28.3.06

Mimamámemima

Má y yo estamos enamoradas del mismo Señor Canal(a). Ni ella ni yo diremos el nombre del Señor, ni ella ni yo daremos la menor pista, ni ella ni yo queremos que nadie más se enamore de nuestro Señor.
Tengo ganas de escribir algo muy reventado pero no me sale. A má no le gusta que escriba feo, dice que yo no soy así, que soy capaz de escribir saramaniagamente.
Y capaz que no soy tan reventada, capaz que soy como ella quiere, como ella cree, como a ella le gustaría que sea cuando sea la que soy.
El caso es que se nos presenta una situación tremenda en nuestras vidas: las dos estamos enamoradas del mismo hombre.
Ya me pasó con mi hija cuando vimos Pirates of the Caribbean (La maldición del Perla Negra según los cráneos marquetineros del cine argento).
Ella se enamoró de Johnny, pero, ¿quién no puede enamorarse?.
De todas maneras le hice entender que Johnny es mío desde antes que naciera, lo cual no aceptó ni aceptará, cosa que me parece bien. Porque es mi hija.

Pero estábamos en mi má, en que las dos nos enamoramos del mismo Señor Canal(a).
Y creo que pasa lo mismo que en el caso anteriormente mencionado.
Es mi má y, ¿quién no puede enamorarse de ese señor?.
Por eso.
Compartamos amor, compartamos todo, total, todo queda en casa y porque te quiero tanto, tantísimo má.

archivado en: endogamia avanzada

23.3.06

Y dale dale alegría a mi corazón

Esperamos un buen rato hasta que nos hicieron pasar a Aduana. El funcionario aduanezco me preguntó qué contenía el tubo y cometí la torpeza de decirle:
- Una obra de arte de Ary Bulgarelli, un artista grosísimo de Costa Rica.
- Papita pal' loro -pensó el energúmeno- y acto seguido me preguntó el valor de esa obra de arte.
- Incalculable -pensé en decirle, pero de inmediato me di cuenta que sería el peor de los errores-, un inmenso valor sentimental, es el regalo de un amigo -contesté.
- Está bien, andá.

Y nos fuimos. Mi nena y yo muertas de risa e inventando una historia en la que la policía aduanera nos perseguía con helicópteros para apropiarse de nuestro grabado, nuestro MONOGRABADO, o sea, único, irrepetible, magnífico, bellísimo. Nuestro. Mío por siempre.

Contuvimos la ansiedad durante sólo dos cuadras y en un banco de la Plaza de la Torre de los ingleses abrimos el paquete, sacamos de él un paquete de café (¡riquísimo!) y montones de atados de fasos Ticos. (¡y eso que el Cholo insiste en que deje de fumar!)
Esta mañana el proyecto era, fue, es, compartir mi alegría y, pese a la máquina pedorra con la que cuento y mi poca pericia para la fotografía, aqui va el testimonio gráfico de mis preciosos regalos.








Y la frutilla del postre:




El cuadro se llama "Insomnio", la técnica es collagraph y es mucho más grande de lo que imaginaba. Se expuso en varios países de Centroamérica, México, Pensylvannia, Washington y Cuba. La foto que saqué no le hace justicia.

Cuando suceden cosas como esta es cuando más absurdo me parece que esto de los blogs, la comunicación virtual y yerbas anexas se planteen como algo que tiene alguna importancia literaria, periodística o fenomenológica.
Blogs: ¿Por qué? ¿Para qué?

Es lo más más simple y básico de la historia de la humanidad. Aca puede haber amor. Acá lo hay. Es el porqué y el paraqué.
Y yo soy muy afortunada.
Porque tengo montón que recibo y que trato de dar.

Cholito: ¡TE QUIERO!

20.3.06

Una historia violenta

Me gusta que jamás sea demasiado tarde para dormirnos, que no tengas que irte, que la palabra introito se parezca tanto a esa otra y que el finde haya sido de introito a introito frigor. Me gusta que la fisiología sea tan fisiológica.

