Hace dos horas consecutivas que escucho el Canon in D de Pachelbel. En diferentes versiones. Algunas bellísimas, otras olvidables.
Si hay una música que pueda definir los siguientes estados:
-armonía
-tristeza
-exasperación
-soledad
-vacío
-plenitud
Esa es, sin ninguna duda, el Canon in D de Pachelbel.
Cuando me case o cuando me muera lo quiero de soundtrack.
Y ahora, en este preciso instante, el mundo es una pantalla oscura con ojos cerrados y oídos abiertos.
archivado en: el hitazo del otoño