No lo puedo evitar.
No hay caso.
Juro que intento hacer caso omiso.
Pero no puedo.
Es más fuerte que nada:
ME PONGO MAL.
Me remonto a cinco años atrás (o capaz que seis) y me acuerdo cuando la leía a la felisamemuero, a deneno, a diletante y un par más que me dieron las ganas de tener un blog.
A mí estos pelotudos me quitan las ganas.
Lo que no pudieron, en el transcurso, otro tipo de tarados, lo pueden éstos hoy:
PONERME MAL.
Lo siento.
Creo que somos demasiados.
Creo que tenemos que inventar un lugar diferente para seguir escribiendo nuestras pelotudeces sin que nos molesten.
Y que la pass la tengamos sólo nosotros.
archivado en: licuados de cianuro y chupás la punta sin poder morderla