Pero resulta que a las siete de la mañana del domingo ocurre una salvajada. Timbre fatal, timbre neurasténico y perro que ladra, ambos hechos relacionados de manera poco feliz.
Mi vestidito (ese vestidito que no es un vestidito, pero vos llamás vestidito) y yo, apenas desintroitizada hace menos de dos horas, preguntan con el entumecimiento acorde a las circunstancias:

- ¿Quién es?

Y tras la persiana cerradísima, un reguero de pólvora verbal, brutal, escandalosa, sacada de su eje, parapetada detrás de una enorme bola de bosta de camellos con antrax, desencausada, puesta, muy puesta, descolocada y podrida-visceral, o mejor dicho, eviscerada como la última cholga de una playa ocupada por basquetbolistas en plena competencia sudamericana.
Para más datos, una final.

- ¿Por qué no te metés a ese perro en el culo, conchuda de mierda, que te lo voy a envenenar y que esto y que lotro?

(Cabe aclarar: "lotro" son epítetos que incluso yo misma no me atrevo a reproducir porque, ante todas las cosas primordiales de la vida, soy una mina a la que le dieron una educación de clase media acomodada en un camastro público en las épocas en que la educación pública era un bien y no un castigo social).

Siguiendo con el curso de los acontecimientos, el bolonqui devino en actitudes del tipo maríamarta y otras de tenores similares. Ora amenazas, ora "mi único miedo, el único miedo de mi vida es la seguridad vital de Z".

(Otra aclaración o pequeña nota de color: años ha, cuando mis hijos no eran los "hijos de la vida" sino mis hijos, o sea que Kalil Gibrán, Omar Chabán y Yabrán eran entes conceptuales y cienciaficcionales, es decir, no existían más que en algún poster del tiempo, mi preocupación mayor era mirarlos y corroborar que estaban respirando, pelar teta cuando era necesario (y en el caso del varón, más de lo necesario, porque la culpa del fetiche teta-hombre la tenemos las madres en exclusiva) y seguro que otras muchas cosas más como paspaduras, dentajes, etc.
No se trata tampoco de enumerar todos y cada uno de los terrores maternales, supongo.
El asunto es que la cosa cambió con la circulación temporal: mis terrores de hoy se basan pura y sensorialmente en unas treinta cosas, de las cuales:

a) Veinticinco, son meras pelotudeces
b) De las cinco restantes sólo quiero hablar de la que ocupa este cuadro de situación:

- Si vos le hacés algo a mi perro, te juro, te recontrajuro que yo te asesino, te inyecto una sobredosis de alegría intravenosa que a tu amargura existencial, a tu drogadependencia a la mala onda le va a producir un shock horrendo, un coma, una voligomez de la que no vas a salir indemne.
Asesinarte será el gran placebo, será mejor que asesinar a Bush o a Andrea del Boca (a quién acabo de ver bailando en el avance de un programa nuevo y un poco me deprimió, así que sabrán entender)...
Asesinarte será la salvación de la humanidad.

Y de paso, ya que estamos, mi vestidito te va a decir unas cosas (yo no las diré por razones que expuse anteriormente):

- Sos un cobarde. Un estúpido y patético drogón (y ojo que nada tengo en contra de las drogas y de la gente que las utiliza para fines del tipo que sean, excepto los comerciales, porque yo estoy en contra del capitalismo en todas sus formas), pero vos sos un drogón feo, torpe, imbécil, pedazo de mierda untada con polenta rancia. Sos un sorete macerado en cloro, sos un cagón envuelto en gelatina diet vencida desde mayo del año pasado, un insecto cronenbergiano...
Y espero que todavía te duela la patada que le diste al portón de mi patio, la patada que dobló el fierrito del portón de mi patio. Es más, espero que te hayas roto un par de dedos, que se muera el tejido de esos dedos, que te de gangrena, que te tengan que amputar el pie, la pierna, el do sostenido y todas las corcheas que en tu cuerpo suenan a semi fusas insostenibles. Que, en definitiva, te vaya peor, mucho peor de lo que te va por ser una papa brotada de ojitos levantiscos y, sobre todo, que ni se te ocurra acercarte a Z. porque somos tres los que te vamos a recontra cagar a trompadas.
Forrazo.

