12.11.03

La doble vida del chañar


—Buenas noches —me presento—, soy el narrador omnisciente y voy a ir contándoles algunas cosas que pasan mientras se desarrollan los diferentes actos de esta obra dramática. Así que empiezo:

Vida uno: (en off)

Estaba bastante bien esa vida. Había direct tivi, galletitas terrabusi (sólo de chocolate) y un golden rocket que los tres primos habían heredado de su abuelo que era buen tipo y le gustaba nadar estilo mariposa, cosa que le ocasionó la muerte inmediata cuando dió un salto olímpico desde el trampolín más alto de la piscina del Club Comunicaciones cuando ésta misma estaba vacía. El viejo lo sabía, tan boludo no era. Simplemente arriesgó al creer que su estilo mariposa era tan perfecto que le permitiría no sólo nadar sino también volar.
Pero no. No era tan perfecto.

Vida dos: (en fuyí)

Esta era más o menos, en realidad era una porquería de vida.
—El tema que me preocupa es que la autora me pide que narre en tercera persona porque ella no se acuerda como era y a mi me gustaría hablar de mi. Total la historia si quieren se la alquilan en dividi, que siempre es mejor porque la escuchás en diferentes idiomas o te viene con el trailler y/o escenas de bloopers que son un plato.(no un plató, sino un plato, cómo cuando se dice ¡qué plato!)
Entonces hablaré de mi:
—Buenas noches. Soy el narrador omnisciente. Nací en Acasuso y me siento conforme con mi desempeño en mis labores. Soy como dios, ya que estoy en todas partes, veo todo y estoy bien informado de lo que pasa. Pero no crean que esto es soplar y hacer botellas. No, no lo es. Es ésta una tarea ingrata, la soledad del que todo lo oye, todo lo ve y está en todas partes a la vez se hace dura. Por eso siempre sueño con una bonita narradora omnisciente que me acompañe en todo momento y con quién poder intercambiar impresiones respecto a la historia y, eventualmente, hacer otras cosas que estén relacionadas más al placer que al trabajo en sí mismo.
Ese es mi drama.