3.3.08

Tutiplén bienpensante

Sultanes del germen

Una vez conocí a un tipo que pintaba gorriones con témpera amarilla para que pareciesen jilgueros. Su familia se dio cuenta un día que llovió y se destiñeron.
También conocí a uno que se llamaba Robespiere.
El hombre un día decidió que no quería hablar más. A partir de ese momento comenzaron a llamarlo "el mudo Robespiere", aunque todos sabían que no lo era.
Este tipo de personas a mí me caen muy bien.


Aislamiento del tiempo liminal

El cielo yace en este charco de patos famélicos. La ciudad nos taxidermia a jirones de piel seca. Es tarde para amores o venganzas contagiados vía saliva, sangre, semen y palabras.
Hay dos equilibristas: uno está por caerse de la cuerda, estira su brazo, suplica ayuda; el otro se inclina a un costado, vuelve a erguirse y sigue caminando.
Pregunta:
—¿Cuál de los dos equilibristas se ha salvado?

La oscuridad prende cuatro lámparas y desliza timoratas melodías al azar, acaricia mi cabeza, perdona mi extravío. Mis ojeras de mañana son el precio de este instante sobrehumano.
Un ojo grita vidrios que me alivian, el otro está ciego de callar.
Pregunta:
—¿Qué ven los qué no ven?


Lo infalible

Momentos antes de que todo sea nada, queda el alma de las pocas cosas de deleite: la música, la imagen, las palabras.


Y un botijo repleto de avispas

Detrás del rosal hay un mundo, uno de los tantos mundos paralelos. Es un mundo enorme, mucho más que éste que ahora unos cuantos compartimos, mucho más bello, divertido y amable. En ese mundo hay mucha gente que no está. En realidad uno allí está solo porque los demás viven acá, en este mundo que ahora unos cuantos compartimos.
En los días que no quiero presenciar, o duermo y no me entero o me escondo tras el rosal. Es lo que llamo días blancos.


Lo inefable

Patricio, el rabdomante oficial de Villa Cnel. Aldazábal sale todas las mañanas a recorrer largos kilómetros con su varilla de madera. Jamás sintió ni la más leve vibración, pero igual insiste.
En esto no se diferencia de cualquier otro empleado del gobierno de Villa Cnel. Aldazábal, excepto en que hace varios años que está en edad de jubilarse y se niega: no morirá sin encontrar la ubicación del depósito de agua subterránea, aunque también se conformaría con un tesoro o algún resto fósil de importancia.
—Ese día me sentaré a descansar —le dice a su mujer cada tarde cuando regresa con los pies ampollados.
Ella lo espera con una palangana de agua tibia y sal, le ceba unos mates y le cuenta los entretelones del capítulo del día de la novela de las 14:00 hs.


Cuaderno de 1979

querido diario: me enteré que te leyeron de nuevo, es la podrida de mi hermana que abre el candadito. No te preocupes, voy a buscar un buen lugar para esconderte.


Transferencia Marlboro Box

Cuando era chica estaba convencida de que mi padre no cagaba. De grande, adquirí la costumbre de encender un cigarrillo antes de realizar dicha acción que creía mi padre no hacía.
Siempre pensé que alguna relación debía haber entre mis creencias infantiles y mis costumbres de adulta.
Para descubrir la verdad e incluso prevenir futuras disfunciones en mi personalidad, es que acudí a un psicólogo.
Ahora tengo distintos problemas: durante los 50 minutos en que dura la sesión no me dejan fumar y lo peor es que día a día me voy convenciendo de que mi terapeuta no caga.

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