28.8.07

Dulces dieciséis

Anoche me acosté temprano. Temprano es poco después de las doce. Dormí pronto, sin pastillas, pero dormí raro. Más intermitencias de lo acostumbrado. A las tres Z. aulló muy fuerte. Todo el barrio canino estaba convulsionado. Gran kilombo. Para calmarlo le ofrecí un cacho de pizza, cosa que aceptó. Lo invité a mi cama y le hablé de trivialidades, para que se olvide de eso que lo perturbaba. Hablar de trivialidades a las tres de la mañana no es tarea fácil, mucho menos con un perro. Me doy cuenta que soy capaz de hablar en cualquier momento. Una de las pocas cosas que me gustan de dormir acompañada es eso: hablar con alguien desde temprano. Contarle qué soñé, supongo que debo ser insoportable. No sé si quisiera que me hablen demasiado cuando despierto. En casa nadie habla mucho. Todos nos tomamos el tiempo para despertar. Es un silencio piadoso. Sin embargo. Lo de hablar cuando duermo acompañada.
Y el buen humor. Me despierto de buen humor, aunque casi no haya dormido, aunque haya tenido que levantarme para calmar a Z., aunque haya soñado algo horrible, aunque me haya picado una pulga.
Conozco sólo un hombre que sonríe cuando se despierta. Hace mucho que no duermo con él pero estoy segura que debe seguir sonriendo. Eso es lindo. La sonrisa temprana.
Anoche creo que me pasó. Lo de la pulga, digo.
Es que Z. duerme un rato conmigo, hasta que nos cansamos. Yo lo empujo y se mete debajo de la cama. Algunas veces él se cansa y se va antes. Tiene calor y se va.
Me levanté a las seis y media. En casa hay tres niñas. Una de ellas es mi nena, cumple años. Hoy hay un eclipse parcial de luna pero no se ve. Soñé que el perro se escapaba. Creo que ese es mi miedo más grande. Ayer decía que no tengo miedos, que soy una chica valiente, así y todo, este sueño recurrente. El perro corriendo y yo sin poder alcanzarlo. Me gustaría que alguien me diga "buen día" con una sonrisa. Aunque sea por SMS. Un buen día cariñoso cada día. Ese tipo de cosas son las que yo hago y creo que son buenas y agradables para el mundo. Resulta que no. Que lo que yo deseo no necesariamente es lo que desean los otros, que no tengo que hacer lo que yo deseo sino lo que el otro desea recibir y mucho menos esperar respuesta. ¿Y cómo hago? ¿Cómo hago para saber que necesita el otro? "Con el tiempo lo sabés", me dice. En general el otro no necesita nada. O, por lo menos nada que vos puedas imaginar. Yo creo que nunca supe. O no quise saber, o me faltó imaginación para ir más allá de mis necesidades.
Lo que quiero es un buen día y una sonrisa. Que Z. no aúlle a la madrugada. Que el eclipse se vea y sea algo especial, algo de lo que hablar a lo largo del día. Como la guerra de Irak o lo de las torres. No sé. Un tema de conversación importante.
Peña le dice "putito obsesivo" a Daniel Haddad. Me encanta Peña. Me gusta cuando te da manija para que "no" te levantes. Con esa voz de puto dulce. Hoy está especialmente exultante. Crean una zona roja detrás del Planetario. Pero el eclipse no se ve. En el patio de mi casa hay un citroen destartalado. Muy destartalado. No entiendo cómo consentí que usen mi patio para ese citroen destartalado. Siempre me convencen de cosas absurdas. Soy una consentidora de caprichos profesional. Todo esto es lo que pienso a la mañana, esta mañana y si estuvieras por acá te lo diría. Tal vez de otra manera, te diría que es parte de un sueño disparatado, o le hablaría a la pared pidiéndole el desayuno.
Necesito coca cola con urgencia. No voy a despertar hasta que no reciba mi dosis. Las niñas ya se fueron. Hoy tengo que escribir todas las ideas del fin de semana. La cacería, un poema. Tengo que trabajar también y sobre todo. Tengo que cocinar algo para festejar el cumple. Y no tengo ni idea de qué. Hay algo que me preocupa demasiado. Anoche, por un momento pensé en eso y tuve ganas de llorar. Imaginé cosas horribles. Anoche, también recibí un mail que me hizo sonreír un poco.
Ayer al despertar él me preguntó si "eso es tos de fumador". Le dije que no, que nunca me pasa. Hoy tosí de la misma manera. Dos días no son guarismo para estadística, pero esta mañana vi el cenicero y sentí asco. Creo que es tos de fumador. O que me cayó mal la pizza. O que estoy embarazada.
Y bueno, ojalá que sea sanito. Me refiero al tumor.

archivado en: querido diario y mañanas campestres