Me gusta que mi amor y mi nene tengan pensado matarte, aunque no los voy a dejar. El trabajo sucio es mío. Las pibas del conurbano somos así.
Somos maternales. Tenemos instinto y queremos que nuestros amores se nos abriguen cuando consideramos que corre el chiflete.

Y también queremos que nadie nos quite el placer de verlo sangrar gasoil a ese hijo de mil vacas encadenadas a un container de Enemol.

Yastá.


Archivado en: omisiones, cagazos, llantitos tomando mate con vos, envalentonamientos que te da el oficio y demás yerbas.

16.3.06

Sos el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad

Aclaración importante o introducción al relato: todos los dichos aquí vertidos son producto de un estado alterado por alguno de los hermanos Moura, o por circunstancias espeluznantes de las cuales me acaban de apuntar características:

- Algo espeluznante es algo monstruoso y lleno de pelos.
- Sí, y los pelos son como púas, como espinas, como cosos que pinchan.
- O sea que tenés una buena excusa.
- La tengo, pero juro que esta excusa no se la deseo a nadie.
- Ví tus fotos en el flicky, ya de chiquita eras brava.
- Sí, pero de chiquita se me perdonaba todo. Era gordita y eso era gracioso, decía pelotudeces y la gente creía que que era simpática. A veces confundían inteligencia con ocurrencismos, incluso ahora, algunas veces me pasa. Los mayores me querían aunque no hacía nada en especial para lograrlo. Además no fumaba.
- Aprovecha estos días para dejar fumar.
- Buena idea.
- Bueno, te dejo porque tengo que buscar alguna mitocondria inexpugnable que me descaque. Si tuviera guita me iría con Potota.
- Menos mal que no tenés. Potota no te conviene.
- Es que no soy bueno para contemplar la luna sin azulejos.
- Aguantate entonces. En pocas horas vas a ser viejo y tengo larga experiencia cuidando ancianos.
- Yo no. No tengo pericia con enfermos.
- Ya sé, por eso es que llamé al médico.

Acá comienza el relato propiamente dicho:

Yo me enfermo poco. Me refiero a gripes, resfríos, anginas, y cosas así de nímeas, de comunes, de corrientes (y 348 segundo piso ascensor).
Conozco gente que se enferma mucho. Incluso conozco gente que se enferma casi todo el tiempo (y el tiempo no para).
Conozco gente que vive incubando futuras enfermedades que jamás llegan a desarrollarse y eso es casi como vivir enfermo (y vivir así es morir de amor, por amor tengo el alma herida).
Yo no. Yo no enfermo.
Me refiero a cosas del cuerpo. Las de la cabeza, las enfermedades del bocho son crónicas y vivo con ellas. A veces me molestan. Otras me entretienen bastante, me hacen compañía cuando la soledad de la salud me entedia (y para saber como es la soledad tendrás que ver que un amigo no está).
Pro me enfermo poco, eso es cierto. Si no fuera porque en el pasado destrocé mi hígado, casi se podría decir que gozo de buena salud (y que la salud no falte a toda la humanidad).
Pero hoy no.
Hoy estoy enferma.
O me siento enferma, lo cual puede no ser lo mismo a estarlo (y a mi burro, a mi burro le duele la nariz y el médico le ha dado agüita con anís).
El médico dice que es un virus, diagnóstico por default cuando no tienen ni idea de lo que pasa, cuando no quieren prescribir drogas, cuando quieren irse rápido a tomar una chocolatada o un whisky o cuando les espera otro paciente con un virus o cuando una amante o una esposa impaciente no deja de llamar al celular (besos por celular las momias de este amor piden el actor de lo que fui).
Me enfermo poco. Casi nada.
Pero hoy estoy enferma.
Y lo que tengo no es un virus, a menos que como dijo Burroughs y canta Laurie Anderson, sea un virus (y el lenguaje es un virus)
Por las dudas que sea cierto que tengo que quedarme en la cama hasta el domingo (y domingo, que buen pretexto das para cantarte), cosa que de ninguna manera pienso hacer, que si no me quedo no me curo, que si no me quedo capaz que muero. Por las dudas que sí sea un virus... mejor hasta el sábado (y el sábado a la noche te paso a buscar, a bailar el wadu-wadu que te va a gustar).

