “esto es lo real”, saludo, un corte y una quebrada. Vuelvo al Planeta que se esconde detrás del almanaque, el lápiz aquí no necesita punta y mis dibujos son maravillosos. Nadie tiene nombre.


Es un cóctel que no se mezcla solo

Nunca quise otra cosa más que a la imposibilidad de mis abrazos a la nada.


La misma bailarina y el mismo lunar

Es casi místico aunque no seco de demonios. Un veneno dulce que empalaga el ciclo especial de las esperas fantasmales que bailan la danza eléctrica con dedos derretidos de deseo que amurallan la calma por si los desbordes.
La soledad de las cumbres más altas es aquella que sólo puede verse desde el cielo y el ingreso allí es irrestricto. Con un balazo certero alcanza.


Y vos allí en mi remolque sin luz como un polizón

¿Viste esos pedacitos de canciones que de inmediato te traen un recuerdo de esos en que no podés evitar agarrarte el corazón con las dos manos, cerrando los puños, así?


Un drácula con tacones

La ansiedad es un minuto de aguante y se va pero lo que no se va es la recurrencia obsesiva a la ansiedad y por eso hay que retorcerce durante ese minuto —que pasa y se va— pero transcurre en mil años y así sucesivamente el círculo, lo no aconsejado, la vuelta a casilla de inicio una y otra vez.
Desesperante como vivir.


En mi buzón hay un par de cartas suyas

Uno hace dos mil cosas pensando que son las que el otro espera sin darse cuenta de que no tiene la más puta idea de lo que quiere el otro y entonces damos lo que nos gustaría a nosotros recibir, o sea, las dos mil cosas incorrectas.
Me acuerdo ahora que algunas vez las piezas encajaban más o menos bien en el rompecabezas y una vez armado hasta había algunas personas que lo encuadraban o lo metían entre vidrios para exhibirlo y, de ese modo, descartarlo, olvidarlo.
Porque la gracia está en buscar la pieza defectuosa, la que no se ensambla si no la modificás. La gracia está en la omnipotencia de tratar de cambiar la realidad.


Ángeles yo ya no puedo partir

Desde que voy a terapia todo el tiempo tengo que estar comportándome como una adulta. Eso es lo que más me molesta.


Es un instante de belleza muy cruel

Solíamos compartir esta especie de maldición vigilante, pero ahora vos dormís y el vino santo del sueño que convidaba almohadas y tragedias es vinagre.
Recordarte se hizo dulce porque a fuerza de buscar autocastigos uno termina atrapado en el placer de lo que no hay, se descifran nicotinas y se ajustan amarillos para dejar huellas en los muebles. Entre tanto, el brillo se apaga y muestra una vieja fotografía que dice a gritos: allí estuvimos pero hoy el sitio es otro.


Dormís colgado en la rama que soltaste con primor


A la izquierda, como si se tratase de cajones que guardan mil secretos, se han ido tejiendo historias. Son pequeños tesoros que, a través del tiempo, siguen manteniendo su encanto. Resultan irrestibles, como la fantasía del arcón de los misterios, o la historia de la caja de Pandora.
Sólo que ellos no detienen sueños ni contienen a los males del mundo, simplemente, alimentan la nostalgia.
Ya no los necesito. C:/format.


Todo lo que está en mi nube es nada más que un sermón fatal

Cuando yo era chica la caca se dividía en tres* tipos: humana, de pájaro, de ratón y de perro. Hoy día, con los alimentos balanceados que les damos a nuestras mascotas, los soretes de perro, otrora blanquitos, duros, tan simpáticos, inoloros y fáciles de manipular, se asemejan demasiado a los de los humanos (con lo que implica esto)
Este tipo de cosas son las que me hacen pensar que el avance en ingeniería de alimentos no es bueno para la humanidad en su conjunto.

* Antes de que Aste me corrija, digo tres (3) tipos porque en realidad, caca de ave y caca de ratón son un subtipo perteneciente a un mismo tipo que sería el de "cacas de menor importancia" o "cacas poco significativas"

archivado en: tutiplenes musicales con unas enseñanzas de vida de la puta madre