7.5.03

Entretiempo nabo

Había una vez una foca que se perdió en un berenjenal. Estaba asustada, no sabía cómo salir de él. Allí, no había más que berenjenas y un sapo que también estaba perdido, esperando a una princesa que lo convirtiera en príncipe.
Al ver a la foca, no le dió pelota porque era bastante turro. Entonces ella, de bronca nomás, se lo comió.
A la foca, el sapo le cayó mal al hígado. Porque las focas comen pescados y no deben variar su alimentación. Y como allí no había hospital, ni sala de primeros auxilios, ni medicamentos disponibles, al poco tiempo se cagó muriendo. O se murió cagando.

Moraleja:
No es bueno comerse sapos.
Mucho menos esperar princesas.