13.10.06

Tutiplén saludable y alternativo

Pedagogía Waldorf

Todo el tiempo intento cambiar la posición del ombligo del mundo. Le doy absoluta, le doy relativa, le doy estática, pero la posición siempre es la misma. Las coordenadas x-y van siempre desde el body al div central.
Creo que no hay caso, que todo fue y es irremediable. No se puede pelear contra la naturaleza, todo es un desnorte enkilombado como piolines enredados dentro de un cajón.


Respiración taoísta anti-age

Aferrarse a la ilusión de un sueño íntimo, personal, tan individual que compartirlo sería un acto hipócrita, ponerse a modo reciclado de mentiras, sincerarse, volver a las épocas dónde éramos tan muy francos, tan muy pelotudos, tan muy equivocados, tan muy jóvenes, tanto que podíamos ejercer, incluso, traiciones de todo tipo y factor.


Lumbalgia por desequilibrio Ying

Una inmensa cantidad de micro partículas con perfumes diferentes conformaron un ente con alas, pero el peso de su cuerpo no fue resistido por tan etéreas y blandas estructuras y es por eso que nunca remontó vuelo.


Vacunas contra el desaliento

Si a ojo de buen cubero, al principio, mucho antes de las hecatombes, uno fuese capaz de medir la totalidad del amor que a lo largo de la vida va a desperdiciar, es posible que ése mismo fuera o fuese distribuido en forma un poco más equitativa.
Por ejemplo: a vos un montón, a él nada y me guardo un poco por las dudas que el cubero sea miope.


Masaje vibracional con cuencos tibetanos

Sería razonable si existiera alguna situación de conflicto entre los seres involucrados. También por la estrecha relación, claro, como hermanos, como familia, tiene lógica, sin embargo no comprendo porqué no se puede, pero también así supongo que tendrán razón, porque para eso es que estudiaron, se esforzaron, ellos saben y yo no, yo no tengo vocación para llegar a decisiones importantes, yo sólo tengo la voz lánguida, no el voto, yo no cuento, yo soy la que cuenta... cuentos.


Cómo positivizar el pensamiento

Por otra parte, es menester aclarar que no dejaré amilanesar mi alegre chotéz congénita; que bajo ningún concepto estoy dispuesta a dejar que fagociten la indómita necesidad de estrellas fugaces, tampoco de fugazzas y menos de fugazzetas.
La vida despliega ante mis calores un amplio abanico de bambú estampado de figuras chinas, un abanico comprado en Lavalle en una de esas tardes gomosas y atabaladas.
Así que ya sabés. No voy a parar hasta que el odio intenso, profundo e infinito, que es la gasolina de mi temple, y a la vez el templo donde reza el infortunio; se evapore como una gota de agua en Atacama o en cualquier otro desierto o geografía similar.


Desayuno energético "Budwig"

Un señor y yo estamos esperando el 39 y el 39 no viene. Por un momento, avenida Córdoba queda despoblada, ni un auto, ningún ser humano, no hay animales y tampoco minerales, mucho menos vegetales.
La nada: sólo él y yo a merced de la soledad del mundo.
Pienso que algo horrendo le ha sucedido al universo, que todo se detuvo, que todo ha muerto de una vez por todas y somos nosotros los elegidos para permanecer, por quién sabe cuál random caprichoso de alguna deidad equivocada.
Imagino, entonces cómo será mi vida de ahora en adelante.
Dios me eligió para su última demostración de grandeza. ¿Qué hacer?. El señor que espera el bondi es muy fulero. Ni en la fin del mundo tengo suerte, pero, visto y considerando que será mi compañero en la misión divina encomendada, comienzo a encontrarle algún rasgo simpático, algún recovequito que no me parezca horripilante. Conforme pasan los minutos, creo que me voy enamorando:

-¡Viviremos felices en la algodonera! ¡Tenemos un Plaza Vea completo sólo para los dos y nuestra descendencia! -pienso y ya me veo entre las góndolas, degustando manjares exquisitos, paladeando vinos delicados, eligiendo champús rizos definidos, liso extremo, según caso; acariciándome la piel con sábanas, toallas coloridas y nuevitas, estrenando una bombacha cada día.

-¡Qué cosa este colectivo! -dice él sacándome de mi ensoñación.

- Sí -contesto yo, mientras veo que el mundo reaparece y es igual a siempre.


Flores que recuperan el optimismo

Los mini alfajorcitos Felfort tienen la medida justa para ser una delicia. Si fueran del tamaño estándar de cualquier alfajor, resultarían una asco insoportable.

Por otra parte, ¿Por qué hay que soportar al tipo que vende cidís de música romántica en el Urquiza, con el reproductor al taco cuándo uno se dispone a torrar ad Rubén Darío como corresponde, como es merecido luego de una larga, espesa y despareja jornada? ¿Eh?

Por cierto, hubo un momento del día en que me pareció creer en dios. Igual no es para alarmarse, ya pasó. Lo mismo hay que estar muy alertas ante posibles nuevos atentados contra la incredulidad.

Por último, nada es definitivo.

archivado en: tutiplén de una noche de verano en el ciber