15.10.05

Tutiplén + soda + stereo

Tómate el tiempo en desmenuzarme.

Cachos de carne. Montones de cachos de carne. ¿Qué puedo llevarle esta vez? Es que no me come. Es que es un mañero. Es que está muy malacostumbrado. ¿Corazón? ¿A usted le parece? Me parece que es demasiado duro. No sé, me da impresión. Corazones duros. ¿Qué no, que es tiernito?
Bueno, deme medio kilo para probar.
Cuchilla Tramontina, eficaz, ¿Será que está bien afilada o de verdad será que es tiernito?
Siempre va a quedarme la duda.
Mientras tanto, a él parece gustarle. Come el potaje arroz-corazón (adiós corazón de arroz), con ganas, con placer.
Mientras tanto, a él (otro él) parece gustarle mi corazón. Comérselo crudo, en bandeja o en bolsita, como venga, así, a la que te criaste. Se lo come con ganas, con placer. Debe ser tiernito, supongo.

Aún tengo el sol para besar tu sombra

Y pasó tanta, pero tanta agua debajo del puente.
¿Qué hacemos?
No pensar. No tenemos que pensar.
Adoro los antidepresivos. Felicidad en pastillas. El invento del siglo.


De las historias pasadas (no vuelvas sin razón)

Al menos, momentos antes de morir, si es que mi mente tiene la lucidez suficiente, sabré que no me perdí de lo más importante: tus ojos cuando me veían así, cuando todavía, a pesar de... me ven así.

Ya pagué por quebrar la calma.

El sol brilla, los pájaros cantan y yo espero a la primavera como quien espera un milagro.
Escribo poemas, cocino tartas y espero a la sangre como nene a Papá Noel.
Luciérnaga curiosa, consuelo de tontos, hormonas cansadas.
Todo resplandece y se reblandece.
Amigo destornillador ¿Dónde te has metido?. Necesito liberar esta tensión cervical.
Una ducha de coca-cola.
Matapiojos.
Espero los buenos días, los llamados clandestinos, como quién espera el último examen.


El eclipse no fue parcial y cegó nuestras miradas. (No hay nada mejor que casa)

Reja nueva, perrito al que tuve en mis brazos tan pero tan poquito, perrito que elegí entre una cachorrita famélica y él, perrito que, de haber sabido no volvería a ver jamás, ni se me hubiese ocurrido parir. Perrito que yo parí en mi fantasiosa forma de creer en plastilinas de colores que hacen casas, cosas, camas, nubecitas y sierras lejanas para dos.
Perrito: tal vez único acceso al cuchitril de tu vida, al edificio que amasaste cuando creías que uno podía salirse de la naturaleza errante, errada. Fotos borrosas de cámara telefónica. Deseo. El deseo de haber sido parte de esa naricita aguileña, de esos ojos de cocker tan iguales a los tuyos, de esas historias magníficas, de esa imaginación tan parecida a tu mente cuando es algo hermoso: un pequeño compendio genético que dice que algunas cosas te salieron bien y no tenés de qué quejarte.

Fui tan dócil como un guante, tan sincero como pude

Sé que estás ahí. Te ví. Ví que estabas ahí. Sabés que estoy aquí. Me ves, me presentís y lo único que se me ocurre pensar en que los dos somos tan pelotudos, tan injustos, estamos tan equivocados cuando rifamos la vida, despreciando la felicidad como si no fuese el mayor de los bienes.

Los vestigios de una hoguera

¿Cuántas horas que juntas harán cuántos días, meses, años nos encontramos en un momento como este?. ¿Un cuarto de vida?. ¿Cuántas?. ¿Cuánto tiempo?. ¿Y para qué?.
¿Últimos coletazos? Tu piel no puede mentir. La mía tampoco. Nuestras pieles son exactas. No hay nada más bello en esta vida de mierda que tu piel y la mía cuando se juntan y están solas, las dos, hablando de sus cosas. Hablando cosas de pieles.
Dejémoslas hacer. Que no haya interferencias. Ellas son las únicas que saben que decir, cuando hay algo que decir.

No le enviaré cenizas de rosas

Sin embargo, ya ves...

No morirá lo que debe sobrevivir a una terapia de amor intensiva.

Y queda ese pelín de ilusión. No hay demasiado por decir. Algún día, cuando los grandes científicos encuentren la cura a estos males, algún día, tal vez podamos sacarnos las arrugas que nos dejaron, las marcas de la bronca, la huella del monstruo que se deglutió todos los intentos loables, ese breve e inimaginable sentido que quisimos darle a la oportunidad que dejamos escapar todavía sin saber por qué.

Cada lágrima de hambre, el más puro néctar

Cuando me hacés el amor y lloro, en general no es por angustia, es porque mi amor es tan enorme que no hay fluido que alcance para expresarlo.

No quiero soñar mil veces las mismas cosas

Sucesos que se desarrollaban en diferentes celdas de una página web muy colorida. Una de ellas, recuerdo, era naranja. De todos modos, por más que me esfuerzo, no puedo acordarme de nada de lo que pasaba ni en ésa ni en ninguna de las demás. Capaz es mejor. ¿Para qué recordar sueños si los sueños son sólo un deseo demente e imposible?

Zona de promesas (feliz día a todas mis amigas mamás)

Mamá sabe bien
perdí una batalla.
Quiero regresar
sólo a besarla.

No esta mal
ser mi dueño otra vez,
ni temer que el río sangre y calme
al contarle mis plegarias

Tarda en llegar
y al final, al final,
hay recompensa

Mamá sabe bien.
Pequeña princesa:
cuando regresé
todo quemaba

No esta mal
sumergirme otra vez,
ni temer que el río sangre y calme.
Sé bucear en silencio.

Tarda en llegar
y al final, al final,
hay recompensa
en la zona de promesas.

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