6.4.08

Homilia dominical para la juventud

Estimados feligreños:

Esta homilía estará totalmente abocada a la campaña de marketing "Lee un tutiplén y serás perdonado por Nuestro Santo Jehocities"

Estamos viviendo épocas duras. El paco, el chupi, el bicho, la falta de compromiso social, la abulia, el punk, Miranda, Romina Yan y el EGB están arruinando las frescas, gráciles y quebradizas mentes adolescentes.
Se avecinan tiempos oscuros. El futuro ya llegó, todo un palo, ya lo ves. En las calles, los boliches, en el chino de la esquina sólo se ve perdición, cerebros enajenados por Facebook, Twitter y Myspace; una juventud desorientada y hundida en el fango tóxico de la melaza y la banalidad.

¡Es nuestro deber como ciudadanos y súbditos de Jehocities cuidar a nuestros jóvenes! Porque en ellos está el porvenir. Ellos serán quienes pergeñen la argentinidad y el futuro promisorio que esta patria se merece y quiénes nos paguen el geriátrico el día de mañana cuando en lugar de usar esas lindas tanguitas de encaje, usemos huggies extra large.

Es un día especial por varias razones

1. Hizo sol.
2. Fundamos la Agrupación Juvenil Jehocitiana "El tutiplén te pega bien"



(si querés disfrutar de las bellas y tiernas caripelas de la muchachada,
clicá en la imagen y se te agranda una bocha)

Los muchachos y muchachas que ven aquí en el altar leyendo el libro sagrado, no son jóvenes comunes y silvestres. Son pendex que habían perdido el rumbo, ovejas que se apartaron del rebaño, abejas que huyeron del Grecia Colmenar para hacer toda clase de actos vandálicos como leer Harry Potter, escuchar Pibes chorros, volcar la coca cola en la mesa, reirse por cualquier boludez, tocarse las partes, pegar el chicle debajo de la mesa y otro tipo de atrocidades de la misma calaña.

Pero ahora son personas insertadas en la sociedad, de modales agradables y respetuosos de las tradiciones, la familia, la propiedad privada y el amor.
Ahora son verdaderos corderos atados al palenque de Jehocities.
¿Y gracias a qué?

Gracias a El Libro de la sabiduría, la mayéutica y la buena digestión del espíritu, panacea imprescindible, superavit del alma, emblema y paradigma para la posteridad.

Oremos.

Así que ya saben: si quieren que sus hijos no sean tan turros como son, que hagan caso, que estudien, que consigan trabajo, que no duerman todo el día, que no contesten mal, que no se peleen entre hermanos, que no molesten, que no se metan el dedo en la nariz, que no coman como cerdos, que sean personas de fe y transiten la senda del buen camino, comprenles los Tutiplenes.

Los mismos se venden en el stand que está ahí junto al vino santo y las ostias.
Comprenlos y Nuestro Santísimo Jehocities los ayudará, los protegerá y les ahorrará unos cuantos disgustos.

Y ahora, lamentablemente nos tenemos que despedir. Es tarde y me tengo que ir a ensayar un esquema de educación física con ulas ulas, después a la peluquería porque más tarde salgo con un señor que YA compró y leyó los tutiplenes y es educado, gentil y además está re bueno.

Después de comprar se pueden ir.
Con dios, se pueden ir.

archivado en: homilias y queremos tanto a Sofi, Santi, Michi, Germán, Mati, Nina, Demo y Nadia