16.9.07

Afirmativo


Hablo de aire. Entonces hablo de viernes donde puedo respirar tu aire y en tu aire tus cuadros, tus vasitos miniaturas, tus discos, tus botines despegados, tus carteles, tu canal codificado con cincuenta géneros musicales, que en realidad son diez que se disfrazan de otros, que juegan a llenar un espacio innecesario, que sirven de luz testigo —quiero verte, quiero verte—, de música y de aire, el aire de la noche en que comemos algo rico, yo te leo y me mirás con el deseo que sólo las palabras, el escote, la pollera con su tajo, el aire que ocupa la breve ciudadanía que hay entre tu boca y mis piernas, te provocan.

Hablo de aire y el resabio de ese aire se cuela por el sábado y sigo respirando una caricia que llevé escondida entre mis libros, un albedrío tan libre, serenito y dulce de batata, un desatino apuntado en libretas, como genio piadoso de este aire que penetra hasta el fondo —bien al fondo, más al fondo— y digo no porque imagino ahogo cada tanto y grito sí porque lo abarco, lo mastico, lo trago entero al aire de tu risa, arte efímero como el asombro de verte tan lejano a mis recuerdos olvidables, tan cerca de mi cuerpo, ofreciéndome el vino que se quedó en tus labios, regalándome el aire, tu aire, el aire del que hablo.

archivado en: horóscopo de Boedo