21.1.08

Mitológica

Silente como la figura de una diosa abandonada en un jardín donde crecen yuyos y cizañas, sus brazos vierten aguas de otra memoria, una memoria completamente desconocida para ella.
Con labios hechos para decir que sí, ella sólo saber decir no sé y tambalea entre dos direcciones diferentes que contrastan el ansia y la desidia.
Hay también un árbol que sangra savia de licores y a veces empalaga su razón. Desde la fuerte cuerda de su fragilidad, promete alejar la lengua, limpiar las comisuras del camino y marcar señales con tiza blanca porsiacaso volviera a perderse.
Imagina que del otro lado de la jaula, hay un beso que todavía no prescribió, un instante donde el pensamiento se detiene y con él, el mundo.
Cree que necesita descansar cuando más que nunca es tiempo de correr porque ser diosa en un páramo es aburrible, y además ¿a quién le importan las historias que se callan?

archivado en: cuentos chinos que no se entienden porque están en chino