9.5.04

Máxime si tomaste mal las medidas y entonces, te queda un poco holgado

Las camas redondas son una porquería. Si no te ubicás bien al medio, se te salen los pieses afuera. Y toman frío. Y soñás mal. Se te desconcentra el sueño, perdés el hilo de la historia que estás elucubrando y después no recordás nada.
Y cuando te preguntan ¿con qué soñaste? Tenes que contestar. "Con nada"
Es muy triste eso.

Yo tenía un cuaderno de sueños donde escribía todo lo que pasaba cuando estaba dormida. Despierta lo escribía.
Después se lo llevaba a mi terapeuta. Se llamaba Amelia, y era sicóloga gestáltica. Todos, en ese momento, a sus sicólogos los llamaban mi 'analista'.
Pero a mi me gustaba llamarla mi 'terapeuta' porque, si nadie me preguntaba, podía pasar por una kinesióloga o una masajista eutónica.
La cuestión es que yo escribía mis sueños para que ella me los interpretara.

Por ejemplo, le decía: "anoche soñé con un Fitito" y ella me interpretaba: "eso es que deseas tener hijos"
Yo le decía que no, que hijos ya tenía varios y que bien, gracias. Que lo que yo en realidad deseaba era hacerme un piercing, que no entendía entonces por qué andaba soñando con un fitito.
Ella me miraba con mucha seriedad y me decía que les pusiera nombres a unos almohadones que estaban allí y que les pegue.
Yo les ponía nombres. Eso me gustaba. A uno lo llamaba Nicasio y al otro le ponía Oroño.
Ella me decía que no, que le ponga nombres de gente que con la que tuviera algún conflicto.
Pero yo a penas conocía gente y no tenía problemas con nadie.
Entonces ella me decia que igual le pegue al almohadón y que en algún momento el almohadón iba a tener la fisonomía de mi padre, o la de mi marido o la de algún tío medio degenerado, entonces me podía desquitar, sacarme la angustia e irme tranquila a casa.
Yo les pegaba. Aunque a mí la violencia no era de lo que más me gustaba. Pero lo hacía por darle el gusto. Primero despacito. Despues los cagaba a trompadas mal.
Cuando comenzaba a ver alguna cara conocida, como por ejemplo la de Jorge Rial, ella me decía que la teníamos que seguir en la próxima.
Yo me iba sin saber porque había soñado con un fitito.

Todo esto es mucho peor cuando dormís en una cama redonda.