5.1.07

Recuerdos de Mar del Marolio

día uno

Una de las características más seductoras de Mar del Marolio es su microclima benéfico para cualquier tipo de tratamiento de rehabilitación, ya sea social, moral, política o antihistamínica.
Habíanme informado en el nosocomio de confianza, que Mar del Marolio era el sitio ideal para el descanso y el dolce far niente. Playas extensas con arenas arremolinadas, blancas y acondicionadoras; el sitio del vino, el sol inpertérrito y una infinita gama de posibilidades para la generación de fortunas y/o otro tipo de amasamientos que, no necesariamente tienen que ver con el vil metal, sino con los bienes del espíritu.
No más llegar a Mar del Marolio, un tornado arrasó a la ciudad y a su jardín primitivo.
El diluvio y la pasajera (en este caso, yo misma) fueron de característcas inconmensurables que escapan al quid de la cuestión y... mejor no hablar de ciertas cosas.
Mañana será otro día y el optimismo es parte de la religión.


día dos

No llueve. Pero tampoco hay sol. Afortunadamente mi laptop con aire acondicionado se salvó de la inundación, pero ahora no le funciona la pipeta de chanfle lo cual trastorna el unicode y sus adyacencias. Es por ello que mi Arte tapa dura estaba en llamas cuando me acosté. Es un gran recurso en momentos de abstinencia.
Inauguramos el negocio de arrodetamiento e hice migas comiendo sanguchitos. No hay vida inteligente por aquí. Mañana saldré a recorrer la zona con una varilla detectora.


día tres

Llueve. Tengo miedo de que un misil caiga sobre mi cabeza. También hay hormigas coloradas y Jim, mi novio rugbier, que está disputando una final de socker en una población que queda a unos 1200 km de acá, me escribe un amoroso mensaje que dice que me ama, me adora, me extraña, pero que recién podrá venir a visitarme en el plenilunio de agosto porque tiene una cena importante.
No me dejo amilanesar por nada. Tengo hambre y sueño todo el tiempo. El negocio comienza a funcionar tan bien que ya lo empiezo a detestar.
Camino treinta cuadras bajo una llovizna molesta con un bolso de 45 kilkos sobre mi espalda pensando que ir a la universidad fue una buena experiencia, casarme también, incluso haber nacido parece serlo. Buenas e inútiles experiencias.
Extraño mucho a Z.
Sólo un fasito podrá sacarme de este estado de melancolía supina. Y acá lo tengo.


día cuatro

¡Buenas noticias! La casa de al lado está habitada por seres humanos. O más que eso. Se trata de tres seres humanos de sexo masculino, edad de merecer, jovialidad y simpatía por doquier y estado civil que por ahora promete "para lo que guste mandar" Ya veremos. El de camisa con cositos me sonrió. Y además escucha Radio Head, lo cual combina a la perfección con mi estado de ánimo.
Hoy comeré carne (específicamente pollo a la parrilla) por primera vez desde que llegué. Eso me da una gran ilusión.
El día promete. Veremos si cumple



archivado en: hogar y plantas, querido diario y las edades de Luc-luc