31.8.04

Sonido de bombuchas en los rayos de la bici

Ante la inminencia de ciertos hechos que parecen ser el desencadenante lógico de algunas situaciones que hace tiempo se vienen gestando como si fueran lactobacilus de un yogur o estreptococos pululantes en organismos con cierta propensión a los mocos, cefaleas y contracturas; o ante ciertos avisos que te hace el destino cuando te dice: "venía acá" (mientras hace con el dedito el gesto preciso, el gesto universal de "vení acá"), vos vas y te sentás ahí, aunque estés rara, porque, ante la inminencia de ciertas cuestiones que para que te voy a contar, te hacés un poco de caca en los calzones, pero un poco nomás, porque enseguida te das cuenta de que no, que nada es inminente, que los participantes principales del juego ni se enteran de que van perdiendo, que todo va fluyendo, se desliza como poxirán en la suela de unas botas viejas que jamás van a arreglarse, se acumula como la grasita de arriba de las alacenas. Es decir: inminencia las tarlipes.
Y ahí, después de vencer ansiedades, euforias, bajorrelieves y caguetes, te acomodás despacito, te hacés bolita, te acorazás para que el cuco no te coma, para que nada malo vaya a pasarte. Te cuidás, te tomás un vick, aspirinas y esperás que agosto se termine. Que mes largo, puto de mierda, cuando no hubo un mango, cuando no hay un mango y parece que no se va a acabar nunca, parece que jamás un puto laburo, que serás todo lo que te reste de vida una tirifila rasca higos que toma coca cola aunque hoy no haya y nada es más horripilante que no tener coca cola a la mañana, como así también, nada puede ser mejor que escuchar a Peter Gabriel y ver que es de día pero la luna está ahí, es roja y parece un dibujito japonés. Cosas bellas como las palabras, esas palabras, esa cartita, esa coincidencia horaria y hay que tener paciencia. Hay que tener paciencia.
¿Y la Santa Rosa?
Ante la inminencia de la Santa Rosa, más vale salí con paraguas.

29.8.04

El dedicado

A Luisito mío


Terrores que se diluyen, dudas que se esfuman.
Una música nos abarca, nos hace tan precisos.
Una música nos detiene el infinito en cuatro compases
que revuelven mil palabras convertidas en un gesto.

Ese gesto tuyo y tan mío.

Alguna vez creí que el amor podía ser un rostro.
Quise verlo, anudé poncios pilatos en pañuelos,
le recé en silencio a mil dioses ebrios, discordantes.

Muchas otras me detuve en caras fantasmales,
entre sábanas que no sabían a ningun perfume familiar,
y eran como sudarios que de santos no tenían nada.

Una música nos encuentra y nos envuelve
Me devuelve ese gesto que es tan mío cuando me mirás
El amor (tu amor) al fin tiene rostro.

Tu rostro, ese rostro tuyo.

28.8.04

Guano despresurizado

Matemos al payaso ahora arriba de la mesa
Esta noche no nos puede faltar
Esta noche no nos puede faltar

La Bersuit


Escucho voces:

Voz a: "Sin embargo, hay ciertas cuestiones que es mejor obviar"
Voz b: "Es importante caminar por la cornisa y caer a toda prisa en la madeja del error"
Voz c: "Un siquiatra a la derecha, por favor"
Voz d: "Sólo toco, para que bailes vos"


Me dijeron: -¡Ganamos!

Menos mal. Seguro que ahora todo se va a solucionar.

No estoy de acuerdo con muchas cosas.
Quiero dejarlo sentado y asentado.
Sí, acá mismo.
Me voy.
Toco y me voy.
Lo dejo sentado y no se me vaya a mover de acá.¿Eh?

26.8.04

Poema protopelotudo (otro, y van...)

Lo unico que yo deseaba
era ser una femme fatal
muchos hombres que me amaran
y no poder elegir cual

Modelar en pasarelas
para las marcas más finas
que me adoren las abuelas
y me envidien las vecinas

Cuando llegó ese contrato
me sentí feliz y tal
Pero duró sólo un rato
lo que siguió fue fatal

Luego supe que la vida
es una broma siniestra
si bien eso yo quería
pronto se arruinó la fiesta.

