Z. se comió el pendrive que me regaló
Yael y tantas satisfacciones me dio. Con él se comió también 1 Gb de información: discos, fotografías, drivers, escritos y utilidades varias.
Si muere por intoxicación tecnológica le haré una autopsia para recuperar mis datos.
No estoy enojada. Estoy desconsolada.
archivado en: fiero como un tártaro