1.9.05

Tutiplén pescado y rabioso (Parte I)

El jardinero temprano amaneció

Tomó el paquete de Hortal, lo mezcló con aguardiente y se lo zampó apretando sus fosas nasales con los dedos para evitar el asco profundo que le causaba ese menjunje. El jardinero sufrió una agonía de treinta y cinco días y luego salió del coma. Lo primero que hizo fue comerse una porción de muzza.
El jardinero ya no ejerce su antiguo oficio. Ahora tiene un blog.

Y te amo tanto que no puedo despertarme sin amar

Por eso siempre estoy dormida.

Y en el nuevo día del ocaso nubes vendrán trayendo mensajes

Son millones de babosas que conforman un ejército suicida. Dejan surcos devastadores que el sol alumbra haciéndolos brillosos como diamantes.
Molotovs de sal, burbujas de agonía.
Las babosas viajan por la sal.

Ya despiértate rayo

Y tanto, tanto te insistieron que al fin te subiste y moriste electrocutado.

Amanece ya resignación

Equivale a desesperanza. Se vive tantísimo más tranquilo así. Es como la vida vegetal. Agua, tierra y sol.
Y que no se te cruce una mariposita porque ahí cagaste de nuevo, ahí te acordás de que existen los colores, los aleteos sensuales, las sutiles melodías de una ilusión.

No creas que ya no hay más tinieblas

Adalberto había ganado un concurso de yo-yo Russell. Todo el barrio estaba atento a su performance, los vecinos lo aplaudían cuando salía a la vereda a mostrar sus destrezas, sus familiares, henchidos de orgullo, organizaban exhibiciones públicas a beneficio (de ellos mismos), sus amigos lo estimulaban con fernets gratis.
En la final del Torneo Interamericano de Parque Chás, Adalberto no pasó el control antidopping. Le descubrieron un elevado porcentaje de domingodinubila en la sangre.
Y allí terminó su carrera.
Hoy baila break-dance sobre un bafle de Pachá.
- Pero no es lo mismo -dice a todo el que lo quiera escuchar.

Yo sé muy bien que el tiempo es impreciso

Mis ojos vislumbran futuros promisorios, quiero echar una botella al mar pero sólo hay tetrabrics de vascolet. Escribo con un tronquito fino, no tengo sacapuntas, escribo con la savia robada a una tímida palmera que a tientas intenta atacarme con uno de sus frutos. Se me antojan palmitos con salsa golf. La palmera no coopera y con uno de sus cocos me eunuca.
No me importa nada. Imposible conseguir salsa golf por estos lares.

Si lo que sueño concluye en algo

me sobra lo que a vos te falta. me falta lo que a vos te sobra.
algunas veces tu inteligencia me parece tan real que quisiera aplastarla como a una mosca.
algunas veces amo tu inteligencia.
algunas veces me gustan las moscas.
algunas veces tengo mucho tiempo para papar moscas.

Todo gigante termina exhausto de que lo observen los de afuera

Había una vez un enano dueño de un canal de televisión. Era un enano muy rico y poderoso pero su sueño era trabajar en un circo, dejarse abofetear por payasos, ser el centro de las burlas de los niños, dormir en un carromato junto a la mujer barbuda y el hombre elefante.
El enano jamás pasó ningún casting, en ningún circo querían contratarlo argumentando que los test psicológicos revelaban una personalidad con connotaciones de liderazgo y un carisma alfonsinezco.
El enano se cansó, vendió el canal de televisión y se compró una carpa inmensa donde montar su circo.
La noche del debut, Sarrasani acaparó todo el público, la noche siguiente fue Balá, y las posteriores el estreno de Matrix Revival.
El enano metió todo en una Traffic y se fue a veranear a Mar de las Pampas. Como la carpa era inmensa comenzó a subalquilarla y, rápidamente se llenó de hippies, artesanos, familias numerosas y homeless costeros.
El enano tiene un circo donde la entrada la pagan los propios artistas.
Nadie se ríe del enano.

Lo peculiar de nuestro gran calabozo

Me gusta viajar en combis ilegales con vos porque vamos abrazados y parecemos inmigrantes intentando cruzar la frontera, parecemos enamorados.

Lulú toma el taxi

Pero antes de subir se agarra los dedos con la puerta, grita, aúlla, los dedos quedan entrampados, el taxista se cansa de esperar y pone el pie en el acelerador. Lulú pierde una mano.
¡Oh, yeahhh!