14.4.04

Aquelarre

"No camines en el vacío, que nadie vendrá por vos" (Emilio del Güercio)



Se hace carne. Una clara envidia hacia quienes poseen eso que yo necesito. El sucio convencimiento de creer que merecemos más de lo que hay.
Y no conformarnos (totalmente) con migajas.
La cabeza que estalla de dolor.
Se hace como un quiste maligno.
El sentimiento de injusticia eterna por llevar la cruz (la ingenua idea) de que merecemos más de lo que hay.
Y la verdad es que no valemos nada. Un aquelarre de brujos a contramano de conjuros, de letras y árboles caídos para siempre.
Cientos de giles que se creen nobles por firmar un petitorio mientras los estómagos escupien bilis.
Cientos de giles que tienen el convencimiento de que merecen más de lo que hay.
La cabeza estalla y es por asco. Y la dejás en su lugar mientras el agua sube hasta el cuello. Es conveniente coleccionar animales no perecederos.
No es enojo, es cansancio.
¿Para qué preparás tu sonrisa de medianoche?
Mi única causa debiera ser yo. La loca y parcial certeza de que merecemos más de lo que hay.
Hoy quiero esos tres años atrás. Otro más seguirán girando en el remolino de las glorias, en intenciones heroicas.
Pero yo no tengo ganas.