He alcanzado el secreto indiscutible, ganado el pleito contra algún demonio propio, sin embargo el reflejo es una mirada cansada de buscar. El trayecto fue espinoso, estoy en casa, soy mi propia casa, sin embargo no me albergo.
De nada sirve tantear a ciegas un aire inhabitado de colores. Mis ganas son el trampolín de una piscina sin agua.
Cierro los ojos, y la esfera inmóvil me aterriza.
Yo no paro de girar sobre los grises.
archivado en: mutations