5.12.04

Homilía navidezca.

No cierran los números. Por más que nos esforcemos, el diezmo es cada vez más escaso, por no decir inexistente. Se parapetan una a una las necesidades básicas. Dicen que el costo de vida no aumenta, pero la coca está ya a tres veinte. Y el porro ni te digo.
Así no se puede.
Además tenemos demasiados gastos. Compramos un dividí y un pack de teléfonos celulares con línea directa a Nuestro Santo Jehocities que además viene con linterna, packman, tetris, juego de la oca, frigobar y toallas higiénicas.
Hay que mantener el templo. Como estuvimos tratando de que alguna de las imágenes se digne a hacer un milagro y ninguna se dio por aludida, nos vimos en la obligación de alquilar nuestro establecimiento religioso.
Lo alquilamos por quincena porque nos convenía más.
La primera de diciembre a una iglesia evangelista, la segunda a una colonia de vacaciones del sindicato de viñateros de Mendoza. En Enero funcionará una feria artesanal y en la segunda quincena un parque temático. En febrero no sabemos todavía.
Es por eso que nos vimos en la obligación moral de adelantar la navidad. Es mejor ahora. A fin de mes va a hacer más calor; la semana próxima el pollo estará por las nubes y siendo un ave no es raro, las aves deben volar. Son la diferencia que marca la gravedad en forma taxativa.
Y así no se puede.
También sucederá que todos los ringtones que se escuchen en el tren o en el 244 sonarán a villancicos. Y nos jugamos por el "noche de paz".
Es demasiado obvio. Lo raro sería que así no fuera. Lo original, lo insólito, lo verdaderamente maravilloso sería que se escuchase "black dog" de Zeppeling. O una de Raphael.
Por lo pronto: el shopping ya está adornado y la gente sale a gastar. Temen quedarse sin metálico, sin plástico, sin papélico en los albores del veinte. Así que, por las dudas se aseguran el pan dulce. Toma Luis, mañana es Navidad.

No funcionan los planes, ni los ahorros. Si compro garrapiñadas me las como ya. Si guardo alguna cosa, lo más probable es que jamás la encuentre.
Por eso no hay acopios. Por eso no hay orden alguno. Por eso me gustan tanto los collages desteñidos del escritorio.
Hay demasiado humo y el plan más ambicioso para el futuro es morir mientras me de cuenta. Y sufrir la idea de que allá no hay más que un chasquido, una cápsula de gas, un sonido repetido como el hit de moda.
Nada bueno nos espera. Nada malo tampoco. Eso es lo más temible y desesperante.
Así no se puede.

Entre las aves y los peces me quedo con la vaca. Al asador, a punto y acompañada de chorizos y ensalada mixta.
No hacen falta los vitel thoné ni los pecetos. No se engañen. Hace demasiado calor para nueces y avellanas. Además no anda el cascador.
Los árboles de navidad no están nevados. Todo es tan sintético como un mensaje de texto. Esta era es una porquería de mierda.

Por eso hay que orar.
Hay que orar muy mucho para que los niños pequeños dejen de chatear a la madrugada. Para que los perros no tengan garrapatas, para que los que quieren estar acá, no estén allá y viceversa, para que, de una vez por todas, haya paz y amor en esta tierra que parece que hubiese sido hecha a mano, por un artesano manco y capac de cualquier cosa.

Voy a impartir ahora la homilía de gallo, que en el horóscopo chino es un signo muy madrugador. Y al que madruga Jehocities le regala un giga de almacenamiento en su buzón virtual.

Ya pueden brindar. Si es con sidra tengan cuidado con el tapón. Hay demasiados accidentes y demasiado tuerto alegre en estas fechas. Abarrotan el Santa Lucía y el Instituto del quemado.
Y así no se puede.
También deben tener cuidado con la pirotecnia.
Yo antes tenía un perro que sufría mucho por ese motivo. Al final se murió y fue por otro motivo, pero no importa.
Ahora tengo otro perro que disfruta bastante de los fuegos artificiales y todo lo que represente cosas estúpidas y vacías de contenido como comer plásticos y ladrar cada vez que algo se mueve en el jardín.
Por eso digo que tengan cuidado. El tonto señala el dedo y el cielo se le cae encima. Andar con cuetes es al cuete. Eso de hacer ruidos molestos es una taradez y además es peligroso porque te podés quemar o quedar sordo o ciego o con problemas de locomoción.
Y así no se puede.

Ya se pueden retirar. Aprovechen estos días para meditar acerca de todas las bravuconadas y zarpamientos mal que se mandaron en el año e intenten ser buenos con la gente pobre y los ancianos. Ya les va a tocar y ahí los quiero ver, pedazos de maricones.

Vayan con dios y compren las remeras y vasos que vendemos en la puerta. Son a beneficio mío. Tengo que ponerle GNC al auto y me tengo que casar con un conocido miembro de la comunidad blogomosa.
Y así no se puede.
Feliz navidad y próspero año nuevo para todos los que vienen acá. Los que no vienen que se caguen. Los que no dicen nada lo mismo. Los que se van de vacaciones también.

Amén.