6.11.07

Hoy rayas el mediodía casi desconocida, sos un flamenco con el ala herida

Hay dos modelos de sandalias que me gustan. En el local están pasando Babasónicos al mango. Me atiende un pibe y le pido los modelos elegidos, en negro, número 36 o 37.
La canción es Puesto y yo no puedo contenerme y canto que casualidad fue encontarte justo aca, yo tan puesto vos tan apuesta.
Me pruebo una de cada par. Sigo cantando bajito. El pibe también canta, me sonríe, se da cuenta de mi indecisión y me dice: —estas son más lindas— y canta sos hermosa, sos hermosa
—Y sí, son más lindas, pero más incómodas —le digo con cara de soy hermosa, soy hermosa.
—Llevate las dos —me dice— tenemos hasta 6 pagos con tarjeta.
—No tengo tarjeta —le digo
—Lo bien que hacés —me dice y la canción ahora dice poco a poco fuimos poniéndonos locos. Es un recital en vivo. Yo ya no sé si quiero las sandalias, si quiero al vendedor o quiero quedarme ahí cantando.
Me quedo con las que él eligió y cuando voy a la caja el chico me empieza a hablar con términos demasiado íntimos: —Son 80 pesos, amor, ¿efectivo, linda?
D'Argelos grita quiero revolcarme con vos, quiero revolcarme con vos. Mientras pasa la tarjeta de débito por el aparatito, el chico la canta, sigue el ritmo con el cuerpo y me mira pícaro.
Yo esta no me animo a cantarla no vaya a ser cosa que crea que... no vaya a ser cosa que se de cuenta que yo... ¡Dios mío! Creo que las sandalias no me gustan.
—Me las llevo puestas —le digo y él mete mis zapatillas destruidas en una caja y una bolsa color verde.
Cuando digo chau la canción va terminando: mientras me derrito como mantequilla toco y acaricio el esplendor.

Camino tres cuadras. Definitivamente las sandalias son incómodas.
—Con diez años menos yo y cinco años más él, tal vez, no sé, pero tal vez —pienso—... mientras canto no nos conocemos tanto, no hemos compartido todo, ni siquiera tenemos amigos en común, y me resigno.

Estoy a metros de la parada del canillita de mi vida. Siempre que paso le pregunto dónde para el colectivo 55 y él me contesta: —acá a la vuelta.
Creo que algún día va a empezar a reconocerme como "la del colectivo 55" y ¿quién te dice no nazca un nuevo gran amor?
Es lindo, debe andar por los cuarentipico.
Si conocerte es correr un gran riesgo y mi único vicio es la velocidad —pienso—. Fijo que es casado.

En el 55 pienso: —tengo que aprender a fingir más y a no mostrar lo que siento...

archivado en: las edades de Luc-Luc