Y yo que sólo anhelaba
ser la bella femme fatal
Hoy me visto con vergüenza
en Fem-Fem de Medigrand.

24.8.04

Barra brava

He detectado que algunos güebloguers renegaus se la pasan nexblogueando a troche y moche.
¿Cómo es posible esto si no cuentan con una cómoda, bella y divertida nav-bar?
Muy fácil: roban.
Usufructúan la mía, la tuya, la nuestra.
Y no es justo.
Hemos luchado con denuedo para conseguir la barrita acorde, hemos adoptado actitudes fascitas y papanatas para defenderla, nos hemos arrodillado y reptado ante el Gran Emperador, hemos vendido el alma, la nacionalidad y la vergüenza.
¿Y todo para qué?
Para que venga una que no quiero nombrar a abusar de nuestra barrita.
Eso no se hace.

Baba

Pa' variar

22.8.04

Mi causa es nextbloguear

Lo que a mí más me revienta es que vengan cuando estoy así, tranquilita, tomando unos amargos en mi hamaca paraguaya, viendo como el susurro del viento hace temblar las hojas del nogal, imaginando mundos de ilusión donde mis piernas serpentean al ritmo de Coil, soñando con futuros apanchados y dóciles como las plumas de un hornero.
Por eso me estufa que hagan irrupción, que lastimen mi calma y mi paz esos rusos, afganos y chilenos. No lo soporto. Me arruinan el mantel, me usan el baño para hacer caca, me engrasan las manijas.
Aquellos que juzgan que me entregué al oro foráneo, es seguro que no recuerdan mis luchas denodadas contra el advenedizo etrusco; mi pelea sin pausas ni prisas para combatir a la alimaña despiporrante del centrifugado.
Se dice que me deje obnubilar por el lavacopas y las donuts, que ya no soy la criollita de las trenzas, que mi remera del barbeta se achicó en el Laverrap, más son todos infundios.
Yo me quedo acá porque quiero seguir brindando mis servicios en forma desinteresada, es mi forma de agradecerle a la vida por las ojuelas de mi abuela o por la babiez de la que me deja disfrutar de vez en cuando. Si deseara otra cosa me mudaría a Holanda, o a Perú. Pero no me da la gana. La casa se reserva el derecho de admisión y permanencia.

Estoy escuchando nuevamente la canción. Esta vez es diet. Y es igual, o es mejor.

20.8.04

Esta barra bullanguera

Y llegará el día en que estaremos enlazados, unos a otros como chorizos. En la fila te cruzarás con un bengalí o con algún repositor de mercaderías que te observará con insistencia. Creerás que es por alguna anomalía en tu vestir pero, al cabo, descubrirás que hay un gran amor en ciernes.

Nada de lo que digas podrá ser utilizado en tu contra y, si por alguna incomprensible razón, lo que pienses tuviera o tuviese relación con ello, entonces, por propiedad transitiva, la regla se aplicará a todo tipo de ensoñaciones y/o argucias mentales.

El tema en cuestión es casi una cruzada inaugurada por Irene que, basada en conceptos de igualdad y justicia, por medio de este acto se sublima.

Nuestro padre nos aloja con amor, acomoda la casita para que en ella nos encontremos a gusto, nos deja poner nuestros propios decorados, cuadros, fotografías; permite que invitemos amigos, organicemos ágapes y asados.
Nuestro padre nos comprende y sólo pide a cambio un insignificable gesto de cariño y agradecimiento.
Se queda en un rinconcito y se trae el sommier mágico que, además es bastante lindo y nos permitirá relacionarnos con ciudadanos de otras latitudes, nos enseñará exóticos idiomas y nos permitirá hermanarnos para lograr ese mundo pacífico que todos anhelamos.

Es por ello que, les pido, no me maten la barrita. Dejense de hacerse los criollos bananas y demuestrenle al mundo, por una vez aunque sea, que los argentinos podemos hablar bajito, no salivar en los andenes y preocuparnos por cosas más importantes, como por ejemplo, pedirle a papá que, ya que está nos regale una mejora que nos permita acomodar los cajones en forma automática y que las bombachas te queden con las bombachas y las medias con las medias.

