8.11.05

Somos escritores, queremos escribir (Capítulo 2)

Disculpenmen, pero estoy para cosas mayores que la bobedad blogal, el criado de semillas y el amor a la patria.
Hoy decidí convertirme en una escritora. No es que deje de lado mi oficio de bloguer y de fisicoculturista, simplemente es que haré hincapié en mi verdadera vocación que es la de ficcionar la vida como si ella se tratare o tratase de un culebrón checoslovaco.
O sea: hoy comencé a escribir una novela que todavía no tiene título pero seguramente se llamará "Cien años antes de Cristo" o "La otra cara de la alfalfa".
Es decir, que si no posteo seguido es porque soy una profesional comprometida con las letras. Cursé el CBC y siete materias de letras, ojito, que no soy ninguna improvisada. Y además me leí como quince libros más o menos, de esos largos y con letras chiquitas que son tan dificultosos a la vista y al alma entera.

Les dejo aquí un adelanto del comienzo de la novela que es muy ganchero, oportuno, pertinaz e invita a la lectura conogol (simil, sin parar, sin parar, que te podés pasar la noche entera leyendo entusiasmado y cuando se termina te da bronca porque... ¡quiero más!) Como un gran amor y con letras grandotas y tapa dura.

Leticia Albalatex tenía demasiados vicios, tantos vicios que enumerarlos sería tarea muy ardua para cualquier escritor o escritora con poca paciencia. Así que haremos (digo haremos, porque esta novela la escribo junto a mi perro que, en su afán de apoderarse no sólo de mi corazón sino también de mis bienes gananciales y las hawaianas de mis amigas, me dicta telepáticamente lo que he de relatar).
Decía que Leticia era una persona singular. Y lo de singular no es, de ningún modo caprichoso, es una descripción exacta de su personalidad, ya que ella era una mujer que no soportaba la compañía de ningún ser viviente, sea persona, planta, mascota o televisor. Leticia estaba sola y tenía vicios. Muchos, demasiados. Pero sólo haremos hincapié en uno.


No puedo adelantarles nada más porque no tengo idea de cómo va a seguir. Lo único que puedo aseverar es que esta será una gran novela, digna de los mayores galardones y los mejores lectores, será leída por personalidades importantes de la cultura como Mario Mactas y Gerardo Sofovich.
Doy fe.

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