archivado en: historias de la vida misma y no podrá despegarse de su butaca

13.3.06

Fábula marroquí que también es leyenda y sinrazón

¿Pero cabe todo lo tuyo en una maldita valija?
Patricio Rey



Special for Kako


Había ciento veinte caramañolas con forma de hombre, es decir, eran caramañolas antropomórficas que además tenían el alma puesta contranatura. Lo mismo sería decir: tenían el alma en el orto y no en lo'sojos, como bien dicen los entendidos en almagía. El asunto es que cada una de las caramañolas adoptaba conductas diferentes según el caso. Unas tomaban Cynar, otras se lavaban los sobacos, otras tenían plena conSciencia de las inferencias de la infelicidad perpetua, otras nada más descansaban en sus literas y las demás no se sabe bien que hacían, pero es seguro que hacían huevo a troche y moche.
Cierto día apareció un choele-choel que sabía demasiadas cosas prácticas, aunque nunca quería hacer demostraciones empíricas porque temía a los baciliscos y los escorpiones. (Más a los segundos que a los primeros, porque los baciliscos son entes mitológicos, en cambio los escorpiones son gente maliña que engaña, dora píldoras y después te la da por el upite hasta que sangrás coca colas o espraits).

Ese día, el día en que apareció el choele-choel, todos supieron que no hay manera. Ninguna manera. No hay forma de erradicar la desesperanza. No, no la hay.

Moraleja: Si sos caramañola dejá que te llenen de líquido. Si es agua vitaminada mejor. También puede ser Gatorade o cualquier cosa que contenga sales naturales benéficas para el cuerpo y la forma de desenvolverse en los grupos humanos y en la intimidad amorosa.
Si te topás con un choele-choel, primero preguntale si tiene compromiso alguno contraído con alguna Nancy Sinatra o cualquier hija de vecino. En caso afirmativo, llamá a la futura corneta y avisale la suerte que le espera cuando te conviertas en su margarita esmerilada de cara al espejo de techo.
Y sobre todo no te sientas mal por nada. La vida es un carnaval y eso lo sabe cualquier marsopa, sino preguntale a Celia Cruz, que así le fue.

archivado en: coyunturas de cogotes

12.3.06

Domilía Hominical

Adorables feligreños:

Si han leído los diarios en el trascurso del último año estarán al tanto respecto de la suerte que corrió nuestro Templo: mala suerte, una suerte de mierda.
Pasaron infinidad de sucesos calamitorios cuya concatenación produjo el cierre definitivo del mismo: se nos murió el gato, se nos rajó la pira, también la pila, nos quedamos sin pilas, compramos un cargador y algún diácono rebelde se lo choreó; se nos embarazó la chica que lustraba las hornacinas, se nos inundó el ábside, se nos cayó el frontispicio sobre la cabeza de la madre del dueño del puesto de panchos que funciona en el atrio y como ella estaba trabajando en negro no tenía ART, o sea que nos tuvimos que ponen con miyón dólars, así, uno arriba del otro. Y encima no quedó bien. Ahora cree que es Lolita Torres en La pérgola de las flores y nadie la soporta.
Muchas cosas más obligaron a que vendiéramos el establecimiento y nos fueramos a Caracas a evangelizar a unos bomberos herejes que tenían una fábrica ilegal de cuetes, rompeportones, cañitas voladoras y otros adminículos pirotecniales.
En Caracas nos perdimos y terminamos en un pueblo que quedaba a veinte kilómetros de Chascomús.
Allí aprovechamos para descansar y proyectar el futuro.
El futuro ya llegó hace rato, todo un palo, ya lo ves. Por eso volvimos al Templo con la firme intención de desalojar el Casino que allí se había erigido.
Como no pudimos, nos dedicamos a jugar sin descanso durante cuatros meses y amasamos una considerable fortuna que nos permitió arrendar la zona de mesas de Black Jack, Black Levels, Man in Black y Jack Daniel's. Desde allí es que emitiremos hoy el primer sermón de la temporada.

