15.11.06

Tutiplén García (una de tres)

Nos tenemos que encontrar, yo vengo de otra guerra, de otro sol
Charly García


Por favor, no me abras más los sobres

Todas las señales conducen hacia una sola dirección, los únicos amores fieles son aquellos de distancias. Toda sospecha de permanencia es el mejor alimento que la muerte canutea* en la esquina de los perros melancólicos de bruma.
El caramelo es agridulce. Los ángeles no pueden balbucearle al viento más que baladas tristes, tiemblan por la sed, cuarteados de tanto barro seco.
Aquí no se cosecha jamás. La siembra no es fructífera. La tierra está agotada de tanto masticar vidrios y no sentir dolor en las encías, harta de la sensación de abismo por donde se derraman orines que marcaron territorio. El camino desmayado de desidia es irrecuperable, está muerto.
El tren pasa.
- Saludá al tren.
- Chau tren.


Porque algún día se va a abrir esta trampa mortal

La sensación es parecida a cuando vas lo más tranqui por alguna vereda y de pronto se enciende uno desos reflectores buchones. Te asustás un poco, pero más te da por pensar en una palabra: exposición.


El sueño de un sol y de un mar

No repetir errores, no seguir amasando la dificultad.
Si estuvieras no podría verte.


No les des patadas a los locos


Arroz con calamares, tarta de choclo, matambre a la leche, mermelada de frutilla, pizza casera. Me desconozco. Culinariamente hablando, me comporto igual a cuando estoy enamorada.


Adoro la teletransportación

Cuando le digo que lo quiero con toda mi alma le da una cosa de houdini y se me escapa. Por eso refreno las ganas y no le digo más, nunca más, que lo quiero con toda mi alma. Para él las palabras son mucho más grandotas, son como elefantes, él no puede con elefantes, él no es el principito, él es mucho más que boas dentro de sombreros, él es mi única y posible religión. Pero mejor que no lo sepa, mejor no hacérselo saber, porque se va. Se va todas las veces que lo quiero con toda mi alma.


No estoy tranquilo mi amor

Si todo es el impulso, la bronca, la incredulidad, si todo es herida, sacar la tarjeta de derrota en esta guerra, en el partido versus yo versus vos. Si todo es poner la fe en un teléfono rojo y efímera alegría, pasatiempo abarcador de un escuálido momento, si todo es dibujar estrellitas y volver a intentar engaños nuevos, jugarla de buenita, hacer de mina pop, superstar, hacer de algo, querer, quererte tanto, quererte tanto a pesar de, ¡mierda, hay un horrible monstruo con peluca!


Yo que morí en el altar

Aprovecho esta oportunidad para decirte que casarme con vos fue uno de los más grandes aciertos de mi vida y que separarme de vos fue el otro.


Puedo aterrizar en la oscuridad


Algo sucede en esta noche. El orden de las cosas va cambiado. Detrás de las cortinas el paisaje es de llover miserias, aquellos peces que mirábamos absortos ya no ocultan sus suicidios.
La tendencia hacia lo inútil se ha instalado, es definitivo, aunque los pliegues sean hilachas descosidas, son lo que nos queda atragantado.
El miedo es como un árbol.
Permanece.


Mi fascinación nueva

Paradójicamente o todo lo contrario, siendo consecuente, resulta que el entusiasmo renacido es antiguo, viene desde atrás, trae olores afines pero es absolutamente diferente porque es exclusivo, es de hoy, es de ahora, es fresquito.



Todo se construye y se destruye tan rápidamente, que no puedo dejar de sonreír

Sobrevivimos a radios apagadas, al recorrido entre el comienzo y el fin de una línea que nunca fue recta. Sobrevivimos a mares, ésos otros mares de aguas persistentes parecidas a añoranzas. Sobrevivimos urticarias coloreadas, feroces empalagamientos de primeras mieles. Sobrevivimos la mirada de los otros, la cruz ardiendo los remordimientos. Sobrevivimos un verano de pausas, con prisas, con risas, con lluvias.
El otoño nos tejió desplantes agrisados, el invierno terminó de apoliyar frazadas. La primavera no llegó jamás, y también sobrevivimos.


Brillando como una esclava negra

Vos te parecés mucho al dios de la religión que, forzosamente, tendré que inventar.

Cuando pienso en el fin, cuando pienso en todo lo que di
*debe leerse canutia
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