9.12.05

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Entonces la mina grita. Grita y llora, le reclama por unas fotografías que encontró en la computadora: fotografías de él teniendo sexo con una mujer que no es ella.
- No sé de que me hablás.
- De las fotos. De esas fotos.
- No sé de que me hablás -repite él incesante.
A los pocos minutos todo parece volver a normalizarse. La avenida 9 de Julio es un palito de helado, la tensión está meando detrás del monumento al Quijote y el edificio del Ministerio de Obras Públicas se desmorona, pero no los toca.

Archibaldo se queja porque no le dieron los meses de preaviso, además porque en todos estos años, aún no tuvo la oportunidad de conocer Marsella.
Rafael jura por la imagen de la Virgencita (que esa noche, junto a su esposa, vio a los pies de la cama), que no es un traidor sino todo lo contrario, que lo suyo es una misión patriótica y celeste. Rafael jura, pero no jura. La samsonite está lista.
Rafael mira la samsonite, una lágrima tímida le recorre la mejilla y se promete a sí mismo cruzar los dedos la próxima vez.

La mina le mete como cuarenta y cinco puñaladas con un cuchillo tramontina y la pantalla se llena de sangre.
La mina (la otra mina) sueña cosas horripilantes. El Congreso Nacional es una gran hamburguesa humeante que chorrea grasa y chimichurri comprado con un 15% de descuento en un Día de la zona.

Él se unta el cuerpo con dulce de damascos y un grupo de palomas se adhieren a su cuerpo como sanguijuelas. El Doctor Lorenzo intenta practicarle un habeas corpus, y los cartoneros de Hipólito Irigoyen le tiran botellas y maíz.
Lorenzo piensa:
- Nadie me entiende.
Poco después suena su celular y del otro lado, la voz de Socolinsky le brinda su mayor apoyo con frases que lo animan a bregar por la salud de nuestros hijos y lara lala laralala?

Ella (otra ella que no es la otra ella ni la ella anterior) es el ser más dulce y encantador que existe en el mundo. Ella lleva el nombre de la primera mujer.

Ella (la otra, la verdadera, genuina otra) compra helado para llevarle a sus nenes. El heladero le pregunta si ya armó el arbolito y ella le dice que no todavía y pide cuatro gustos, mientras piensa:
- En la mayoría de las casas hoy armaron su árbol de Navidad, mierda, ya se nos va el 2005.
Menos mal.

archivado en: no sos yo, soy vos (gracias Cordín)