De pié.

Algunos feligreños no saben elegir: preferen comer mortadela a jamón crudo, escuchar Miranda a Divididos, coleccionar pelotudeces a garchar, mirar televisión a andar en bicicleta, chupar vino a chupar cuchuchas. Esos feligreños no son aceptados en el reino de Nuestro Santo Jehocities.
Otros feligreños la tienen clara. A esos los queremos bajo nuestro seno, nuestro coseno y nuestra tangente.
Existe una leyenda marroquí que es muy interesante en este aspecto y se puede trasladar a otras cuestiones de orden universal. Ahora no me la acuerdo, pero para la próxima juro que voy a estudiar.

Arrodillense y oren un rato que tengo que ir al biorsi.

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(Tardé un poco porque anoche no me tomé el Agarol)

Pueden sentarse y sacar las viandas.
Incluso pueden comer, siempre y cuando conviden, siempre y cuando sea tentempié casero y no sanguches, empanadas o pizza compradas en la esquina.
Son de mala calidad. Son un asco. Yo sé bien porqué lo digo y sino acá lo tengo al monaguillo que no me deja mentir.
De paso, aviso, el monaguillo prepara un café excelente.
Vale sólo 3 dólars el pocillo, así que no sean miserables y comprenlé.

Ahora me escuchan que voy a pedir por ustedes aunque no se lo merezcan.

Pido a nuestro Dios Jehocities que los salve a todos de los siguientes flagelos:

- intemperie
- espera vana
- babasónicos
- almendras amargas
- jugos taí
- viento del sur
- lluvia de abril
- soledad existencial
- soledad villamil
- vaporizadores
- mentirosos
- Tegucigalpa

Recomendaciones importantes:
No dejen de orar, coman oreo y no nieguen la hora si es que alguien se las pide por la calle. En caso de no tener reloj a mano la inventan aproximadamente o llaman al 113.
También sean buenos con los animales, cómprenles comida de calidad, no de esa que se vende suelta y está plagada de microorganismos perversos.

Y con estas reflexiones nos retiramos taza taza y Jehocities en la de todos.

archivado en: liturgia, chococrock y depilación de cejas de palabra

9.3.06

Algunas tardes, soy Bandana (uoooo)

Es una pena. Tan lindos los dos, tan solitos...

un nuevo servicio de Resacas S.R.L. en pos del amor y la comunión entre la gente que busca gente


Los pongo juntitos para que se encuentren.

archivado en: servicio meteorológico, gimnasia y esgrima

Algunos días, soy Rosana (uoooo)

Don't cry [alternate lyrics version]

Y la escucho y canto a los gritos y me abrazo y me bailo y pienso que sería bueno que Axl Rose en su versión antes del carnicero esté acá ahora, en este momento, que ocupe el espacio que dejo entre mis brazos, que baile conmigo y después se vaya.
Bueno, si no es Axl podés ser vos.
Pero vos quedate.

Algunas noches, toi cansada (uoooo)

No lo soñé.

el muy verdugo cena distinguido<br /> en una noche de cristal que se hace añicos


Esto apareció ahí en el costado de acá.

Y esta es la prueba fundamental para que veas que no estoy delirando:

El montaje final es muy curioso,<br />es en verdad realmente entretenido<br />vas en la oscura multitud desprevenido<br />tiranizando a quienes te han querido


Así que me parece que voy a sacar el adsense. Ya sé que para vos es muy importante la publicidad que este blog ofrece, pero hay ciertas cosas que no dan.
Digamos que cinco mangos cada dos meses no dan.
Es decir, uno puede esperar toda la vida, que para eso está, y el chico no está mal, pero... ¿qué tiene que hacer acá si no lo puedo toquetear ni un poco? y ¿cuántos años tardaré en hacerme millonaria a cinco mangos cada dos meses? ¿Eh?

