10.5.07

Tutiplén sanador

Ábrete corazón, ábrete sentimiento, ábrete entendimiento
deja a un lado la razón y deja brillar el sol escondido en tu interior
Ábrete memoria antigua escondida en la tierra, en las plantas, en el aire
Recuerda lo que aprendiste bajo agua, bajo fuego hace ya, ya mucho tiempo


Los chamanes andinos utilizan piedras para machacar trozos de la corteza de los bejucos de Banisteriopsis. Posteriormente las hierven en agua durante varias horas junto con hojas de algunas plantas específicas como la chacruna o amirucapanga (Psychotria viridia) o la chagropanga u oco-yajé (Dyplopteris cabrerana) a las cuales atribuyen la producción de visiones mejores y más luminosas.
El resultado es un brebaje de color marrón que puede ser más líquido o más espeso en función de su concentración. Posteriormente cuelan el agua, y concentran aún más el extracto. El proceso total requiere alrededor de diez horas de trabajo.
La proporción común de ingredientes utilizados, es de 2.5 partes de Banisteriopsis por 1 parte de Psychotria o de Dyplopteris; lo que equivale a unos 500 g de liana y unos 85 g de hojas frescas por cada dosis activa que se pretenda preparar.


La fuerza

Yo le pedía una señal, que me de una dirección, que me diga sí o no y ella no me hablaba, me exigía, no quería hacerlo fácil, quería que me esfuerce demasiado, tanto como para terminar rendida de sueño, de fuerzas, tanto como para obligarme a despertar y seguir despuntando el antiguo ineludible vicio de vivir.


Ícaro

Fueron días cardinales, cada uno en su talante.
Con los ríos abiertos circula la energía
El dique es la memoria que fluye y yo la dejo.

Lleva la corriente un gran martillo soplado de tabaco.

Un pulmón que aplasta tristezas
Un corazón curado de crueldades
Un hígado que reventó la ira de aguijones.
Un páncreas preocupado por nacer.

Dos ojos que ahora ven más que ese mar inaccesible.


Su misión

Ellos están un cachito y hacen lo que deben. Todas somos mantis. Ellos no cuentan, o cuentan de a poquito muy poquito. Ellas desean ser hermafrodita pero necesitan al hombre, de a cachitos, despacito, muy poquito. Por eso ellos se destiñen en la bruma. No son nada, se reducen a la nada. Los necesitamos un poquito, de a ratitos, degollados, pobrecitos.


Sumisión

Estás en un altar hermoso lleno de luces y esplendores y yo solo puedo agradecerte. Sos una reina y yo tu súbdita, madre, sólo quiero agradecerte, sólo quiero agradecerte.


Su misa

Información importante para la formación moral y humana: Dios es mujer, por eso existen las guerras, las flores, la libertad, el amor, la miseria.


Mapacho 1

Los ríos oscuros, ríos turbulencia de petróleos infectados de pingüinos, ríos negros como ambiente, como la zona derecha y ese fuerte dolor de cabeza que impide rescatarte, sacarte de ahí, salvarte recuerdo mío, hacerte naranja, salvarme, hacerme buena, creerte, perdonarte, agradecerte, salvarte para salvarme, este fuerte dolor de cabeza que me impide sumergirme en los ríos oscuros, sacar esos demonios y volverte estrella, héroe, padre mío, padre mío ¿por qué me abandonaste? Tantas veces, tantas veces… perdonarte, no puedo perdonarte, no puedo perdonarlos, no puedo perdonar, nada hay que agradecer, soy producto, mi inteligencia malgastada, este conjunto de despojos luminosos son fruto de la casual combinación de cromosomas, nada te debo, nada te pido, padre mío.


Mapacho 2

Curioso que no hayas aparecido ni por un instante y sé, definitivamente sé, que no es porque no seas, no hayas sido (no volverás a ser), sino porque simplemente no asomaste, simplemente complicado, cobardía puso el velo.
¿Cómo es que uno no se puede mentir?
Se corren las fichas para un lado, para el otro, el péndulo dice, buscar el eje, mantener el equilibrio universal sobre la cabeza y recibir la energía de los ríos que fluyen, los ríos que aprietan la garganta, los ríos que oprimen el pecho como entes, igual igual a El ente.
Y el control. Tal vez el control irrespetuoso hacia mí misma sea el motivo por el cual no surgiste y sin embargo acá estás, yo te veo, yo te tengo que enfrentar, te tengo que decir de lo que falta, del dolor de haber sido tan cobarde y dejar que hicieras el trabajo lindo y yo el sucio, haber desatado tu abandono, haberte abandonado para que vos me abandones. Padre ¿por qué me has abandonado?


La luz


Se puede sentir con liviandad, así, como si tal cosa, haciendo caso omiso, despistando, amañando el quién te ha visto y quién te ve, sin registro de lo real y consecuente, del yo y el profundo consenso que dictan algunas leyes no escritas o dictadas de ojo a ojo, de traste a traste, como el orto, es decir.
Se puede, claro que se puede.
Pero es la mar de aburrido. El colmo de lo inútil. Cruzar el pasillo y no ver la puerta de la izquierda, no reconocer, en la oscuridad todo aquello que nace y muere en el instante, recoger la molécula rota, pegarla con la gotita, reciclarla y hacer una nueva, o, simplemente ignorar que lo que vive, late y se desgaja es uno mismo está reflejado en mil vidrieras, leído en tantas frases que ya ni quedan, que ya no.
Se puede ser tan vacuo y simple como quién mira llover, como quien mira gran hermano, como quien tiene conjuntivales enfermos.
Y en la autopista del lagrimal, una sequía donde se mueren todas las vacas.
Se puede.

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