25.5.04

Cuando hagan silencio daremos comienzo al acto conmemorativo

Señor director, señora vicedirectora, señor del kiosko (que el otro día me dio una moneda de 50 cvs falsa), maestras, preceptoras, padres, alumnos:

Nos encontramos reunidos en esta mañana tan especial que hasta el sol del 25 viene asomando luego de varios días en que llovió a cagarse y ni les cuento el desastre que me quedó en casa: entre el perro que entra y sale y me embarra todo, la gotera de la cocina, la gata que ahora me mea los acolchados y los chicos que no son capaces de limpiarse los pieses en el felpudo que compramos en Villa La Angostura el año pasado y que dice : "Welcome home".
Es un asco. Y para que hablar de mi marido que justo se le dio por acomodar todas las porquerías que tiene en el cuartito de las herramientas. Una mugre lo que junta, parece cartonero, le digo siempre.

En esta jornada patria, nuestras almas alborozadas, festejan uno de los dones más preciados del ser humano: la libertad.
Conmemoramos aquel día en que nuestros gallardos próceres se juntaron para decirle a los gayegos rotosos imperialistas que nos la ibamos a arreglar solos y que les den por culo.
Y gracias a ellos: a Saavedra, a Moreno, a Belgrano, a Castelli, a Rómulo y Remo; a French y Beruti, que repartieron las estampitas en la Plaza de Mayo y a otros más que ahora no me acuerdo, es que hoy somos libres para hacer lo que nos de la gana, como por ejemplo, ir al shopping, comer locro o lavar el auto.

De pie.

Recibimos a la bandera de ceremonia con un caluroso abrazo y cantamos la canción de la Alegría porque estamos todos chochos de la vida.

Los niños de primer grado B van a representar una escena de la vida colonial. Esa época en que no había ni luz, ni gas, ni teléfono, ni internet. No como ahora que tenemos banda ancha, máquina para hacer churros, alumbrado, barrido y limpieza.

Los niños hacen lo que pueden. No es que sean tontos como parecen, es que son chiquitos y todavía no manejan las herramientas básicas como el Google o el Adobe Photoshop. Por eso es que son bastante brutos, pero no es culpa de ellos sino de cuestiones que tienen que ver, exclusivamente, con la evolución de la especie.
Así que les pido paciencia y respeto, por sobre todo.

La Señorita Mabel, de 4to Grado A (que es la turra que la semana pasada pidió licencia por familiar enfermo y todos sabemos que se fue a Mar del Tuyú a conocer a uno que se levantó en el chat), les va a leer un poema alusivo:

Bandera querida,
que flameas en el firmamento de mi patria.
Eres bella como un cielo con nubes blancas,
eres simple como la camiseta de Racing,
Eres todo para mi ser argentino que hoy festeja
la dicha de no ser de Independiente,
la felicidad de haber ganado el clásico,
la emoción de ser libres y soberanos.


Aplaudan

Ahora vamos a pasar al bufet de la cooperadora, cuya presidenta soy yo misma, para que puedan comprar pastelitos, empanadas, vino y jugos Mocoretá que rinden un montón. Traten de pagar con cambio porque hoy no hubo banco y no tenemos y no me dejen pedazos de hamburguesa o panchos tirados en el piso que el personal de limpieza se tiene que ir temprano porque va a ver a Silvio Rodríguez que va a cantar en la Plaza.
Yo no voy porque ése es comunista y además porque no me gusta mucho lo que canta, aunque si hay una que está bien y es la del Unicornio Azul, pero seguro que no la va a cantar, así que ni me molesto.

Buenos días para todos y gracias por haber venido.

A la salida, tengan a bien dejar las escarapelas que les prestamos para sacarse las fotos, así las usamos el 9 de Julio.