He aquí mi fundamentación. No me vengan con que saque la barrita de navegación. No me maten la barrita, por favor.

19.8.04

Pisar caca.

Yo me acostumbré.
No digo que sea fácil, lleva su tiempo. Al principio resulta incómodo, incluso desagradable. Comenzás con un soretito tímido aferrado a la suela de tus zapatos. Tratás de combatirlo con millones de armas, incluso químicas. Pero el olor queda.
Con el correr del tiempo, todos aquellos infortunios que torturaban tu existir no significan nada. Eso se llama resignación y la entrega a lo inevitable es cabal, incluso placentera.

En otro orden de cosas: no me disgusta para nada la barrita de navegación de Blogger, incluso me simpatiza.
Es posible que mañana la instale y elija el color adecuado que me combine con el overol e incluso con mi nuevo brushing. Tengo muchísimas ganas de ser cosmopolita y globalizada, hacer amigos en los diferentes rincones del planeta y compartir dichas, e incluso tristezas, si las hubiere, según el caso.
No estoy decidida por completo y además tengo bastante sueño, pero no te preocupes que te voy a mantener informado, e incluso notificado de esta cuestión, cuando llegue el momento.

15.8.04

Envíe esta postal a un amigo

Pass. Pass.
Canasta Pass.
Vale Canasta.
Pass:*********

Estamos en una línea en la que pararse equivale a reconocer que caminar es muy cansado y sin embargo adelantarse no está bien si es que la línea doble amarilla te lo indica.

Estamos entrampados, movimiento pendular (no así bascular, aunque parecido)

Nueve de cada diez estrellas explotan en el cielo mientras descubrimos que el Tivis es una mera copia (mucho más cara) del glorioso y mítico Smack de nuestra infancia.

Dame Smack
Dame más
Pass, pass
Canasta Pass
Subte Pass
Dame Paz
Dame Pax

12.8.04

Un gesto amable

Andrés Zarich era hacker de electrodomésticos. Habitualmente se lo veía colgado del radar de Direct Tivi, intentando desde allí dominar todas las máquinas del mundo.
Nunca le salía, pero él insistía.
Un día logró hackear un microondas y pudo cambiar el programa de descongelado rápido por otro de simulación de vuelo. A partir de ese momento los guisos comenzaron a volar por el aire y a moverse con mucho donaire.
Cuando los dueños de BGH quick chef lo descubrieron le hicieron juicio por mala praxis.
Andrés nunca más intentó hackear nada.
Eso fue una verdadera pena.

10.8.04

White trash


Mi zona oscura
Con un enorme agradecimiento a ©hinaski por el maravilloso diseño, a Never Seen por regalarme la frase que acompaña al logo y a Luca por la inspiración del título y tantas otras inspiraciones más.
Espero estar a la altura.


 

4.8.04

Lo poco agrada y lo mucho enfada

(a este relato le sobran como 50 palabras)

No podía recordar sus sueños. Sin embargo sabía que sucedían por esa sensación de lo perdido, un desasosiego silencioso que le lastimaba la mirada como un velo de alfileres. Algo así como esos olores que se piensan pero no se perciben, como las notas de una canción jamás escrita o los colores ámbar del daltónico.
Jugaba entonces a adivinar y cerrando los ojos arremetía a trompadas contra las sombras, buscando un brillo al fondo de un vaso de vino, huyendo por los pasadizos de la espera, corriendo por un puente sin cardinales, sin flechas orientativas ni cimientos. Por las mañanas buscaba afanosamente bajo la almohada, entre los cabellos que quedaban en el peine, en el reflejo del cristal que apuntaba directo hacia sus miedos, en el cajón de la mesa de luz. Buscaba con una obsesión que fue infructuosa hasta el día en que pudo recordar el primer sueño de su historia y entonces el desconsuelo anterior se transformó en una pena mayor. Había empezado a desear y ahora debía aprender a aceptar lo imposible.