2.7.06

Meu canariu seu morreu

-Che, ¿vamos?

-Aguanta un cacho, estoy terminando el último capítulo de El capitolio del epitelio.

-Pero me dijiste que ya habías hecho todas las referencias. Y que cuando la última abeja libara la última flor, sería el momento de partir.

-Es cierto, Lucanor, pero escucha esta noticia y verás que la espera realmente vale su duración en mexicanos de oro o dragmas suizos. Según las últimas investigaciones realizadas por la Abadesa Marisa Deisa, podemos aseverar que no hay vida en Feerdemol. A fines del siglo XIV se suponía que las estepas neerlandesas de la zona del paralelo 24 (a las catorce) poseían ciertas virtudes que tenían relación con el hablar desde un lugar o desde este punto específico al que cualquiera se refiriera, pero ahora se sabe que no es así.

-Eso mismo dije yo en mi "Tratado General Sobre La Naturaleza Subcutánea De Los Objetos Anidados", específicamente en el capítulo que habla sobre "Soluciones parciales para encajar broadcastings". Lo dije, pero muchas veces, la mayoría de las veces, cuando digo no digo y cuando no digo ligo. ¿Entiendes, amigo o te rascas el higo?

-Lo entiendo perfectamente: es lo mismo de siempre, una injusticia tras otra; conclusiones que repiquetean un tanto petulantes, pero no lo son en su totalidad, ya que coadyuvan a una síntesis hipertextual por antonomasia.

-Me lo sacaste de la punta de la lengua.

-Uh, entonces está chupado, ahora no lo quiero, cómetelo tu.

-¿Veis cómo eres? Siempre buscándole la quinta uña al avestruz.

-¿Cuál avestruz? ¿El que tenemos en el patio atado al orégano? ¿O el que le regalamos a tu tía Esther para su confirmación? *

-¡Ninguno de los dos, pastenaca! ¿O no te acuerdas acaso del ñandú que conocimos en el Observatorio Nuclear el martes pasado?

-Me acuerdo con honda emoción de aquel booleano tan educado. Incluso me ofrecía canapeses de jamón y queso. Cómo olvidarlo. ¡Pero no quería hablarte de eso, estábamos en otra cosa!

-¿En otra cosa? ¿Por qué no me agarras la cosa?

-¡Dale!


NOTA AL PIE: *Existe una probabilidad del 87,79% de que esta perífrasis hipertextual concomitante sea de autoría de Mr. PC, pero como nos queda resto la chafamos sin ningún prurito ni cualquier otro ente inespecífico.

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