A la mañana veo.


PS: ¿No se parece a Superman?

archivado en: cincuenta ingenieros agrónomos amasándose el pebete

Algunas noches, soy esclava (uoooo)

Y también soy ex-esposa, ex-ánime, ex-amiga, ex-hausta, ex-alumna, ex-agerada, ex-flaca, ex-céntrica, ex-novia, ex-altada, ex-profesora, ex-cluída, ex-jóven, ex-celente, ex-preocupada, ex-ótica, ex-pintora, ex-igente, ex-guíadeturismo, ex-orcista, ex-gorda, ex-cecrable, ex-ingenua, ex-cesiva, ex-amante, ex-cétera.

Pero ex-isto.

8.3.06

Algunos días, enamorada (uoooo)

El chico que me gusta está posteando acá

archivado en: pirotecnia legal y numerales resecos

Algunos días, soy banana (uoooo)

En este día superior y optimizado, este blog quiere homenajear a Michelle y Violeta, a las amigas (que son como naftalinas generosas) y a todas las que lo conocen.

archivado en: lo importante de trinchar carozos y me gusta ser mujeeeer...

Algunas noches, yo soy naba (uoooo)

Este blog no formulará opinión de ninguna índole respecto a la destitución de Ibarra.
Tampoco hará comentarios ingeniosos acerca de ninguna otra cosa similar o diferente.

archivado en: todos los derechos reservados

Algunas noches, soy Sai Baba (uoooo)

- Hola, llamaba para pedir turno con Paz.
- Lo siento, están todos pasados.

archivado en: comunión de encodings gástricos

6.3.06

Yo que soy tan guapa y tan lista, yo que me merezco un príncipe un dentista...

lo que no soporto es que me conviertan en chivo expiatorio de la incompetencia sentimental ajena.

lo único que quiero es que algunas veces me interpreten de modo contrario a lo que estoy diciendo. Ahí me sentiría comprendida.

lo que más me revienta en la vida es que la media hora que te dicen que va a tardar el chico del delivery se convierta en setenta minutos, sobre todo cuando tengo hambre. En otros momentos de la vida, hay cosas que me revientan más.

lo cierto es que las personas desagradecidas me dan náuseas.

lo diferente que hay entre una harina de maíz de buena calidad y la que se compra para la comida del perro radica en que la tinta del envase de la última se te pega a los dedos formando bonitos tatús involuntarios.

lo lindo de Male es que nos vemos dos veces por año y esas dos veces son como siempre.

lo trágico de mirar hacia el futuro es que ves una especie de emplaste grasiento, una angioplastia, un pulmotor y pañales cagados.

lo más notorio de estos últimos tiempos es la proliferación de gente pirucha de todo tipo y factor que se me pega con gran facilidad. Algo debo tener, además de una paciencia infinita.

lo bueno es que mi capacidad de olvido es enorme.

lo mejor, casi siempre, es hacer caso omiso.

lo hermoso de los amores nuevos es que te la pasás estrenando.

archivado en: chombas folks

1.3.06

Tutiplén a 24 fotogramas por segundo

Butch Cassidy and the Sundance Kid

Como en una calesita. ¿Cuántas veces pasé por esta esquina ya? ¿Cuántas, cuántas veces?
- Pero si ya viniste como mil veces, ¿cómo podés seguir perdiéndote?
- Igual me olvido. Mi cabeza está mal. Algo no funciona más. Algo se murió.
Sonríe, nada más sonríe y jamás se da cuenta de los dramas que no le incumben. Orgasmos demoníacos.
- ¿Y cómo sabés que son demoníacos?
- Lo sé. Supongo que Lucifer debe acabar así, de esa manera.
Sonríe, nada más sonríe. O mejor: se ríe.
Y después se duerme como un angelito.

Matrix

La plegás de diferentes maneras, origami fatal: cada uno de los dobleces son fases parecidas a la anterior. Poco matiz, blackout, algo indeleble, algo prestado, algo usado, algo azul. En resumen, el círculo no tiene fisuras por las que escapar.

