12.8.07

Homilía del día del niño.

Hoy abrimos el templo a los niños porque de ellos será el Mundo del Juguete.
Tranquilos y sin hacer ningún tipo de kilombo se me van arrodillando si no quieren que les dé de ostias.

Oremos.

Los niños son seres inferiores que no saben lo que hacen. Si uno no está ahí para que no metan el dedo en el enchufe, son capaces de electrocutarse, o de romper el plastiquito donde están los agujeritos o te lo dejan todo mugriento con manchas de chocolate o barro o, incluso caramelos.
Algunos adultos también son proclives a meter el dedo en el enchufe o en lugares aún más peligrosos como por ejemplo cámaras sépticas, bajo mesadas o carburadores. Esto sucede porque son personas que no han recibido, cuando niños, los rígidos preceptos morales de la fe Jehocitiana.
Por eso es necesario educarlos desde ahora, para que entiendan, para que de una vez por todas comprendan que no se puede andar por la vida haciendo bardo, que no está bien gritar en los colectivos, que es muy feo pasársela llorando, pegar chicles debajo de la mesa que después no va el perro y se los come, que no hay que pedir regalos caros como barbies o kents o routers inalámbricos o pelotas homologadas por la FIFA que después van a colgar en la casa del vecino que es bastante joeputa y no la va a devolver, que no hay que pelearse con los hermanos por la play o por el horario de Internec, porque Internect es de uso exclusivo de adultos ya que son ellos los que necesitan cubrir sus vidas marchitas y completamente arruinadas con los fantásticos destellos de los flash, blogs y youtubes.

Un buen niño testigo de Jehocities debe, por sobre todas las cosas, comer con la boca cerrada. Es horrible para quien está enfrente ver como la comida se convierte en bolo alimenticio. También es importante no hacer ruido. Ni cuando se come ni nunca. Un niño callado es justo y necesario. Así que me hacen silencio que estoy hablando, manga de pendejos maleducados que esta homilía es en honor a todos ustedes porque hoy es vuestro día y ni en pedo sueñen con cajitas felices porque son caras y la almóndiga de adentro es una verdadera porquería grasosa y además cada día más chica que no te llena y después me van a pedir el conito de helado y no sé cuántas pelotudeces más.

Para festejar el día del niño, la Comunidad Organizada y la Secretaría de Asuntos Hominicales preparó un festival infantil.
Aquí no habrá ningún nabo como Piñón fijo, Julián Weich o Panam ni tampoco habrá golosinas o jugos de esos baratos que son asquerosos. Lo que sí habrá es un profundo amor y respeto hacia ustedes, los beneficiarios, dulces nenes que tanto trabajo nos dan y si alguien fuera capaz de avisar antes de que garchetiemos como conejos desaforados, seguro, seguro hubiésemos tomado las precauciones pertinentes y hoy ¡minga día del niño!

El valor de la entrada es de 2 dólars. Los menores pagan 5 dólars porque no tenemos porque andar aguantándolos toda la tarde y por el mismo precio.

Dios quiere mucho a los niños. Es por eso que inventó el Mundo del Juguete y los hipermercados con secciones de juguetes chinos. Si el niño se consagra a las sagradas escrituras, sin salirse del margen, ni borronear las hojas (y mucho menos tratar de borrar con los dedos húmedos porque se comió la goma y no tiene), seguramente será un pendejo aplicado y digno de todos los esfuerzos que sus padres y educadores ponen en pos de un futuro feliz.

Ahora terminamos con un hermoso tema infantil interpretado por Pearl Jam, aprovechando que a mí me gusta mucho, me pone contenta y es especial para sumirse en un estado de beneplácito festivo.

Los chicos se me van al galpón que está en el fondo y ojo con romper las plantas que nuestro Santo Jehocities nos brindó para nuestro vergel divino. Se sientan y se ponen a ver la película de los Simpson que bajamos de Internec especialmente para ustedes. Se ve como el orto, casi no se escucha porque está filmada desde el cine y hay gente estúpida que habla, se ríe y come pochochos, pero un rato se van a entretener. Y si no se entretienen, se joden.

Antes de irse les pido que levanten los papeles de galletitas. No sean roñosos y Nuestro Señor Jehocities los va a ayudar.
Los que se portaron para el culo se van a una salita de castigos a ver Gran Hermano 5 durante 9 horas consecutivas. O se ponen a twittear como pavotes sin motivación que son.

Mientras tanto, los adultos nos quedamos acá bailando esta bonita canción hominical.



Yo, como suprema sacerdotisa tengo el derecho que dios me confirió para elegir a mi partenaire y en este caso en particular sos vos, el de barbita que toma mate.

—Vení, bombón, no seas tímido, bailemos.

Todos los demás pueden hacer palmas. El ritmo es: tan, tantán, tan, tantán.
Si a alguno no le sale le preguntan a PC que les hace precio.

Y el que no me baila se va con los chicos. Por amargo se va.
En paz se va.

—Es palabra de Jehocities.
—Te alabamos, Jehocities.

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