22.11.06

Tutiplén García (dos de tres)

La noticia apareció en un periódico sensacionalista,
decía simplemente que se había producido un incendio.
Después de llegar los bomberos, la policía, la prensa
rescatar al hombre, apagar el fuego,
le hicieron la pregunta obvia: ¿Cómo se inició el incendio?
No sé... estaba en llamas cuando me acosté
Charly García



Que espero resucitar

Adentro están esas sombras y asesinarlas será el antídoto que te va a doler en la columna reclamando alguna inercia. La esquina de la novedad, el tónico que te robará las mañanas de apatía.
En el riesgo a lo que pueda florecer de un noviembre que afila sus puntas, cuando la danza del horror oscurezca el próximo verano, claudicar es cobardía.
La fecha de vencimiento de lágrima a mansalva ha caducado. Hay algo que trasciende toda duda: el dolor es patrimonio de los giles. El crujir de tripas ensordece. Buscá adentro, dale, cagalas a palos, matalas de una vez, se buena.


Estoy comunicado con todo lo demás

MyAdmin se llenó de belleza, de ternura, de ráfagas coloridas, de Marcelo. Quiero pasarme la vida recortando mariposas, flores exóticas, gente solitaria, artistas trasnochados, quiero estar en Barna repartiendo muchos besos, volanteando postales. Las postales más bonitas.


Reviviendo las agonías del pasado


Como un fotograma congelado detengo el destiempo, asesino corrientes sin regreso, desparramo de vos lo que queda y dibuja en la alfombra siluetas que eran pares.
Como un animal dormido, parecido a morir es esta especie de queja muda, resacas de vos se agolpan en esta bolsa gris que no intenta escaparle al fuego.
Como cuentas de un collar roto en la irrevocable impresión de lo tardío, media vida, cuarta parte de vos, restos de vos.


Dos peces con la misma red

Le compramos un collar de ahorque y anda derechito por la vida. La solución fue drástica, dolorosa y necesaria.
Mañana empiezo a usarlo yo, a ver que pasa.


Cuando el cristal se caiga en el mar, verás que toda esta canción es armonía


La doctora me dice que no, que no tengo fiebre, que no son anginas, que paracetamol, que no aspirinas, que para qué llamé, que tendría que haber llamado a un taxi boy o a una abuela o algo.


El amor es una zorra perseguida por jinetes y se quiere transformar en un tapado de visón que la vida no merece

Hay como una especie de calma, algo de lo que sé poco. Miro mi rostro y veo ciertas cosas parecidas a libélulas anestesiadas por el sol. ¿Viste? Como el silencio amenazante de una unidad coronaria.
Este día se parece a otros días que no quiero recordar.

Yo tenía una planta de tréboles de cuatro hojas. Ya sé que era un fiasco. Los tréboles de cuatro hojas no se compran, se encuentran. Los tréboles de cuatro hojas no existen.
Lo mismo los regalaba. A mis amigos les regalaba tréboles de cuatro hojas. Debe haber muchos libros, cestos de basura, cajones, retretes, billeteras, que tengan dentro alguno de mis tréboles de cuatro hojas.

Hay un papelito que dice: "Amo a mis amigos".
Creo que es este el primer día en que todo está tan lejos de esos días de los que no quería acordarme.
La salida... la salida es por allá.


Y aunque cambiemos de lugar las banderas siempre es como la primera vez

Importante reflexión previa: antes de que todo se despelote, disfrutar esta confortable, suave sensación de burbuja.

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