13.11.03

Instrucciones para el soplaje de velas



La vela es un objeto delicado (máxime si estamos hablando de una vela con varios años de hechura y/o uso) y por ello es menester manipularla con suma precaución porque se corren grandes riesgos de quebraduras y/o escamaciones. No hay nada peor que una vela escamada, cuarteada o con paspaciones.
El primer paso a seguir es tomar la vela con la mano (derecha o izquierda, dependiendo esto de la natural propensión hacia uno u otro lado que cada uno tenga, ya sea por cuestiones genéticas o ideológicas), cuidando de que se mantenga enhiesta y lozana. En algunos casos, el calor mismo que expele la palma propia incide desfavorablemente por lo cual la vela empieza el proceso de derretimiento tomando un aspecto blandengue francamente desagradable. Es por ello que es importante la firmeza y seguridad en el tomaje. Si hubiere algún cierto temblor, se recomienda ingerir previamente un miorelajante muscular, no sin hacer anteriormente la consulta de rigor con el médico si es que se tiene cualquier duda
Luego se la enciende (a la vela), si es posible con una cerilla o cualquier utensilio que emane fuego de su interior. El calor debe ser directamente proporcional a la necesidad, es importante el buen racionamiento de la energía fogal, ya que si se acaba pronto no está tan bueno.
Una vez la vela en estado eréctil y con el pabilo en llamas, se procede al soplaje. Esto debe hacerse lentamente, colocando la boca como si una exclamación de asombro de ella saliera (Ej.: ¡Ohhhh!) Puede acompañarse el gesto con un leve revoleo de ojos hacia un lado y otro y es importante quitar todo mechón de pelambre que pueda escabullirse del lugar correspondiente y obstaculice el proceso con serio peligro de incendio. Es conveniente utilizar banda elástica, pañuelo o cofia para evitar males mayores.
El soplaje propiamente dicho debe tener una duración aproximada de 20 minutos a ritmo constante con algunos (no muchos) matices de intensidad (mayor o menor aire alveolar-pala-labial deslizado) El soplo suave produce divertidos efectos ya que se observará como es que la vela destila algunas chispas irreverentes que se recomienda esquivar, sobre todo el contacto de la mismas con los ojos. El soplido medio actuará como relajador y servirá para regular el timer. El soplido a lo bestia es aconsejable sólo para el momento en que finalmente se decida apagar la vela.
Se sugiere tener cuidado con la no ingestión de humo y anhídrido carbónico (como le pasó una vez a la Dra. Aslán, cosa que le produjo el conocido "trauma de repulsión hacia el soplaje de velas")
Para evitar dicho problema el método es el siguiente. Luego del último soplado, correr la jeta lo más rápido posible y si uno no confía en sus reflejos es favorable el uso de barbijo y/o máscaras especiales, pero la verdad es que estos adminículos son un tanto incómodos y medio al pedo. Por ende, el corrido de jeta y la observación a distancia del delicado extinguimiento del fuego, es la acción más atinada en estos casos. Una vez apagado del todo (el fuego), apretar el pabilo con los dedos índice y el pulgar, para frenar la emanación de sustancias tóxicas que tan mal le hacen al medio ambiente.