30.7.06

Homilía freeware

Hidalgos y gallardos feligrezcos míos:

Hay una motivo fidedigno para justificar todos este tiempo de ostracismo, mudez y casi hermitañamiento que se produjo en el templo.
Esta vez no vendimos nada, ningún santo se agusanó, ninguna arcada se torció y el frontispicio permanece en su justo lugar que es ahí, al frente manteca.
Sucedió que decidimos tomarnos un tiempo justo y necesario para reflexionar respecto de humanas situaciones, los momentos de los dos, la distancia, las pasiones, encontrar una razón.
En el transcurso del pensar y pensar nos hicimos muchas preguntas del tipo EXISTENCIAL, como por ejemplo: ¿falta mucho? ¿en esta casa se come o no se come? ¿que horas son mi corazón? ¿dónde va la gente cuando llueve?, etc.
Descubrimos, luego de un largo proceso en el que sufrimos diversos tipos de reacciones alérgicas, químicas y estreñidas, que las respuestas están cada uno de nosotros, en lo más profundo del ser humano que nos alberga cual libélula ondulante que liba su damasco. O sea, no hay respuestas.

Es por ello que decidimos regresar, impartir la sagrada palabra, tarea que Nuestro Santo Jehocities ha conferido a nuestras manos libres y nuestro albedrío en patas.
Aquí estamos, entonces, cumpliendo como buenos cervatillos que somos.

Oremos.

Antes de empezar con la repartija de hostias quiero presentarles a un nuevo miembro de esta santa comunidad. Se trata de Piermarochi, la monja travesti, especialmente importada de Francia que contratamos para que nos pinte un fresco en la cúpula y además arregle los vitreaux que se hicieron bosta con el granizo y por donde entra un fresco que no es el fresco que Piermarochi, la monja travesti va a pintar, porque para ese fin ha sido importada de Francia, sino un fresco que nos congela las sagradas palabras, la paciencia y la conexión compartida a Internet.

A propósito de este tipo de problemática y de otras afines, queremos expresar nuestro agradecimiento a el_tipo, que con sus sugerencia de cambiar de antivirus y contratar un adaware, no nos solucionó absolutamente nada, pero fue la punta de lanza de la reparación del desperfecto, componenda que se me ocurrió solita porque soy muy viva y ando en foros donde te dicen que parche usar según tu contextura física o tu estado emocional.

Andar en foros no es lo mismo que andar con forros, pero casi tan importante como usarlos.
También es necesario tenerle fe al antivirus, sentirte protegido y libre de ácaros y súcubos que te infestan todo y te joden el registro.
Recomiendo el Avast, que además tiene un skin muy moderno y propicio para los tiempos que corren como liebres perseguidas por un tractor taiwanés de esos que hacen pruebas en las playas y asustan a las gaviotas, los peces palo, los mariscos en general y los chinos en particular.

Como estoy cansada porque elegir el recuerdo con el que uno quiere introducirse al sueño no es tarea de minutos sino de varias horas y carcajadas; a la cuenta de tres, los bendigo a todos y les digo, de paso cañazo, que no se preocupen por los pecados que cometieron esta semana, que Santo Jehocities tiene las bolas de acero y sigue perdonándolos en modo freeware si nos dejan una limosna digna.
Y cuando digo digna me refiero a una suma considerable, no a monedas que la máquina del bondi no te agarra, tampoco a billetes restaurados luego de que el perro se los quiso comer y mucho menos divisas que no sean de curso legal.
En caso de no poseer los recursos para acceder al perdón freeware, Jehocities les da la opción del perdón shareware que podrá ser utilizado durante 30 (treinta) días a partir de su instalación.

Ya se pueden ir a hacer las pelotudeces que se hacen los domingos.
Alabados sean todos (menos uno).

archivado en: homilías, el regreso