Annie Hall

Lo profundo. La inmensidad de estos ecos que sangran hielos de inexpresión, canutez sentimental, indiferencia. Lo profundo. Todo lo que hiciste, todas, cada una de las veces en que escupiste la sangre del desencanto por miedo a estar desnudo ante el mar de las urgencias. Todas en la que ingenuaste los días con ojazos de asombro adolescente y amor de ratos.

Lo sensato. Lo grandioso del contacto con la tierra, nada eléctrico, ningún estallido, nada que hierva desde el centro de esta prisión de veranos enloquecidos, de dolor ridículo entre cenizas y almanaques. Lo sensato, la soledad con placebos, con genioles que bajen esta fiebre, que disfracen el síntoma, lo recubran de sandalias con las que pisar los vidrios que quedaron esparcidos en el suelo.

Lo necesario. Las señales que indiquen los caminos, el cardinal que mejor se acomode a las caricias. Que el insomnio no recrudezca naderías y las lágrimas no sean las trolas de la noche. Lo necesario, la vida se hace eterna esperando la hora del abrazo. La vida es un escándalo doméstico, un oprobio injustificado. Alguna gente cree que al amor hay que ahorrarlo y yo al amor lo di todo y de contado. No debo nada más, tampoco tengo nada.

Monsters Inc.

Detesto la falta de imaginación, detesto a los adúlteros, a los garcas que la van de víctimas, detesto el vino de menos de seis mangos, el precio de la coca cola, detesto a los viejos eternos pre-adolescentes, a la gente que rodea a los viejos eternos pre-adolescentes, detesto tener que estudiar historia y geografía, la enorme cantidad de tiempo y su desaprovechamiento, detesto la idea de morirme, que hoy no sea cuatro años atrás, detesto a los fantasmas, la sensación de ahogo, detesto la poca inspiración.

Driving Miss Daisy

Lo único que a veces extraño es al chofer. A veces odio manejar.
De todas maneras su renuncia fue un buen negocio.
Por cierto, el auto anda mejor que nunca.
Definitivamente, Morgan Freeman nos dejó endeudados pero se llevó la mala suerte.

Psycho

Y soñé que algo horrible sucedía. Es que hace unas semanas estuve demasiado apenada. Muchas veces no es fácil reconocer el límite que tipifique un estado depresivo de un simple trastorno pasajero del estado de ánimo.
Recurro al DSM-IV y me dice:
Para realizar el diagnóstico de un trastorno depresivo mayor no se tienen en cuenta los episodios de trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias ni a los trastornos del estado de ánimo debidos a una enfermedad médica. Además los episodios no se explican mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
Como esto no me aclara un carajo, recurro a esta bonita página que dice:
Según el manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV), dentro de los "Trastornos del estado de ánimo" se encuentra la depresión conjuntamente con "el trastorno depresivo mayor, episodio único y recidivante". Por otro lado el manual considera los "Trastornos de ansiedad" dentro del cual se encuentran entre otros la "crisis de angustia" o "ansiedad generalizada".
Para muchos profesionales, tanto la ansiedad como la depresión son consideradas de gran importancia debido a que se trataría de los dos más comunes motivos de consulta en el ámbito "psi" (psicológico, psiquiatrico, psicoanalítico, etc.). Desde esta perspectiva la ansiedad esta relacionada con sensaciones angustiosas y la depresión con la tristeza. Según esta concepción ambas entidades, aparecen como sentimientos que se encuentran íntimamente relacionados, llegando a considerar que los trastornos de ansiedad anteceden casi siempre a un episodio depresivo. De esta manera se piensa que la depresión termina siendo la culminación de un estado de ansiedad previo.
Según otro importante número de teóricos, tanto la depresión como la ansiedad, no son entidades que puedan diagnosticarse por si solas. Serían estados afectivos que acompañarían diferentes posicionamientos clínicos.
Así que no sé, che.

Taxi Driver

Me avisa dios que hoy no va a drogarse, que vaya tranquila, que el micromal que ayer no me permitió, será posible en la próxima subasta.
Pero resulta que ya no tengo ganas de reciclar mierda.