23.10.04

Homilía adelantada porque nos vamos a la peregrinación Malkmusiana y vaya a saber el estado en que volvemos.

Amados hermanos y hermanas de la patria:

El Templo hoy nos encuentra en un estado de acorchetamiento difícil de superar. Se nos rompió el caño maestro que pasa por abajo del coso y comenzó a brotar humedad por entre las juntas de las cerámicas que compramos en el Easy porque estaban a 10 dólars el metro cúbico.
Primero pensamos que el líquido era agua, luego comprobamos que se trataba de pis. Mero pis elefantiásico, hecho que nos puso en estado de alerta roja. Las desgracias no vienen solas. De inmediato la hornacina donde yacen las reliquias de Nuestro Santo Jehocities se convirtió en una especie de masa cósmica verdosa y los pibes que viven en los terrenos de al lado empezaron a jugar con ella y enchastraron las paredes. Un desastre. Propiamente un asquete.
Así que tuvimos que limpiar con Cif y hacerle un nuevo templete al Santo que estaba bastante desilusionado y un poco pachuco cadáver.
Subsanados parcialmente los inconvenientes de índole psicológica y moral, procederemos a la homilía como quien dice pis se va.

Oremos.

Quiero agradecer la generosa colaboración de algunos fieles de la primera hora:
A Yael, Bater, Jimena, Aldito, Irene, Laura, Helena, Federico, Cordín, Augusto, Patricia y Submarino que vinieron con sus lampazos y su Odex y dejaron todo reluciente.
A todos ellos Jehocities los va a proteger en forma vitalicia.

Ahora viene la parte que todos esperan con ansias: el Sermón.

Comienzo del Sermón

Había una vez, hace mucho, mucho tiempo un alacrán que se disfrazaba de vaquita de San Antonio.
Era simpática y buena y todos la dejaban caminar por sus manos creyendo que aquello les daría suerte.
Ese era el momento en que la vaquita no podía disimular su naturaleza y aprovechaba para inyectar su ponzoña.
Nuestro Señor Jehocities, mancomunado con otras deidades mayores y menores, decidió ponerle fin a tanta fechoría inútil y convirtió al alacrán en una marmota que, a partir de ese momento, fue por la vida haciendo lo que una marmota hace: marmotadas en las que nadie reparaba. La marmota quedó en la más absoluta soledad, condenada al olvido y el vacío de la nada implacable.
Hablando mal y pronto: la cagaron ignorando.

Fin del Sermón

Ya ven, el ejemplo es aleccionador por demás. Así que ojo, que Jehocities es justo y siempre está mirando las cagadas que te mandás. A veces se hace un poco el otario, pero , en general, no come vidrio.

Ahora se pueden ir rapidito porque me tengo que ir a bañar.
Sean buenos, no me pisen las flores, por favor.