30.5.08

Complejo de Eléctrika (Mitológica IV)

Respira anhelos por los poros. Se le apagó la magia con dos calas que le abrigan el florero de la tarde.
Se volvió chiquita en un segundo cuando vio el garrote de papá martirio, tan derecho, tan erguido en su mísero esqueleto.
Se puso pollera con cuadritos y le hizo gracias para que la vea:

Mirame, papá, mirame... ¿no ves que ya sé tirarme del trampolín más alto? Fijate cuánto es que avancé en el disciplinamiento, mirá lo cruel que puedo ser conmigo misma.
Lo aprendí lento, pero me sacaste buena.
Ahora sé cortarme las muñecas con tornillos y procuro que no estén muy oxidados. No quiero ocasionar molestia alguna.
Mirame viejo, soy la figurita brillantina que nunca me compraste, tardé cuarenta años en morir para poder nacerme lejos.
Del miedo.

Abre los ojos igual que cuando salió de la burbuja y sintió ese terror al mundo. Pero ahora empieza a ver, a concebir que es posible que el corazón de Agamenón no se enmudezca de amor cuando le baila, que no es necesario el baile, la pollerita a cuadros, que obedecer no es buena gracia, que de cualquier manera él la ve, que hace lo que puede y le enseñaron a patadas; que las calas son flor de cementerio y hay que cambiarlas antes que el olor se impregne.

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