21.4.06

Hanzo, el garbanzo ganso que tomó un descanso en el remanso

El brevísimo momento anterior a la caída, cuando ves que en el fondo del charco hay una capita de musgo y te decís, "pisá con cuidado", pero ya no hay tiempo. La cautela atrasó diez segundos y te encontrás con la cadera rebotando contra el suelo, el codo agujereado por hacerse el héroe protector y las ganas de desaparecer, teletransportarte, la vergüenza por si alguien te haya visto, la ropa empapada, la dignidad ultrajada, pero así y todo de pie, derechita como en una pasarela, escurriéndote la manga con disimulo que aquí no ha pasado nada y a dos metros una camioneta buchona que te mira, te parece que se ríe, un perro imaginás que te hace burla, ningún ser humano a la vista.
Ningún ser humano a la vista.
Ningún ser humano a la vista.
¡Qué porquería de gente!
Nunca están cuando se los necesita.

archivado en: la experiencia Activia y las biopuritas engayoladas.